Tras el desastre: la reconstrucción y la solidaridad
Universitarios con Tula

 Universitarios con Tula

Por Fannia Cadena
Fotografía: Carlos Sánchez


“¿Quieren comer?”, preguntaron a quienes pasaban repartiendo víveres las personas que almorzaban reunidas afuera de una vivienda afectada por el desastre que provocó el desbordamiento del río Tula, la noche del 06 de septiembre. Aún en medio del desastre, los habitantes de Tula, Hidalgo, conservan una sonrisa y un gesto de amabilidad, al ofrecer compartir aquello que no les sobra.

Fue el miércoles 22 de septiembre por la mañana cuando partieron 15 camiones Garzabús hacia Tula, cuatro de los cuales arribaron a la colonia 16 de Enero, que fue una de las más afectadas por el desbordamiento del río Tula, al ubicarse a un costado de este canal donde desembocan las aguas negras del Valle de México.

A través de la campaña Garzatón “Ayudemos a nuestros hermanos hidalguenses”, la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH) recolectó 52.3 toneladas de apoyo a las personas damnificadas por inundaciones en Tula y Tlahuelilpan, a donde se trasladaron 15 camiones Garzabús y seis camionetas tipo Van para entregar a los habitantes damnificados víveres, ropa, comida para mascotas, artículos de limpieza, higiene personal y de primeros auxilios.

“Gracias a todas las personas que nos han apoyado, que Dios los siga bendiciendo, es muy duro para nosotros haber perdido todo en un rato”, expresó una de las habitantes de la colonia 16 de Enero, María Nieves Muciño Jarillo, quien refirió que por parte del gobierno federal ya se levantó un censo para apoyar económicamente a los habitantes de las viviendas afectadas.

La señora Nieves comentó que no se respira tranquilidad pues está latente el riesgo de más inundaciones, como ya sucedió en dos ocasiones más. El 19 de septiembre, la Comisión Nacional del Agua (Conagua) alertó de otro posible desbordamiento del río Tula, por las fuertes lluvias.



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Además de la pérdida total de sus pertenencias y muebles, la señora Nieves también perdió su taller de costura con máquinas industriales de coser, que representaban su fuente de ingresos. “El agua llegó 15 centímetros abajo del techo. Perdimos todo. El revestimiento del puente ya presenta desgajamiento y por todos lados entró el agua”, comentó.

Tras la tragedia en la que murieron 15 personas y donde muchas más perdieron todos sus bienes, o sus fuentes de trabajo, esos cuartos ahora grises y vacíos, devastados por el agua contaminada a los que se aferran los habitantes, fueron y siguen siendo el hogar de muchas familias.

Entre escombros roseados con cal para evitar infecciones, en la entrada de su patio, María Teresa Martínez Bolaños relató que el agua llegó hasta el segundo piso, donde se encontraba su mamá de 87 años de edad, quien tuvo que salir cargada por las azoteas vecinas. “Aquí la pérdida es de 200 mil pesos o más, no hay ni dónde nos quedemos”, lamentó, tras solicitar apoyo y avisos oportunos para evitar estas tragedias.

En solidaridad, la UAEH repartió casa por casa paquetes básicos que contenían: gel antibacterial, cubrebocas, botellas de agua, botellas de cloro, bolsas de semillas como arroz, frijol y lenteja, alimentos enlatados (frijoles, sopa, chiles), botella de aceite, paquete de papel higiénico, azúcar, sal, café soluble, jabón de tocador, bolsa de detergente, botella de limpiador, toallas sanitarias, pasta y cepillos de dientes. También se repartieron botiquines básicos, paquetes de ropa y artículos complementarios, como escobas, trapeadores, alimento para mascotas y pañales.

Algunas personas, como Lucía Cortés Hernández, refirieron que gracias al apoyo y solidaridad de muchas personas e instituciones no les han faltado alimentos y ropa. No obstante, su vivienda está destrozada. Se han cuarteado los muros y las láminas se están echando a perder. “Que Dios les bendiga, ojalá que Dios obre en el corazón de todos los que nos están ayudando”, expresó.



Desastre material y alimentario; pérdidas de viviendas y empleos


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En la calle La Carrera, en la colonia 16 de Enero, las personas comentan que el apoyo ha sido exiguo. “Casi no vienen, muy poquito. El río se llevó mis zapatitos… se trasmina el agua entre los blocks, se me va a caer mi casita. Por eso ya no entramos. Nos hizo favor un señor de allá arriba de estar con ellos, ahí nos quedamos, no puedo caminar”, manifestó Basilia Mendoza Simón, una adulta mayor en silla de ruedas y con la vista disminuida por la diabetes.

Tras la inundación que cubrió las casas, el principal problema que enfrentan las familias es alimentario. Una cama, una estufa y un tanque de gas, es lo que más se requiere para poder subsistir, para al menos calentar agua, afirmó doña Basilia, entre sonrisas y una mirada nublada de lágrimas.

Frente a un parque cubierto de lodo, al otro lado del puente que pasa por arriba del río Tula, Martha Contreras García y Sandra Benítez Contreras acusaron que el apoyo no está llegando a las personas que no fueron afectas en su vivienda, pero que perdieron su fuente de empleo y de ingreso. “Yo vendía plantas en el centro, se las llevó el agua y ahorita no hay para volver a vender”, afirmó Martha. “Yo trabajo en el centro pero como se inundó todo no hay trabajo, no hay qué vender, y a nosotros nos niegan el apoyo porque no se inundó nuestra casa”, dijo por su parte Sandra.



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Relataron que se conformaron dos comités que se han encargado de canalizar los apoyos únicamente a las personas afectas en sus viviendas. “Cuando llegan personas a brindarnos ayuda, vienen ellos y dicen que nosotros no lo necesitamos. Gracias a ustedes que son tan conscientes, nos están brindando el apoyo a todos en general, estamos necesitados porque no tenemos dónde vender”, externaron.

“Las mayores afectaciones se sufrieron en la parte baja y en la zona centro donde hay comercios”, refirió la directora de la Escuela Superior de Atotonilco de Tula, Sharon Vargas Zamora, al señalar que “se hizo un recorrido casa por casa para dejar las despensas en manos de quienes verdaderamente lo necesitan”.

Para la entrega del apoyo a las personas y familias damnificadas en Tula, la UAEH implementó la campaña Garzatón “Ayudemos a nuestros hermanos hidalguenses”, con las que se habilitaron unidades de recepción en cada uno de sus seis institutos, nueve escuelas superiores, siete escuelas preparatorias, así como en la Ciudad del Conocimiento, el Centro Cultural Universitario “La Garza”, el Centro de Extensión Universitaria (Ceuni) y las Torres de Rectoría, puntos donde se sanitizó, clasificó y empaquetó los artículos recibidos.



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