Observatorio de Nutrición Materno Infantil - 7 de dic de 2020 - 3 Min. de lectura
Actualizado: ene 26
La intervención nutricional en la mujer antes del embarazo es fundamental para mejorar su estado de salud, debido a que se reduce el riesgo de desarrollar complicaciones durante y después del embarazo (1).
Durante el embarazo, se deben de cubrir los requerimientos de energía y micronutrientes, como hierro, folato, vitamina A, vitamina D, yodo, zinc y calcio. En general, una alimentación variada puede cubrir los requerimientos de la mayoría de los nutrientes, pero resulta difícil obtener la cantidad de folato. Por lo tanto, la suplementación de 4 miligramos de ácido fólico al día a las mujeres en edad reproductiva (2) previene enfermedades carenciales como los defectos del tubo neural (1).
La intervención nutricional antes del embarazo es indispensable para reducir el riesgo de complicaciones.
El peso corporal en la mujer antes del embarazo está relacionado de manera importante con el aumento de peso durante la gestación (3). El índice de masa corporal (IMC) es un parámetro que ayuda a evaluar el estado de nutrición materno (4), el cual se clasifica como bajo peso (<18.5 Kg/m), peso normal (18.5 a 24.9 Kg/m), obesidad (30 a 34.9 Kg/m) y obesidad extrema (> 40 Kg/m) (5). Es ideal mantener un IMC normal antes del embarazo para tener una ganancia de peso gestacional adecuada y prevenir algunas complicaciones que puedan afectar la salud de la madre y producto (3).
El peso normal antes del embarazo es ideal para una gestación adecuada y menor riesgo de presentar complicaciones.
Un bajo peso antes del embarazo incrementa el riesgo de complicaciones durante el embarazo, como: desprendimiento de la placenta, parto antes de la semana 37 de gestación, hipertensión arterial gestacional, más conocida como preeclampsia (6), deficiencia micronutrientes como vitamina A y/o zinc (1) y aumento de peso inadecuado (7) en la mujer embarazada. Respecto al producto puede presentar: bajo peso y talla para la edad gestacional (8) y emaciación (1). Estas complicaciones se presentan porque la mujer embarazada debe cubrir sus necesidades nutricionales y aportar los nutrientes necesarios al producto que está en crecimiento (9).
El peso por arriba de los parámetros de normalidad previos al embarazo es un factor de riesgo modificable que influye en la probabilidad de desencadenar complicaciones en el producto durante el embarazo (3), tales como mayor riesgo de: muerte fetal, parálisis cerebral infantil (10), peso alto al nacer, parto por cesárea (3) y riesgo de trastornos del espectro autista (11). De igual manera se ha demostrado que en mujeres con IMC alto, existe una mayor probabilidad de presentar diabetes gestacional (DG) e hipertensión arterial gestacional (6), aumento en el nivel de estrés, ansiedad, depresión (11, 12) y pueden tener retención de peso después del parto (13).
El bajo peso, sobrepeso y obesidad pregestacional están relacionados con complicaciones durante el embarazo.
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