La presente reseña muestra los datos curiosos del cerebro, como lo es las ideas y los recuerdos que provocan cambios en el cerebro. También habla sobre la plasticidad neuronal, la electricidad cerebral, el cerebro de Einstein y porque al cerebro le gusta el chocolate. Por último se dan a conocer recomendaciones para fortalecer la actividad cerebral, como lo es el meditar, dormir y cuidar tu cuerpo.
Palabras clave: Cerebro, neuronas, plasticidad neuronal, electricidad, meditación.
This review shows the curious brain data, such as ideas and memories that cause changes in the brain. It also talks about the neural plasticity, brain electricity, Einstein's brain and why does the brain like chocolate. Finally, it shows recommendations to strengthen the brain activity, such as meditating, sleep and take care of your body.
Keywords: Brain, neurons, neuronal plasticity, electricity, meditation.
Las ideas y los recuerdos provocan cambios en el cerebro: Cada vez que tienes una idea o generas un nuevo recuerdo, creas nuevas conexiones cerebrales. Eso significa que ahora mismo se está creando una nueva conexión en tu cerebro. Dando pauta a lo que se conoce como plasticidad neuronal.
Plasticidad cerebral: Es considerada como la capacidad adaptativa del sistema nervioso para minimizar los efectos de las lesiones a través de modificar su propia organización estructural, pudiéndose incluir el aprendizaje en su totalidad; concretamente, es la evidencia de cambios morfológicos como la ramificación neuronal. La Organización Mundial de la salud (1982) define el termino neuroplasticidad como la capacidad de las células del sistema nervioso para regenerarse anatómica y funcionalmente, después de estar a influencias patológicas ambientales o del desarrollo, incluyendo traumatismos y enfermedades.
La electricidad del cerebro: El cerebro humano produce electricidad todo el tiempo. A la mañana, cuando despiertas, tu cerebro produce suficiente electricidad como para encender una lámpara pequeña. El cerebro está conformado por miles de millones de células cerebrales llamadas neuronas, que utiliza para comunicarse entre sí. La combinación de millones de neuronas enviando señales a la vez produce una enorme cantidad de actividad eléctrica en el cerebro, que puede ser detectada mediante equipos médicos sensibles, por ejemplo, el electro-encefalograma (EEG), que mide los niveles de electricidad en el área del cuero cabelludo. La actividad eléctrica forma un patrón de ondas cerebrales, debido a su naturaleza cíclica y ondulada.
Con el descubrimiento de las ondas cerebrales llegó el descubrimiento de que la actividad eléctrica del cerebro cambia dependiendo de lo que se está haciendo. Por ejemplo, las ondas cerebrales de una persona durmiendo son muy diferentes de las ondas cerebrales de alguien despierto. Con los años la investigación científica y el desarrollo de la tecnología nos han acercado a imaginar exactamente lo que representan las ondas cerebrales y lo que significan sobre la salud y estado de ánimo de una persona.
Se robaron parte del cerebro de Einstein: Cuando Albert Einstein falleció, en abril de 1955, ocurrió algo muy poco ético... pero que podemos perdonar. El patólogo a cargo de la disección de este genio se tomó muy en serio todo lo de la mente maestra del físico alemán y cuando abrió su cráneo, se robó un trozo del cerebro de Einstein, el cual tuvo guardado en un jarro, en su casa, durante más de 20 años.
¿Era su cerebro normal, tan normal como el de cualquiera, o poseía algún rasgo distintivo que le hacía más inteligente? Un nuevo estudio de la Universidad Estatal de Florida realizado a partir de la observación de la corteza cerebral del físico ha descubierto unas características únicas que podrían diferenciarlo de la mayoría de la gente, una diferencia en la que podría encontrarse la clave de sus extraordinarias capacidades cognitivas. Descubren en la corteza cerebral del genial físico características distintas a las de la mayoría de los mortales, lo que podría estar relacionado con sus extraordinarias capacidades cognitivas.
El equipo del antropólogo evolucionista Dean Falk describe por primera vez en la revista «Brain» la corteza cerebral entera de Einstein a partir del examen de catorce fotografías recientemente descubiertas. Los investigadores compararon el cerebro del genio con otros 85 cerebros «normales» y, a la luz de los actuales estudios de imágenes funcionales, señalaron las características que parecían inusuales.
«Aunque el tamaño y la forma asimétrica del cerebro de Einstein eran normales, el prefrontal, el sistema somatosensorial, el córtex motor primario y las cortezas parietal, temporal y occipital eran extraordinarias», afirma Falk. Estas diferencias «pueden haber proporcionado las bases neurológicas de algunas de sus habilidades viso espaciales -la capacidad de distinguir por medio de la vista la posición relativa de los objetos en el espacio- y matemáticas, por ejemplo».
El cerebro adora el chocolate, ya tienes otra excusa: Los beneficios para la salud del consumo moderado de chocolate se han comprobado en numerosos estudios. Uno de los últimos demostró que basta con oler un trozo de chocolate para que aumenten las ondas theta en el cerebro y como consecuencia, nos sintamos más relajados.
La revista Neurology publicó los resultados de un estudio que demuestran que el chocolate mejora de forma notable el flujo sanguíneo al cerebro, lo cual beneficia a pacientes de Alzheimer, contribuyendo a la recuperación de la memoria. Las personas de la tercera edad se ven beneficiadas por el consumo de chocolate pues éste posee propiedades que ayudan a reforzar las habilidades de pensamiento.
Los flavonoides, una sustancia que se encuentra de forma natural en el chocolate, parecen ser los responsables de que los vasos sanguíneos funcionen de forma más eficiente. Además, contribuyen a la mejora de función cognitiva en personas con enfermedades mentales.
El chocolate negro nos aporta potasio, cobre, magnesio, y hierro. Tanto el cobre como el potasio ayudan a prevenir enfermedades cerebrovasculares.
Pérdida de neuronas: cuando uno se acerca a la edad de 20 años, comienza a perder neuronas. Los números parecen ser alarmantes, ya que se pierden aproximadamente 50.000 neuronas al día. Cuando llegues a los 75 años de edad habrás perdido el 10% de las neuronas de tu cerebro.
A pesar de que hemos perdido neuronas, no nos volvemos más “tontos”, sino que las neuronas restantes construyen nuevas ramas de fibras y nuevas sinapsis entre ellas, de forma que reemplazan las pérdidas.
Incluso, los científicos creen que cuando un circuito neuronal está hecho, que haya nuevas células neuronales podría suponer un problema en lugar de un beneficio, ya que interrumpiría el flujo de información y desactivaría el sistema de comunicación del cerebro.
Meditación: Si bien esta práctica puede variar de persona en persona, en general envuelve un ambiente calmado, respiración profunda y un estado mental de calma. Aunque no creas en que la meditación te pueda llevar a un estado de unión con Dios, lo cierto es que la relajación tiene un montón de beneficios para aumentar la inteligencia. Las resonancias magnéticas han comprobado que la meditación regular puede generar cambios en el cerebro, mejorar la memoria, la capacidad de atención y puede aumentar ciertas partes de la corteza cerebral.
Ejercitar el cerebro: El cerebro también necesita ejercicio regular para funcionar correctamente y mantener la vitalidad. Los puzzles, sudokus y juegos basados en palabras o números son ideales para mantener el cerebro siempre en forma. También los ejercicios matemáticos y geométricos, leer o incluso lavarse los dientes con la mano contraria. Divertirse es una forma de ser más inteligente, al parecer.
Dormir: El cerebro no se apaga para repararse mientras dormimos, pero sí es cierto que tiene un momento en el que se encarga de “poner en orden” las cosas que han sucedido durante el día. La falta de sueño puede dar a lugar a problemas cerebrales, por lo que una buena noche de sueño puede aumentar las funciones cerebrales y la capacidad de concentración. Lo ideal son entre 6 y 8 horas de sueño.
Cuidar tu cuerpo: El cuerpo humano está conectado entre sí, por lo que si cuidas una parte obtendrás beneficios en el resto. El ejercicio físico es bueno para la salud, incluso la mental, ya que una mejor circulación sanguínea permite que llegue más oxígeno y glucosa al cerebro. La alimentación también es fundamental: hay muchos alimentos relacionados con la salud cerebral como el pescado, los huevos, las proteínas y los vegetales verdes, así como también los tés de hierbas y los frutos secos.
Ingerir bacterias: Sí, como lo oyes, ingerir bacterias te puede hacer más inteligente. ¿Por qué? Algunos tipos de bacterias del suelo pueden reducir la ansiedad y aumentar la capacidad de aprendizaje cuando se ingieren o inhalan. Estas bacterias pueden aumentar el crecimiento neuronal y los niveles de serotonina.
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[a] Profesor de Escuela Preparatoria No. 3