La recuperación para las personas adictas a las drogas es un proceso difícil, en donde el síndrome de abstinencia y el cue, ocasionan que aun con tratamiento el índice de recaídas sea alto. Controversialmente se ha propuesto el uso de ibogaína, un alcaloide con efectos alucinógenos que interviene disminuyendo signos, síntomas y el craving para diversas sustancias adictivas facilitando así la deshabituación.
Palabras clave: Ibogaína, adicción, craving, abstinencia.
The recovery for people addicted to drug is a difficult process, were withdrawal and cue cause even with treatment the relapse rate is high. Controversially has proposed the use of ibogaína, an alkaloid with hallucinogenic effects that involves reducing signs and symptoms and the craving for various addictive substances.
Keywords: Ibogaine, adicction, craving, abstinence.
El consumo de sustancias psicoactivas es dado inicialmente por la búsqueda de la sensación placentera que originan, desafortunadamente el consumo repetitivo, por el tiempo suficiente aunado a otros factores lo convierte en una adicción.
Esta adicción se puede definir como “una enfermedad crónica del cerebro con recaídas, caracterizada por la búsqueda y el uso compulsivo de drogas, a pesar de las consecuencias nocivas. Se considera una enfermedad del cerebro porque las drogas cambian al cerebro: modifican su estructura y como funciona. Estos cambios pueden durar largo tiempo y llevar a los comportamientos peligrosos que se ven en las personas que abusan de las drogas”. [1]
Esta enfermedad no solo afecta al adicto, sino también repercute en su entorno y es posible que se generen consecuencias de diferentes tipos: económicas, sociales, de salud e incluso muerte. A nivel mundial en el 2010 se reportó que murieron aproximadamente 0.2 millones de personas por consumo de drogas [2]. En México la tendencia a la dependencia se ha incremento del 0.4 en el 2002 al 0.7 en el 2011 y de estos enfermos solo el 18.4% ha recibido algún tipo de tratamiento [3].
Es sabido que la necesidad de usar determinada droga variara dependiendo de la sustancia misma ya que no todas las drogas generan la misma adicción, además existen diferentes factores que intervienen tanto en la frecuencia en el consumo como en la respuesta del sujeto expuesto, estos pueden ser del individuo per se o bien por factores extrínsecos y por lo tanto la adicción no será necesariamente igual en todas las personas.
La recuperación es un proceso difícil, ya que al utilizar drogas se libera dopamina en el núcleo accumbens al igual que sucede al ingerir alimento o tener sexo, lo que da origen a una recompensa placentera funcionando como un reforzador de la acción y mientras la comida incrementa un 45% la dopamina, las anfetaminas y cocaína por ejemplo la elevan 500% [4], por lo que la recuperación de las adicciones no solo dependerá de fuerza de voluntad o el deseo de abandonar dichas drogas.
Cuando una persona deja de consumir, sobreviene el llamado síndrome de abstinencia o síndrome de privación a drogas que consiste en un conjunto de signos y síntomas que aparecen cuando se suspende el consumo total o parcialmente. Si es originado por insuficiente aporte de la sustancia adictiva se denomina abstinencia por supresión. Esto involucra la aparición de síntomas físicos o psicológicos desagradables, dicho proceso depende de la interacción de múltiples factores, así como del tipo de la sustancia adictiva involucrada y puede incluir desde malestar general, nauseas, mareos, vómito, temblores, sudoración excesiva, trastornos del sueño, irritabilidad, miedo, ansiedad, alucinaciones o franca depresión [5]. Además de todo esto existe también anhedonia y disforia y dependiendo del tiempo de consumo algunos adictos enfrentaran una realidad edificada sobre las drogas, con una calidad de vida social, familiar, económica y de salud notablemente deteriorada.
Aunado a esto, existe una relación que hace el drogodependiente entre los efectos de la droga y situaciones, lugares, personas u objetos, esta conexión denominada señales o cue puede activar zonas específicas del cerebro en ausencia de la sustancia adictiva [6] que inducen al consumo.
Todo lo anterior crea una necesidad imperiosa de continuar consumiendo la droga (craving), lo que conduce al individuo a abandonar la abstinencia [7].
Dado que no es fácil desde ningún punto de vista terminar con este tipo de dependencias, el camino hacia una posible recuperación involucra un programa bien estructurado para prevención de recaídas que involucra el desarrollo de diversas estrategias las cuales abarcan tanto aspectos psicológicos, farmacológicos, físicos, emocionales, familiares, sociales e individuales.
Evitar el consumo en el proceso de recuperación es fundamental, de acuerdo al NIDA “Abstinencia extendida es predictivo de recuperación sostenida” y es necesaria una abstinencia mayor a tres años para que la probabilidad de recuperación sea del 86% [8] Por lo que la fase más importante para la recuperación es la prevención de recaídas [6].
El tratamiento con fármacos (tabla 1) puede ayudar en el síndrome de abstinencia disminuyendo dichas recaídas [9].
Tabla 1 Fármacos empleado comúnmente para el tratamiento de síndrome de abstinencia [9]
Sustancia adictiva | Tratamiento |
opioides | metadona, buprenorfina y naltrexona |
tabaco | bupropión, vareniclina y diferentes presentaciones de nicotina |
alcohol | naltrexona, camprosanto, topiramato y disulfiram |
Se ha observado que la combinación de algunos de ellos tiene mejor resultado para evitar la deshabituación, sin embargo los resultados son limitados sin una adecuada terapia psicológica concomitante [10]. Y aun así existe fracaso en el tratamiento, ya que se refiere que entre el 70 y 80 % de los pacientes vuelven a consumir antes de terminar el primer año postratamiento [11].
Dentro de la fitoterapia ha sido usada la corteza de la raíz y/o el tronco de un arbusto llamado Tabernanthe iboga el cual contiene un alcaloide psicoactivo indólico denominado ibogaína. La planta es comúnmente usada en rituales de tribus del centro de África y desde hace poco mas de 40 años se le conoce por disminuir el síndrome de abstinencia y el “craving” hacia diferentes drogas [12] tales como morfina, alcohol, cocaína, nicotina [13] y marihuana [14][15] . Ibogaína es considerada una droga legal en casi todo el mundo, excepto en EEUU, Australia, y cinco países de la Unión Europea [16].
El efecto de la ibogaína como antiadictivo se reporta en estudios preclínicos en donde se observó una disminución en la autoadministración de morfina, cocaína, anfetamina, metanfetamina y alcohol. Dentro del uso clínico se advirtió disminución de la ansiedad con una duración de días o meses e igualmente no se presentaron síntomas de abstinencia para morfina con 10 a 25 mg/kg oral [14][16].
Parece que los mecanismos de acción pueden ser por diferentes neurotransmisores [16]. Uno de ellos es a través de revertir el proceso neuroadaptativo de sensibilización a la dopamina en el sistema mesolímbico [17] y esto resulta muy favorable porque de acuerdo al equipo de Coronitas [18] estos procesos neuroadaptativos que incluyen los procesos neurobiológicos de aprendizaje y memoria pueden ser los responsables de la recaída crónica en el consumo y la ineficacia de tratamientos para el trastorno adictivo.
La aceptación de la ibogaína como tratamiento antiadictivo es controversial, ya que se habla de la muerte súbita de once personas después del consumo de este alcaloide [19]. Así también una investigación realizada a clientes y consejeros en diversas clínicas de recuperación para adicciones, menciona que se tiene una actitud negativa al uso de esta sustancia [20], paradójicamente se reporta que el uso de ibogaína se incrementó cuatro veces en el transcurso de cinco años a nivel mundial [16].
En la terapia anti adictiva se llega a utilizar también noribogaína, un metabolito de la ibogaína el cual a diferencia de esta última permanece por más tiempo en el organismo dado que es secuestrado por las grasas y es liberado poco a poco en el torrente circulatorio.
Mucho se ha comentado de crear un medicamento cuyo principio activo sea con dicho metabolito, sin embargo, uno de los esquemas de tratamiento propone el uso de ambos compuestos, es decir tanto de ibogaína como de noribogaina.
En la búsqueda de un fármaco anti adictivo que ofrezca eficacia y seguridad se está estudiando un congénere de la ibogaína, el 18 metoxicoronaridina (18-MC), al que se le atribuyen los mismos efectos anti adictivos de la ibogaína pero con menos reacciones adversas [21].
En México la ibogaína y su uso potencial contra el síndrome de abstinencia no es muy conocido, a pesar que somos uno de los lugares en donde el uso de esta sustancia no está prohibido.
Hasta ahora se conoce que durante la terapia con ibogaína se pueden presentar mareos, náuseas, vómito y dificultad en la coordinación motora, por lo cual la administración de este alcaloide debe realizarse con asistencia de un experto; no es conveniente que se utilice en personas que presenten problemas cardiacos ya que el equipo de Koenig en el 2013 [22], mencionan que en concentraciones terapéuticas puede ocasionar prolongación del intervalo del segmento QT dando origen a taquiarritmias.
Otra recomendación es no consumir otro psicoactivo durante el tratamiento, ya que la interacción de ambas sustancias puede originar la muerte. Se menciona que la dosis de ibogaína siempre debe manejarse con cuidado [23].
Sin embargo antes de pensar en su empleo para el tratamiento de pacientes adictos debe fomentarse su uso correcto, es por ello que dosis, interacciones, reacciones adversas, contraindicaciones que pudieran presentarse durante su administración deben estudiarse más [24].
Finalmente, entre los factores involucrados en las recaídas se encuentra el síndrome de abstinencia, las señales o cue y el aprendizaje de los procesos de recompensa que se generan con el consumo de drogas, los que originan el craving y el fracaso terapéutico en el 70 a 80% de los pacientes antes de terminar el primer año postratamiento. Por lo que la búsqueda de terapias efectivas continúa. La ibogaína y sus congéneres parecen ofrecer revertir este proceso neuroadaptativo y disminuir el síndrome de abstinencia ofreciendo una alternativa terapéutica viable, sin embargo es necesario realizar más estudios clínicos para fomentar su uso eficaz y seguro.
[1]1. Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas Las drogas, el cerebro y el comportamiento: La ciencia de la adicción Publicación NIH No. 08-5605 (S) Impresa en: febrero del 2008 http://www.drugabuse.gov/es/publicaciones/las-drogas-el-cerebro-y-el-comportamiento
[2]2. UNODC, Informe Mundial sobre las Drogas. Encuesta Nacional de Adicciones ENA 2011: Reporte de Drogas Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente Muñiz; Instituto Nacional de Salud Pública; Secretaría de Salud. Reporte de Drogas; 2012. Disponible en: http://www.unodc.org/documents/data-and-analysis/WDR2012/WDR_2012_Spanish_web.pdf
[3]3. Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente Muñiz; Instituto Nacional de Salud Pública; Secretaría de Salud. Encuesta Nacional de Adicciones 2011: Reporte de Drogas . Villatoro-Velázquez JA, Medina-Mora ME, Fleiz-Bautista C, Téllez-Rojo MM, Mendoza-Alvarado LR, Romero-Martínez M, Gutiérrez-Reyes JP, Castro-Tinoco M, Hernández-Ávila M, Tena-Tamayo C, Alvear Sevilla C y Guisa-Cruz V. México DF, México: INPRFM; 2012. Disponible en: www.inprf.gob.mx, www.conadic.gob.mx, www.cenadic.salud.gob.mx, www.insp.mx
[4]4. Organización Panamericana de la Salud, OPS. Neurociencia del Consumo y Dependencia de Sustancias Psicoactivas Capitulo 3 Procesos bioconductuales subyacentes a las farmacodependencias Maryland EEUU; 2005. Disponible en: http://www.who.int/substance_abuse/publications/neuroscience_spanish.pdf
[5]5. Martínez LJF, Martín PA, Valero SM, Salguero PM. Servicio de Cuidados Críticos y Urgencias. Málaga HOSPITAL REGIONAL CARLOS HAYA. Disponible en: http://www.medynet.com/usuarios/jraguilar/Manual%20de%20urgencias%20y%20Emergencias/mono.pdf
[6]6. Álamo C, López-Muñoz F, Cuenca E. Abordaje farmacológico de las recaídas en las adicciones. Adicciones; 2000. Pp.12 (4): 527-539.
[7]7. González SID. Estrategias cognitivo-conductuales para el manejo del craving RET, Revista de Toxicomanías; 2009. Pp.57: 12-17.
[8]8. Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas (NIDA). Full recovery is a challenge but is possible; 2008. Disponible en: http://www.drugabuse.gov/publications/addiction-science/relapse/people-do-recover-drug-abuse-addiction
[9]9. National Institute on Drug Abuse. DrugFacts: Treatment Approaches for Drug Addiction; 2009. Disponible en: http://www.drugabuse.gov/publications/drugfacts/treatment-approaches-drug-addiction
[10]10. Díaz-Morán Sira, Fernández-Teruel Alberto. Integración e interacciones entre los tratamientos farmacológicos y psicológicos de las adicciones: una revisión. Anal. Psicol. [revista en la Internet]. 2013 Ene [citado 2014 Abr 08] ; 29(1): 54-65. Disponible en: http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext, http://dx.doi.org/http://dx.doi.org/10.6018/analesps.29.1.135131
[1111. Lungo Ma. Angeles, Romero Estrella, Gomez-Fraguela. Analisis de la eficacia y prevención de recaidas en el consumo de drogas www.us.es/udipre/es/pdf/informe%20final%20ph.pdf
[12]12. Kingsley BT Reviews. Ibogaine in the Treatment of Substance Dependence Current Drug Abuse; 2013. Pp.6 (1): 3-16.
[13]13. Pace CJ, Stanley DG, Maisonneuve IM, Li-Wen He, Jokiel PA, Kuehne ME, Fleck MW.Novel iboga alkaloid congeners block nicotinic receptors and reduce drug self-administration. European Journal of Pharmacology; 2004. Pp. 492: (2–3) 25 159–167
[14]14. Popik P, Layer R, Skolnick P.100 years of ibogaine: Neurochemical and Pharmacological actions of putative anti-addictive drug Pharmacological reviews; 1995. Pp.47: (2) 235 – 250
[15]15. Lotsof. Ibogaine in the treatment of chemical dependence disorders: clinical perspectives MAPS 5: 3; 1994. Disponible en: http://www.maps.org/news-letters/v05n3/05316ibo.html
[16]16. Alper KR, Lotsof HS, Kaplan ChD. The ibogaine medical subculture Journal of Ethnopharmacology; 2008. Pp.115: 9–24.
[17]17. Szumlinski KK, Maisonneuve IM, Glick SD. Iboga interactions with psychomotor stimulants: panacea in the paradox? Toxicon; 2001. Pp. 39 (1): 75–86.
[18]18. Corominas M, Roncero C, Bruguera E. Sistema dopaminérgico y adicciones. Casas M. RevNeurol; 2007. Pp. 44 (1): 23-31.
[19]19. Hoelen DWM, Spiering W, Valk GD.Long-QT Syndrome Induced by the Antiaddiction Drug Ibogaine.Letters to editor Engl J Med; 2009. Pp.360(3):308-309.
[20]20. Rieckmann T, Daley M, Fuller BE, Thomas CP, McCarty D.Client and counselor attitudes toward the use of medications for treatment of opioid dependence Journal of Substance Abuse Treatment; 2007. Pp.32 (2): 207–215.
[21]21. Glick SD, Maisonneuve IM, Szumlinski KK.18-Methoxycoronaridine (18-MC) and ibogaine: comparison of antiaddictive efficacy, toxicity, and mechanisms of action. Ann N Y AcadSci; 2000. Pp.914: 369-386.
[22]22. Koenig X, Kovar M, Rubi L,. Mike AK, Lukacs P, Gawali VS, Todt H, Hilber K, Sandtner W. Anti-addiction drug ibogaine inhibits voltage-gated ionic currents: A study to assess the drug's cardiac ion channel profile Toxicology and Applied Pharmacology; 2013. Pp.273: 259–268.
[23]23. Ibogaina. Micromedex 1.0
[24]24. Lunder M, Umek, A. Treatment of addiction with TabernantheibogaBaillFarmacevtskiVestnik; 2004. Pp. 55(2): 191-196.
[a]Profesor Investigador de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo