Intervención con hombres que ejercen violencia de género: una propuesta desde las masculinidades

Resumen

La violencia de género ocurrida dentro del hogar no es un problema que sólo involucre a los integrantes de la relación de pareja, es una problemática que extiende sus consecuencias más allá de las cuatro paredes, por lo tanto la solución debe ser ofertada desde todos aquellos espacios hasta donde se amplía. Los programas que son enfocados a hombres que han ejercido violencia de género son relativamente nuevos, estos surgen en los países anglosajones a principios de los años setenta. En países latinoamericanos surgen en los años noventa, no obstante, éstos son adaptaciones de los programas desarrollados en Norteamérica. Es hasta principios de los años dos mil que se comienza a trabajar con programas que contengan elementos culturales dirigidos a la comunidad latinoamericana. Es por ello que el objetivo de este trabajo es dar a conocer una propuesta de intervención con hombres que ejercen violencia de género, tomando como base el trabajo de la Dra. Welland y el programa diseñado por Híjar y Valdez.


Palabras clave: intervención con hombres, masculinidades

Abstract

Gender violence that occured within the home isn’t a problem that only involves members of the relationship, its a problem that extends its consequences far beyond four walls, therefore the solution must be offered from all those spaces where to wide. Programs that are focused to men who have committed gender violence are relatively new, they arise in Anglo-Saxon countries in the early seventies. In Latin American countries emerge in the nineties, however, these are adaptations of developed programs in North America. It is up to the begining of year two thousand that it begins to work with programs containing cultural elements aimed at the Latin America community. Because of that, the objective of this work is to present a proposal of intervention with men who exercise gender violence, based on the work of Dr. Welland and designed by Hijar and Valdez.


Keywords: intervetion for men, masculinities


Intervención psicológica

La importancia de la intervención psicológica surgió en el área de la psicología clínica, esto al momento de darle atención a una serie de problemáticas mentales que presentaba la población. Sin embargo, al dar un respaldo científico a las prácticas que los psicoterapeutas de esa época realizaban resultaba complicado puesto que la interpretación de los varios datos que ofrecían se tornaba como una de las problemáticas principales. Tiempo después Eysenck junto con otros investigadores crearon laboratorios de comportamiento en los cuales se trabajaba con el tratamiento psicológico desde la perspectiva científica, los datos obtenidos de estos trabajos demostraron la importancia de la intervención psicológica, puesto que los grupos con los cuales trabajaron reportaron ser más eficaces que aquellos que no recibieron intervención psicológica (Ybarra, Orozco y Valencia, 2015).

En los países de Estados Unidos y Canadá se originó un movimiento que tenía el mismo propósito, probar la eficacia de las intervenciones psicológicas. Este movimiento tuvo como resultado ofrecer una categorización de las intervenciones basadas en la experiencia. La primera categorización de las intervenciones son los denominados tratamientos bien establecidos, éstos deben tener por lo menos dos estudios que muestren la eficacia de la intervención, contar con manuales de tratamiento, los criterios de inclusión deben establecerse y los estudios deben ser realizados por al menos dos investigadores diferentes. En un segundo plano de intervención se encuentran los tratamientos probablemente, la exigencia en este nivel es más baja que en el anterior, para que una intervención pertenezca a este nivel es necesario que dos investigaciones demuestren que es más eficaz que un grupo control. El tercer tipo de intervención son los que se consideran como tratamientos en fase experimental, en esta categoría se encuentran aquellas intervenciones que no pueden ser entendidas dentro de los parámetros de las dos anteriores, sin embargo, en este tipo también existen evidencias que prueban la eficacia (Vera,2004).

En todas sus modalidades, las intervenciones psicológicas tienen el objetivo de dar atención o prevenir ciertas problemáticas, sin embargo, los cambios que ha sufrido la sociedad impacta también en la aplicación de los modelos con los cuales trabajan estas intervenciones. Echeburúa, De Corral y Salaberría (2010) comentan que en la actualidad los análisis sobre la efectividad y eficacia de las intervenciones psicológicas se encuentran orientadas a desarrollar modelos que impliquen rapidez en el tratamiento y menores costos. De igual forma, las exigencias que la población hace hacia las intervenciones psicológicas han sufrido cambios, en un principio se hablaba de tratamientos puramente clínicos, en la actualidad las intervenciones son dirigidas en su mayoría a problemáticas de la vida cotidiana y tienen como objetivo central el ofrecer una calidad de vida más alta (Echeburía, De Corral y Salaberría, 2010).

Ya que la intervención psicológica tiene como propósito reducir o prevenir los problemas de los clientes mediante la aplicación de diversas técnicas, ésta es llevada a cabo en tres niveles principales: la intervención primaria en la cual se tiene como objetivo prevenir la aparición de ciertas problemáticas, por lo tanto en este nivel de intervención se trabaja con la mejora en la calidad de vida; en segundo nivel de la intervención se encuentra la prevención secundaria la cual está encargada de detectar y dar atención a problemáticas con una gravedad ligera; por su parte el tercer nivel de intervención trabaja con personas que procuran no tener recaídas, por lo que en este nivel de intervención se considera que es el más alto ya que trata con situaciones crónicas o rehabilitaciones (Bados, 2008).

Intervenciones con hombres que ejercen violencia de género

Las intervenciones psicológicas de la actualidad no sólo se encuentran dirigidas a problemáticas de índole clínica, sino que tratan también aspectos de la vida cotidiana, esto en función de una mejora en la calidad de vida. En el caso de la violencia de género tardó en ser visualizada como una problemática de salud que debía recibir atención por parte de los especialistas encargados de esta área. Esto fue debido a que en un principio se consideraba que la violencia que ocurría dentro del hogar era un aspecto privado en el cual las instituciones como el Estado no podían inmiscuirse. Sin embargo, gracias al movimiento feminista ésta problemática comenzó a cobrar cierta atención que permitió la implementación de diversas intervenciones tanto en hombres como en mujeres (Pérez, et al., 2012).

No obstante, en un principio las intervenciones  que se ofrecían a los hombres que ejercieron violencia dentro del hogar tenían aún la perspectiva desde la psicología clínica, la cual buscaba dar solución a las psicopatologías, por lo que los enfoques trabajados dentro de estos grupos percibían a los hombres como enfermos mentales o con problemas de personalidad (Ponce, 2011).

Posteriormente, los enfoques que se comenzaron a trabajar fueron aquellos con perspectiva de género, en los cuales el tópico central es el ejercicio de poder que los hombres tienen sobre sus parejas mujeres. Los países de Estados Unidos y Canadá fueron los primeros en implementar este tipo de intervenciones, el grupo encargado de desarrollar el tratamiento con hombres fue EMERGE. El trabajo que realizaron impactó dentro del campo de las intervenciones en violencia debido a que ellos manejaron esta problemática como un aprendizaje social y no una enfermedad mental, por lo que las principales temáticas que abordaron fueron las relaciones inequitativas que los hombres tenían con sus parejas (Corsi, 2005).

El modelo que se implementó en Estados Unidos recibió el nombre de Duluth, su impacto fue tan grande que la mayoría de los programas de intervención dirigidos a hombres están basados en éste, la razón del impacto de este modelo fue la perspectiva social, cultural y feminista que le brindó a la temática de la violencia de género, esto permitió que las mujeres que acudían a los grupos de víctimas pudieran quitarse el estigma de ser las responsables de la violencia que hacia ellas se ejerce (Welland y Wexler, 2007). El formato que se siguió en Canadá fue basado en grupos de hombres que se dedicaban a realizar reflexiones sobre la posición de poder en la cual ellos se encontraban, así como el papel que jugaban dentro de la dinámica de la violencia de género, el propósito de estos programas de intervención fue que estas discusiones se llevaran a cabo por los propios hombres, es decir que entre hombres propiciaran el cambio (Medina, 2012).

El impacto del modelo Duluth fue tan grande que incluso se realizaron replicas en países como Australia, Francia y Reino Unido. Por su parte, los programas que se implementaron en España fueron desarrollados por Echeburúa y Corral, en este modelo se recupera la perspectiva psicológica ya que los trabajos que estos autores realizaron fueron dentro de los sistemas penitenciarios (Ruiz, et al., 2010).

Por otro lado, dentro de los países latinoamericanos que comenzaron con el trabajo de programas de intervención con hombres se encuentra en primer lugar Argentina con los trabajos de Jorge Corsi (2005), quién realizó una adaptación de los modelos norteamericanos para poder ser aplicados en países latinoamericanos.

Para el caso de México las intervenciones con hombres comenzaron a ser ofertadas por parte de instituciones gubernamentales a partir de la promulgación de la  LGAMVLV en el año del 2007, las perspectivas manejadas en estos programas de intervención fueron semejantes a las manejadas en Argentina, enfoque cognitivo-conductual, perspectiva de género y grupos reeducativos (Híjar y Valdez, 2010).

Como se puede observar, el formato que siguen los programas de intervención con hombres es el orientado a trabajar las relaciones de poder que existen dentro de la pareja, así como tratarlo desde un enfoque cognitivo-conductual, puesto que se pretende un cambio en las respuestas que los hombres ofrecen ante situaciones de conflicto. Sin embargo, estos programas al ser adaptaciones de los modelos anglosajones, carecen de los elementos propios de la cultura mexicana o latina. Welland y Wexler (2007) realizaron un modelo específicamente para la cultura latina, puesto que ellos trabajan con migrantes que se encuentran en Estados Unidos, por ende el programa de intervención que ellos propones recupera elementos de la cultura mexicana (ya que los participantes en su mayoría fueron mexicanos), ellos sugieren que además de la discusión sobre los papeles de género se debe incluir educación para padres, así como los elementos culturales de la espiritualidad de los participantes, lo anterior con el propósito de ofrecer estos elementos culturales como factores de protección ante posibles reincidencias en la violencia de género.

Además del formato de grupo, la mayoría de instancias que ofrecen estos programas de intervención también dan asesoría individual, de pareja y apoyo en el tratamiento con los hijos. Esto a causa que la mayoría de hombres que asisten a grupos de intervención que se realizan en instancias gubernamentales son remitidos por algún tipo de instancia social o departamento judicial, por lo que los hombres se encuentran obligados a acudir (García y García, 2011).

La violencia en el mundo masculino

Al momento de definir lo que es la masculinidad viene a nuestra mente ciertas características propias de cada cultura que designa lo que es propio o no de los hombres. En la mayoría de las culturas occidentales los elementos que son considerados propios de los hombres es el ser el sexo fuerte y proveedor principal del hogar (Connell, 2015), por lo tanto uno de los elementos constitutivos de la masculinidad es la violencia, ya que mediante ella pueden alcanzar las características que la cultura dicta a los hombres para vivir una masculinidad aceptable.

Sin embargo, lo anterior se encuentra arraigado dentro de un sistema patriarcal de creencias erróneas en donde se entiende que la masculinidad debe estar fuertemente relacionada con el poder y que la forma de alcanzarlo es el ejercer violencia hacia aquellos que le impidan lograr su objetivo (Ramírez, 2005). Por lo tanto la violencia masculina se puede ver manifestada en tres niveles, siendo el primero de ellos la violencia que los hombres ejercen hacia sí mismos, el segundo nivel en donde los hombres dirigen la violencia hacia sus grupos pares y el tercer nivel en donde se manifiesta la violencia hacia la mujer (Zamudio, 2014). En este último nivel es donde ocurre la violencia de género y en la cual la mayoría de programas de intervención centran su atención, esto debido a que en su mayoría las víctimas de violencia en la pareja son mujeres. De acuerdo con esto, Ramírez (2005) propone que el origen de la violencia de género en la relación de pareja requiere de los siguientes elementos:

  • Ocurre en un continuo y no de forma esporádica, por ello es necesario reconstruir las experiencias o trayectorias de vida de las personas, esto con el propósito de identifica el cómo llegaron a encontrarse en esta situación.
  • Se considera en dos espacios temporales, el primero de ellos se refiere a que no sólo ocurre en la pareja, sino que se extiende a las demás relaciones que establece la persona como con los hijos, amigos y relaciones colectivas; el segundo aspecto trata del tiempo y la transformación que esta dinámica va presentando por la influencia del conjunto de personas.
  • Dentro de esta dinámica también influyen aspectos externos al individuo como la presión social, familiar o del trabajo que se van experimentando día con día, estas condiciones modifican la situación dentro de la pareja.
  • Debido a que es una relación de poder pretende ejercer control a sus semejantes y esta se manifiesta de manera violenta.
  • La resistencia que manifiestan las víctimas no es de una sola forma, al igual que la violencia, tiene distintas modalidades que se oponen al ejercicio de poder.

En ocasiones se ha llegado a pensar que todos los hombres que ejercen violencia en contra de su pareja es debido a que ellos fueron víctimas de violencia o que son niños maltratados, por lo que la violencia es la forma que ellos aprenden a socializar con los demás, sin embargo, existen hombres que se han encontrado en esas situaciones y no han mostrado conductas violentas en contra de sus semejantes, por lo tanto se entiende que el tener este tipo de experiencias no implica que serán futuros agresores (Zamudio, 2014).

El postulado anterior nos hace replantear aquellos enfoques en los cuales se trataba a los hombres como enfermos mentales o con experiencias de trauma infantil, es decir, que no existe una tipología única del agresor, los programas de intervención para hombres que ejercen violencia deben considerar que no existe un sólo tipo de masculinidad, que ésta es diversa puesto que no existe una sola forma de ser hombre.

Propuesta de intervención desde las masculinidades

Como  se ha dicho, las intervenciones dirigidas a hombres que ejercen violencia de género en su relación de pareja en sus principios se encontraban basados en los modelos cognitivo-conductuales y con perspectiva feminista con el propósito de trabajar el sistema de creencias que ellos poseían sobre las relaciones de poder. Sin embargo, en la actualidad los hombres presentan una crisis de identidad basada en los cambios de roles de género, las dinámicas entre los géneros ha sufrido ciertas transformaciones, por lo que también su mundo se transforma. Es decir que la seguridad que con anterioridad les ofrecían los roles tradicionales de género ya no lo hacen más, pues el adquirirlos implicaría tener una relación basada en un sistema de jerarquías y que podría originar violencia entre la pareja en algún momento de la relación.

Todo esto ha ido transformando distintos aspectos de la vida cotidiana tanto de hombres como de mujeres, por lo tanto los programas de intervención basados simplemente en este sistema de jerarquías, el día de hoy queda un tanto inconcluso. Por esta razón, uno de los temas más tratado en los programas de intervención con hombres es la masculinidad, seguido de las tradiciones culturales y habilidades para la paternidad como puede ser observado en la tabla1 (Pérez, et al., 2012).

 

Tabla 1. Temas en Programas de intervención dirigidos a hombres

Tema

Porcentaje

Masculinidad 90%
Relaciones íntimas 88%
Resolución de conflictos 86%
Tradiciones culturales 81%
Control de ira 76%
Habilidades para la paternidad 76%
Sanciones judiciales 66%
Uso de drogas 58%
Trauma 50%
Estrés 50%
Salud sexual 44%
Opresión y discriminación 44%
Espiritualidad 22%
Organización comunitaria 15%

Fuente. Pérez et al. Adaptado de Rothman, Butchman y Cerdá.

La propuesta diseñada por Welland y Wexler (2007), que lleva por nombre Proyecto Quetzalcóatl, presenta diversos formatos de trabajo, como lo son: terapia individual, prevención de violencia, grupos de hombres voluntarios, parejas, grupos de iglesias, como asesorías y con grupos de hombres que son ordenados por algún tipo de tribunal o servicio social. En este trabajo sólo nos enfocaremos en este último formato el cual es presentado como se observa en la tabla 2.

Tabla 2. Sesiones y temáticas del Proyecto Quetzalcóatl en el formato de Grupos ordenados por tribunales

Proyecto Quetzalcóatl (Welland y Wexler, 2007)
Sesión 1 Quetzalcóatl, el viaje del héroe Orientarse al grupo, conocer la idea de viaje personal y de grupo
Sesión 2 La casa del abuso Conocer las definiciones básicas del abuso y la gama de conductas amenazantes
Sesión 3 Tiempo fuera Diseñar un plan específico para manejar situaciones familiares estresantes, con el propósito de disminuir la agresión.
Sesión 4 Enojo y agresión Aprender la educación básica sobre el enojo y habilidades para manejarlo.
Sesión 5 Alcohol y Violencia Reconocer el consumo propio.
Sesión 6 Diálogo interior Conocer el concepto de hablarse así mismo, prepararse para las situaciones que producen enojo.
Sesión 7 Responsabilidad Comprender las conductas destructivas propias y las estrategias de justificación.
Sesión 8 Trampas de la masculinidad El Ser hombre.
Sesión 9 Celos y malas interpretaciones Las diferentes formas en que los celos pueden provocar conductas violentas.
Sesión 10 Sexo Expectativas y exigencias sexuales y su implicación en la violencia.
Sesión 11 Los hijos Efectos de la violencia en los niños, empatía con los niños.
Sesión 12 ¿Qué tipo de padre quiero ser? Actitudes y habilidades que ayuden a ser un padre más eficaz.
Sesión 13 Expresando mis sentimientos y pidiendo el cambio Técnicas específicas para expresar sentimientos.
Sesión 14 Capacitación en la empatía Adquirir comprensión más clara de lo que otras personas experimentan durante un conflicto.
Sesión 15 Conflicto respetuoso y resolviendo problemas Estructura para la comunicación y resolución de conflictos en la pareja.
Sesión 16 Perdonar es una desición Explorar el tema del perdón con el fin de encontrar una sanación propia.

Fuente: elaboración propia basado en Welland y Wexler (2007).

El proyecto Quetzalcóatl dista de otros ya que es una intervención dirigida específicamente para hombres latinos, por lo que contiene elementos propios de la cultura a la que los hombres pertenecen. Welland y Wexler (2007) sugieren seis áreas específicas para el trabajo con hombres latinos:

  • Discusión sobre roles tradicionales.
  • Paternidad.
  • Discriminación en contra de las mujeres y los inmigrantes.
  • Cambio de los papeles de género en la experiencia migratoria.
  • Abuso sexual.
  • Espiritualidad como prevención a la violencia.

Aunque este programa haya sido diseñado con inmigrantes también pueden ser aplicado a hombres que no hayan migrado a los Estados Unidos, puesto que según Welland y Wexler (2007) la experiencia migratoria existe dentro del país, es decir personas que migran del campo a la ciudad. La perspectiva que se maneja es el modelo cognitivo-conductal y de autopsicología, en donde existen sesión que pueden ser autoadministradas por los usuarios.

Por otra parte, se encuentra el modelo propuesto por Híjar y Valdez llamado Programa de reeducación para víctimas y agresores de violencia de pareja, el cual tiene como propósito principal desarrollar nuevas habilidades sociales y de comportamiento que ayude a los participantes a tener mejores relaciones sociales y de pareja.

En la siguiente tabla se muestran las sesiones que se trabajan en el modelo propuesto por Híjat Valdez (2010), el cual fue piloteado en los estados de Colima, Sonora, Yucatán y Zacatecas, esto debido al surgimiento de la Ley General de Acceso a las Mujeres a una Vida Libre de Violencia.

Tabla 3. Sesiones temáticas y técnicas del Programa de reeducación para agresores de violencia de pareja


Programa de reeducación para agresores de violencia de pareja  (Híjar y Valdez, 2010)
Sesión temática 1 Integración del grupo Encuadre. Integración de grupo
Sesión temática 2 La cultura machista Identificar la cultura machista y su relación con la violencia
Sesión temática 3 La violencia contra las mujeres como un problema social Cultura machista y su relación con la violencia en espacios públicos.
Sesión técnica 4 1ª Hechos de violencia  Conocer los tipos de violencia e identificar las prácticas propias.
Sesión temática 5 Los derechos humanos de las mujeres Conocer la responsabilidad en la violencia y respeto de los derechos de las mujeres.
Sesión técnica 6 1ª  Hechos de violencia Conocer los tipos de violencia e identificar las prácticas propias.
Sesión temática 7 La construcción social de la masculinidad y la violencia masculina Identificar la responsabilidad en la construcción de la masculinidad.
Sesión técnica 8 1b El retiro Alternativas a la violencia.
Sesión temática 9 La violencia contra las mujeres en los espacios públicos e institucionales Violencia institucional hacia las mujeres.
Sesión técnica 10 1ª Hechos de violencia Conocer los tipos de violencia e identificar las prácticas propias.
Sesión temática 11 La violencia en mi familia de origen y actual Experiencia de violencia.
Sesión técnica 12 1ª Hechos de violencia Conocer los tipos de violencia e identificar las prácticas propias.
Sesión temática 13 El trabajo doméstico Responsabilidad en el trabajo doméstico.
Sesión técnica 14 1b El retiro Alternativas a la violencia.
Sesión temática 15 La autonomía de las mujeres y su relación con la toma de decisiones Identificar responsabilidad en la autonomía de las mujeres.
Sesión técnica 16 1ª Hechos de violencia Conocer los tipos de violencia e identificar las prácticas propias.
Sesión temática 17 El ejercicio de mi paternidad  y la violencia contra hijas e hijos Prácticas de crianza y violencia.
Sesión técnica 18 1ª Hechos de violencia Conocer los tipos de violencia e identificar las prácticas propias.
Sesión temática 19 Mi cuerpo Experiencia corporal en la violencia.
Sesión técnica 20 1b El retiro Alternativas a la violencia.
Sesión temática 21 El autocuidado de mi cuerpo Identificar las prácticas de autocuidado del cuerpo.
Sesión técnica 22 1ª Hechos de violencia Conocer los tipos de violencia e identificar las prácticas propias.
Sesión temática 23 La sexualidad masculina Importancia de la sexualidad
Sesión técnica 24 1ª Hechos de violencia Conocer los tipos de violencia e identificar las prácticas propias.
Sesión temática 25 La violencia sexual masculina Responsabilidad en la violencia sexual.

Fuente: elaboración propia basado en Híjar y Valdez (2007).

En el programa desarrollado por Híjar y Valdez (2007) se trabaja con 14 sesiones temáticas y 11 sesiones técnicas; las primeras tienen el propósito de ofrecer elementos educativos que ayuden a los hombres a responsabilizarse en su participación en la violencia de género, las sesiones técnicas tienen el objetivo de analizar las situaciones particulares de cada uno de los participantes y su experiencia en la violencia, así como brindar elementos que ayuden a los hombres a enfrentar situaciones de conflicto.

Los objetivos reeducativos del programa para agresores están enfocados a disminuir la violencia ejercida en contra de las mujeres en espacios tanto institucionales, comunitarios, personales y dentro del hogar, lo anterior con el propósito de lograr que las mujeres con experiencia de violencia por parte de la pareja tenga una calidad de vida mejor. Estos objetivos se trabajan en cada una de las sesiones y son:

  • Cultura machista como impulsora de la violencia de género.
  • Violencia en su relación de pareja.
  • Experiencia de la violencia en la familia (actual y de origen).
  • Habilidades de negociación en situaciones de conflicto.
  • Evitar replicar de la violencia.
  • Asumir la responsabilidad sobre el ejercicio de la violencia.
  • Habilidades de autocuidado.

Este programa es dirigido a hombres que hayan sido remitidos por alguna institución social o de justicia, así como hombres que decidan acudir de manera voluntaria. Sin embargo, los hombres que se encuentren bajo algún tratamiento psiquiátrico no podrán recibir el tratamiento.

Tomando en cuenta ambos modelos se hace una propuesta de intervención con hombres que ejercen violencia de género, que hayan sido remitidos por alguna instancia tanto social como jurídica, sin embargo, dista de las dos anteriores en que el enfoque principal es el trabajo con las masculinidades tradicionales y su modificación hacia las nuevas masculinidades. Es decir, tomar aquellos factores de protección que tienen los roles tradicionales e integrarlos mediante el desarrollo de las habilidades sociales de los participantes.

A continuación se muestran las sesiones propuestas y los objetivos a trabajar en la intervención.

Tabla 4. Sesiones y objetivos del Programa de Intervención en Masculinidades Tradicionales

Programa de Intervención en Masculinidades Tradicionales.
Sesión 1 El viaje del héroe Encuadre y orientación al trabajo en el grupo.
Sesión2 ¿Cómo es un hombre? Características de la masculinidad. Diferencias entre sexo y género.
Sesión 3 Conociendo mi masculinidad Creencias sobre la masculinidad, roles y estereotipos de género.
Sesión 4 El cuerpo del hombre Importancia del cuerpo en la construcción social de la masculinidad.
Sesión 5 Sexualidad en la relación de pareja Ejercicio de la sexualidad con la pareja. Expectativas y exigencias.
Sesión 6 Celos y malas interpretaciones Relación entre la violencia y los celos.
Sesión 7 Sustancias adictivas y violencia Daños que provocan las drogas y la relación que tienen con la violencia.
Sesión 8 La estructura de la violencia Tipos de violencia, estrategias de prevención.
Sesión 9 Estrés Situaciones y factores que generan estrés. Estrategias de afrontamiento.
Sesión 10 Tiempo fuera y enojo Conflicto en la relación de pareja, estrategias para la negociación.
Sesión 11 Paternidad Relación entre padres e hijos, efectos de la violencia en los hijos.
Sesión 12 Mi responsabilidad en la violencia Reconocimiento del ejercicio de la violencia.
Sesión 13 Sentimientos desde la masculinidad Identificar emociones y sentimientos.
Sesión 14 Respeto y comunicación en pareja Conflictos respetuosos y asertividad.
Sesión 15 Vida espiritual, comunidad y prevención de la violencia Elementos de la fe como estrategia de prevención.
Sesión 16 Fiestas Estrategias de prevención y plan de vida.

En la propuesta Programa de Intervención en Masculinidades Tradicionales se sugiere comenzar con la temática de masculinidades ya que se entiende el ejercicio de la violencia de género como un elemento de la masculinidad tradicional, ya que como lo menciona Connell (2015) la masculinidad tradicional tiene como propósito ejercer control y dominio sobre los otros, puesto que está basada en un sistema de jerarquías. Por ello, en las sesiones introductorias a la intervención se trabaja con las temáticas de roles y estereotipos de género masculinos, haciendo énfasis en la categoría de género como una construcción social.

De acuerdo con la tabla 1 que muestra las temáticas más abordadas en las intervenciones con hombres el Programa de Intervención en Masculinidades Tradicionales tiene los siguientes objetivos:

  • Roles y estereotipos del género masculino.
  • Factores internos, externos y sociales que influyen en el ejercicio de violencia.
  • Tipos de violencia
  • Estrategias de afrontamiento ante el estrés.
  • Convivencia saludable con los hijos y la pareja.
  • Empatía y desarrollo de redes de apoyo.

El propósito de los objetivos anteriores es el de modificar la masculinidad tradicional de los hombres y que generen una masculinidad que les permita tanto inmiscuirse dentro de las prácticas de crianza como en una relación saludable de pareja.

Conclusiones

Las intervenciones dirigidas a hombres que ejercen violencia de género en sus inicios, al igual que la mayoría de intervenciones, tenían la perspectiva de entender a sus usuarios como alguien que sufría de una enfermedad mental o que en el pasado había vivido una experiencia traumática, por esta causa las intervenciones psicológicas que se les impartían tenían el enfoque clínico que incluso se ofrecían en prisiones. Sin embargo, gracias al movimiento feminista las perspectivas en este campo cambiaron, se entendió que la violencia de género tiene sus raíces en el sistema de creencias y comportamientos de una cultura patriarcal, la cual instaura este modelo como estereotipos y roles.

Sin embargo, los programas de intervención seguían presentando problemas puesto que al ser réplicas de programas norteamericanos, en ocasiones existían problemas como la adherencia a ellos. Debido a que las intervenciones reeducativas trabajan con roles y estereotipos de género y estos tienen su origen en la cultura, es necesario incluir estos aspectos en los programas de intervención.

El modelo que se trabaja desde las masculinidades tradicionales hace la propuesta de iniciar con temas referentes a la construcción de la masculinidad con el propósito de que los hombres que acudan a este programa, identifiquen el tipo de masculinidad que ellos tienen y en qué aspectos positivos de la masculinidad tradicional les puede ayudar como un factor de protección en contra de la violencia de género. Al igual que en las propuestas del Proyecto Quetzalcóatl y el Programa reeducativo para agresores, el Programa de intervención en masculinidades tradicionales sugiere incluir y trabajar temas sobre paternidad, debido a la situación jurídica en la que se encuentran los hombres participantes, puesto que así pueden adquirir herramientas que apoyen la práctica de crianza que realizan. Ya que la participación de los hombres en las prácticas de crianza implica una disminución en la violencia ejercida, esto como lo mostró Zamudio (2014) en su estudio realizado con hombres que asisten a grupos reeducativos en la ciudad de México. Por ello en el modelo propuesto se sugiere enfatizar en esta sesión como parte de las estrategias de prevención a la violencia.

De igual manera, se incluye el tema de la fe y la espiritualidad como factor de protección en el ejercicio de la violencia, así como la relación que existe entre el estrés, enojo y agresión, permitiendo de esta manera que tengan un control y expresión de sus emociones de forma saludable.

El tema del poder en las relaciones de pareja se maneja en esta propuesta como habilidades de comunicación saludable y solución de conflictos.

El que los participantes tengan el conocimiento de su masculinidad y la forma de expresarla adecuadamente les permitirá evitar la conductas violentas ya sea dentro de la pareja como fuera de ella. Así como los elementos ofrecidos desde su cultura que funcionan como factores de protección, al igual que a identificar los factores externos y cómo enfrentarlos.

Referencias

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[a] Licenciada en Psicología por la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo, estudiante del Posgrado en Ciencias Sociales UAEH. melissa-ba@outlook.com

[b] Doctora en Psicología Social por la Universidad Autónoma de México, Profesora de Carrera UNAM. melissaunam@yahoo.com.mx

[c] Licenciado en Psicología con especialidad en educación UAEH, Asesor psicológico en la UEPAFVS. psicarlos_barrera@hotmail.com


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