Observatorio de Nutrición Materno Infantil - 7 de dic de 2020 - 4 Min. de lectura

Atención prenatal y estado de nutrición

Actualizado: ene 26

En México se considera como control prenatal a un conjunto de acciones a través de una serie de visitas de parte de la mujer embarazada a la institución de salud y la respectiva consulta médica; cuyo objetivo es vigilar la evolución del embarazo, detectar riesgos tempranamente (p. ej. diabetes gestacional, malnutrición, carencia de vitaminas y micronutrientes, etc.), prevenir complicaciones y preparar a la paciente para el parto, la maternidad y la crianza; involucrando a la familia. Esta atención debe incluir evaluación y atención nutricional (1).

 

 

La embarazada de bajo riesgo debe recibir como mínimo cinco consultas prenatales, como se establece en la Norma Oficial Mexicana NOM-007-SSA2-2016 deben ser: La primera consulta entre las 6 - 8 semanas; la segunda entre 10 - 13 semanas; la tercera entre 16 - 18 semanas; la cuarta a las 22 semanas; la quinta a las 28 semanas; la sexta a las 32 semanas; la séptima a las 36 semanas y la octava entre las 38 y 41 semanas de gestación. A lo largo de esta atención, se brindará información valiosa relacionada con la nutrición y alimentación: sobre factores de riesgo, estilos de vida saludable, aspectos nutricionales que disminuyan riesgos, y sobre la lactancia materna exclusiva (2).

 

Entre las acciones que ejercen los profesionales de la salud, relacionadas con la alimentación y nutrición, durante estas consultas a todas las mujeres, están (2):

  • La medición, registro e interpretación de peso y talla.
  • La prueba de detección para diabetes gestacional entre la semana 24 y 28 del embarazo (en caso de las mujeres con mayor riesgo pueden ser estudiadas desde antes).
  • La promoción de la lactancia materna exclusiva.
  • Y la promoción de la importancia de la vigilancia nutricional del crecimiento y desarrollo en las diferentes etapas de la niñez de su recién nacido.

 

Rango del IMC (kg/m²) Interpretación
Menos de 18.5 Bajo peso
18.5 a 24.9 Normal
25 a 29.9 Sobrepeso
30 a 34.9 Obesidad leve
35 a 39.9 Obesidad moderada
Más de 40 Obesidad mórbida

 

De acuerdo con la Norma Oficial Mexicana para la atención de la mujer durante el embarazo, parto y puerperio, y de la persona recién nacida (2):

  • El IMC no está validado en púberes adolescentes ni en mujeres con estatura menor de 1.50 m (150 cm) y no debe usarse en estos casos.
  • Un IMC bajo (<18.5) sugiere desnutrición, un IMC alto (25 a <30) indica sobrepeso y un IMC muy alto (30 o más) permite diagnosticar obesidad. Estos valores son indicativos y ameritan estudios más detallados.

 

Importancia de la evaluación de la ganancia de peso

 

Un peso superior o inferior al normal puede tener consecuencias negativas.

 

La importancia de la evaluación de la ganancia de peso durante el embarazo, radica en que la ganancia de peso gestacional es uno de los pocos factores de riesgo modificables para resultados perinatales adversos y sus anomalías tienen el potencial de influir en la salud materna y de la descendencia a corto y largo plazo (3).

 

La Ganancia Deseable de peso, Durante Todo el Embarazo, es:
Mujeres con IMC normal 11.35 a 15.89 Kg
Mujeres con IMC bajo 12.5 a 18.0 Kg
Mujeres con IMC muy alto 4.00 a 9.0 Kg
Mujeres con IMC alto 6.81 a 11.35 Kg

 

De acuerdo con la NOM-007-SSA2-2016, debe considerarse que (2):

  • En adolescentes, se recomienda el límite superior de la ganancia deseable.
  • En mujeres pequeñas (<1.50 m) se recomienda el límite inferior de la ganancia deseable.

 

Consecuencias de una ganancia de peso inadecuada:

  • Por un lado, se ha observado que los bebés nacidos de mujeres con un aumento de peso inadecuado tienen: mayor probabilidad de muerte infantil hasta un año después del nacimiento; mayor riesgo de no iniciar la lactancia materna y aumento del riesgo de parto prematuro (3).
  • Y por el otro, se ha comprobado que el aumento excesivo de peso gestacional se asocia con complicaciones de las madres y sus bebés tanto a corto, como a largo plazo.
  • Las complicaciones maternas incluyen trastornos hipertensivos del embarazo y aumento de las tasas de parto por cesárea. Además, las mujeres que inician el embarazo con un IMC más alto tienen un mayor riesgo de ganancia excesiva de peso, así como de la retención de ese peso posparto (4), con las consecuencias que eso acarrea.
  • Las complicaciones de sus hijos incluyen: a corto plazo causa macrosomía fetal (4), lactantes grandes para la edad gestacional, puntuaciones de Apgar bajas a los cinco minutos, convulsiones, hipoglucemia, policitemia y síndrome de aspiración de meconio. A largo plazo causa un mayor riesgo de sobrepeso u obesidad infantil (3, 4). Además, actualmente se sugiere que la nutrición en el útero puede predisponer a padecer enfermedades crónicas como la diabetes, la hipertensión y otras enfermedades metabólicas en la vida posterior (3).

 

Referencias:

 

  1. Secretaría de Salud. Control prenatal con atención centrada en la paciente. Guía de evidencias y Recomendaciones: Guía de Práctica Clínica. México: CENETEC; 2017. pp. 7, 8.
  2. Norma Oficial Mexicana NOM-007-SSA2-2016 [en línea]. Para la atención de la mujer durante el embarazo, parto y puerperio, y de la persona recién nacida. Diario Oficial de la Federación. 08 mar 2016 [consulta: 09 sep 2020]. Disponible en: https://www.dof.gob.mx/
  3. Kominiarek MA, Peaceman AM. Gestational weight gain. Am J Obstet Gynecol. 2017;217(6):642-651. doi:10.1016/j.ajog.2017.05.040
  4. McDowell M, Cain MA, Brumley J. Excessive Gestational Weight Gain. J Midwifery Womens Health. 2019;64(1):46-54. doi: 10.1111/jmwh.12927

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