Desarrollan investigadores de la UAEH plástico biodegradable

Por Fannia Cadena
Fotografía: Jorge Hernández


Sustituir el plástico derivado del petróleo por uno que sea biodegradable y renovable ahora podría ser posible a mediano plazo. Hacia ese panorama apunta el proyecto ejecutado por investigadores de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH) en conjunto con científicos del Centro de Investigación y Estudios Avanzados (Cinvestav) del Instituto Politécnico Nacional (IPN), la UAEH y el Tecnológico de Monterrey, Campus Estado de México.

En un contexto de alarma a nivel internacional por el grado y consecuencias de la contaminación por la descomunal generación de basura en el planeta, y una creciente demanda social para reducir productos de corta vida útil y largo proceso de degradación, como son los desechables y bolsas de plástico, la investigadora María del Rocío López Cuellar consideró que investigaciones como esta pueden cambiar la dirección que lleva la humanidad, hacia nuevas formas más sustentables de producir y de consumir.

El plástico biodegradable puede utilizarse para hacer materiales de embalaje o recipientes, entre otros diversos usos

Con 13 años trabajando en la línea de investigación de la producción de metabolitos secundarios bacterianos, principalmente biopolímeros y antimicrobianos bacterianos, la doctora en Biotecnología confía en que en algún momento se podría llegar a sustituir plásticos sintéticos por otro material biodegradable hecho a base de biopolímeros, lo que puede ocurrir en un mediano plazo, si los gobiernos orillan a las industrias a generar productos y sus envases, en materiales biodegradables.

“Debe haber una conciencia ética y social donde realmente veamos cuáles son los impactos ambientales que tenemos y evaluar y regular desde la sociedad y desde el gobierno, los materiales que no se degradan, para no dar lugar a la corrupción por encima del daño ambiental”, consideró.




En el laboratorio de Biotecnología del Instituto de Ciencias Agropecuarias (ICAP), la investigadora López Cuellar trabaja en un proyecto para desarrollar un sustituto sustentable para los plásticos convencionales. Por ello se centra en el desarrollo de polihidroxialcanoatos, que son polímeros producidos a partir de bacterias los cuales poseen muchas ventajas en comparación del polipropileno o polímeros de origen petroquímico, pues son biodegradables, biocompatibles y renovables.


El proyecto se ha financiado mediante Conacyt y la UAEH


Al poseer esas tres características, tienen una amplia gama de aplicación en la industria alimentaria, farmacéutica, biomédica e incluso automotriz, de forma que estos biopolímeros podrían tener un gran impacto positivo en el medio ambiente.

De acuerdo con la doctora, este proyecto se ha trabajado de forma interinstitucional durante dos años y medio entre el Cinvestav del Instituto Politécnico Nacional (IPN), la UAEH y el Tecnológico de Monterrey Campus Estado de México.



En cada una de estas tres instituciones se estudia una parte específica: la producción de biopolímero, la generación de micro-organismos o bacterias recombinantes (modificaciones que se le hacen a los micro-organismos para mejorar los tipos de biopolímero que pueden producir), producción de bio-películas para funciones alimentarias y producción de nano-partículas.

“El Cuerpo Académico de Biotecnología Agroalimentaria trabajamos en la producción de biopolímeros, buscando diferentes fuentes de carbono para mejorar la producción biopolimérica de las bacterias. Actualmente estamos trabajando la producción de nano-partículas con para uso en empaques alimentarios y como vectores de fármacos”, explicó la investigadora.

Con la idea de hacer factible la introducción de estos biopolímeros en la industria y que los productos de plástico de origen petroquímico sean sustituidos por este material biodegradable, los investigadores que participan en este proyecto centran actualmente sus esfuerzos en disminuir los costos de producción, mejorar los biopolímeros, y aumentar la capacidad de producción a mayor escala, para que pueda ser un material competitivo, redituable y se pueda sustituir paulatinamente al plástico derivado del petróleo, recurso no renovable.




El Cuerpo Académico que trabaja en este proyecto está integrado por el doctor Norberto Chavarría Hernández, la doctora Adriana Inés Rodríguez Hernández, la doctora María del Rocío López Cuellar, el doctor Apolonio Vargas Torres, y la doctora Heidi María Palma Rodríguez

“Todavía los costos son mucho más altos que obtener un plástico de origen sintético, pero esta demanda social que existe para reducir materiales que contaminan hace que estos biopolímeros sean mucho más viables y se haga más investigación para mejorar la eficiencia en la producción de biopolímeros, que tienen además la ventaja de que no son solubles en agua por lo que pueden ser utilizados en muchos ambientes”, comentó la especialista, quien destacó que algunas empresas europeas producen recipientes mezclando materiales a fin de utilizar menos petróleo, aunque en México todavía no se presenta este cambio.



López Cuellar espera que durante el nuevo gobierno de México haya un mayor apoyo a la ciencia y la tecnología y sobre todo a la industria verde: “México está comenzando a impulsar este tipo de tecnologías para mejorar algunos procesos, sin embargo todavía es caro y falta hacer mucha investigación”.

El panorama es alentador, sugiere la doctora, pues tanto el gobierno como las industrias alimentarias, farmacéuticas, automotrices, están buscando fuentes tecnológicas renovables y biodegradables.


Por parte del Tecnológico de Monterrey participa en el proyecto la doctora Berenice Vergara Porras, experta en biodegradación, y el doctor Fermín Pérez Guevara del Cinvestav