Machismos cotidianos, violencia normalizada que debe erradicarse

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Por Alejandra Zamora Canales
Fotografía: Alejandra Zamora y Especial


La violencia contra las mujeres se manifiesta en diversos tipos de agresiones que van desde el feminicidio hasta los machismos cotidianos, esta última es una práctica normalizada y arraigada en la sociedad mexicana que es necesaria erradicar.

En este número de la Gaceta entrevistamos al doctor Fernando Bolaños Ceballos, de la Escuela Superior de Actopan (ESAc) de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH), cuyos trabajos en el campo de la salud mental y género lo han llevado a desarrollar programas reeducativos para hombres que ejercen violencia doméstica, así como el estudio de nuevas formas de construir y habitar la masculinidad.



¿Qué son los machismos cotidianos?


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De acuerdo con el profesor investigador los machismos cotidianos son prácticas que realizan principalmente los hombres en la vida cotidiana y se basan en un pensamiento sexista, en el cual se devalúa a las mujeres o lo femenino.

Las formas más evidentes de estas acciones son el impedir el acceso a la educación, espacios públicos, puestos de trabajo a las mujeres por el hecho de ser mujer: insultos, acoso sexual, impedir la independencia financiera, el mansplaining (cuando un hombre interrumpe a una mujer para explicarle algo de manera condescendiente, por el simple hecho de asumir que él tiene un mejor manejo del tema), entre otros.

Sin embargo, son los machismos cotidianos velados los más difíciles de identificar y erradicar, tal es el caso de aquellos comentarios o acciones que perpetúan los roles de género impuesto, como el establecer a las mujeres el cuidado de las infancias, los adultos mayores o su pareja sentimental.

“Cuando un hombre abre la puerta de un carro a una mujer, puede ser considerado una práctica machista velada, porque se convierte en un privilegio sin poder, lo que viene detrás de este acto es: te tengo que cuidar porque eres débil”, menciona Fernando Bolaños Ceballos.



¿Cómo enfrentarlos?


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El catedrático de la UAEH menciona que en la actualidad hay algunos hombres, sobre todo jóvenes entre los 20 y 30 años de edad, que se encuentran generando nuevas formas de ejercer la masculinidad al desaprender los pensamientos y creencias sexistas, derribar las ideas distorsionadas que tienen sobre el género, a manejar sus emociones para tomar diferentes decisiones al uso normalizado de la violencia que les fueron instruidas durante su vida.

Para el doctor en Ciencias en Salud Colectiva los hombres que están creando estas nuevas masculinidades se enfrentan a un entorno donde las películas, canciones, refranes populares, literatura, videojuegos, tradiciones de las comunidades y la educación que se brinda en las familias perpetúan la reproducción del machismo.

“Hay cosas que se deben hacer de manera interna para modificar las relaciones más cercanas y todo esto en contra corriente con el ambiente de la comunidad y las sociedades que siguen funcionando de una manera sexista”, enfatizó.

Fernando Bolaños Ceballos considera que para la erradicación de estas conductas normalizadas es necesario implementar programas educativos desde la formación básica fundamentados en el pensamiento crítico y científico sin la injerencia de ideologías religiosas; evitar la práctica de actitudes sexistas y misóginas en todos los espacios escolares; legislar con perspectiva de género y aplicar la justicia para castigar la violencia machista y acabar con la impunidad; además de cambiar los modelos de enseñanza en el hogar, principalmente con los hombres mayores que conviven con niños pequeños y fungen como modelos a seguir.



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“Es responsabilidad de todos generar nuevas propuestas de ser hombres que estén fuera del abuso, la toxicidad, la violencia contra las mujeres y otros hombres”, declaró.

El académico de la Escuela Superior de Actopan puntualizó que el primer cambio se debe realizar al eliminar los roles de género dentro de los hogares es establecer una distribución justa de las actividades con base a las necesidades de la familia, establecer una convivencia democrática que considere las realidades de grupo, educando a las infancias bajo nuevas masculinidades y feminidades.

Por último, el doctor Bolaños Ceballos resaltó que los estudios de género benefician tanto a mujeres como a hombres. En este último caso sería derribar el estereotipo persistente en la sociedad de que el hombre debe demostrar su masculinidad a través de actos que ponen en riesgo su bienestar y el de otros como son las riñas por el “honor, la violencia hacia la pareja con la finalidad de mostrar superioridad; la competitividad en el trabajo que genera estrés y deriva en problemas de salud como cardiopatías; la negativa a recibir atención médica bajo el argumento de que “vulnera su hombría”, entre otros.

“El machismo empobrece nuestras relaciones con la pareja, nuestras hijas e hijos; nos enferma y nos mata”, sentenció.