Reflexiones de nuestra memoria histórica desde el Archivo

Portada de la publicación con motivo del homenaje universitario al profesor Teodomiro Manzano. 1978. Fuente: Fondo editorial UAEH.

El estudio inicia con un prólogo del que fuera alumno, director y profesor del Instituto, y tiempo después, primer decano de la UAEH, el licenciado Cesar Becerra, quien emotivamente recuerda sus años de juventud y sus peripecias como estudiante y directivo del plantel. Dicho personaje hace un reconocimiento al profesor Manzano por ser un “venerado maestro” siempre preocupado por la educación de los niños y jóvenes hidalguense, y su destacada aportación a la generación de diversas publicaciones de índole histórica y de enseñanza.

Luego se encuentra la dedicatoria del autor donde recalca la importancia de la historia para el goce y disfrute de los pueblos, y el principal motivo que lo llevó a escribir la historia del Instituto: “he creído de mi deber publicar las presentes paginas, rindiendo homenaje a este establecimiento […]”; letras que fueron redactadas el 3 de marzo de 1937.

En el cuerpo principal del texto, dividido en tres apartados, Manzano ofrece una narración de hechos del acontecer y evolución con la que se fue desarrollando el Instituto. En el primer segmento el autor nos presenta el contexto en el cual se encontraba México al triunfo de Benito Juárez y la creación de la entidad hidalguense. Asimismo, da cuenta de los personajes que dieron origen al Instituto: doctor Miguel Varela, doctor Marcelino Guerrero y Agustín Cárdenas, acompañados de las fotografías de tan destacados personajes.

También nos relata la ceremonia de inauguración del Instituto, así como de sus primero profesores y alumnos, clases y carreras profesionales que se ofertaron. En el segundo apartado, que refiere a la época de consolidación del Instituto, que va desde 1872 hasta 1911, escribió cómo el Instituto deja de ser un internado, además, refiere al primer reglamento interior, el crecimiento de la matrícula, el establecimiento del observatorio meteorológico, y una fotografía y relación de la última generación de abogados egresados del Instituto, carrera que se impartió hasta 1891.

En la última sección el lector podrá indagar en la creación de la Universidad de Hidalgo (1921), y el establecimiento del plan de estudios en dos ciclos: tres años de estudios secundarios y dos de especialización, que en aquella época eran denominados como estudios preparatorios.

Luego, el autor nos lleva a conocer aspectos del inmueble que ocupó: historia del edificio, situación, límites y extensión. En esta sección aparece una de las primeras fotografías del inmueble, con el aspecto que conservó durante muchos años, hasta la remodelación que se hiciera a finales del silgo XIX, y que hoy podemos admirar.

Además, como dato curioso se menciona que el edificio en 1937 estaba valuado en 380 mil pesos con 56 centavos. Incluso en la publicación existe una galería de imágenes con los retratos de los directivos desde el primero, licenciado Marcelino Navarro (1869-1871), hasta el licenciado Celestino Herrera Frimont (1934-1935).

Por último, hay un apartado de apéndices donde se transcriben discursos y narraciones de lo acontecido en la fundación del Instituto, así como datos de los alumnos de las carreras de derecho y las diversas ingenierías que obtuvieron el titulo profesional en el Instituto.

Cabe señalar que esta publicación cuenta con dos ediciones: la primera salió en 1937 y otra efectuada, ya en el periodo universitario, en 1978 durante la administración rectoral del ingeniero Carlos Herrera Ordoñez, con motivo del homenaje rendido al profesor Manzano, y del cual transcribimos una sus palabras que dedico a la publicación y a su autor:

“La única fuente que habla del pasado, del pie veterano de nuestra Universidad merece ser reconocida por la comunidad universitaria hidalguense y por los que de alguna manera están ligados en el quehacer que nos identifica. Hacemos votos porque este homenaje entren los investigadores y estudiosos una inquietud que pronto germine, y que sin lugar a duda, será el mejor reconocimiento que reciba el insigne educador, don Teodomiro Manzano, maestro destacado de nuestra planta de catedráticos”.

Portada de la obra de la Monografía del Instituto Científico y Literario del Estado. 1937. Fuente: Fondo editorial UAEH.