Dirección de Comunicación Social, 01/Noviembre/2021
Boletín Electrónico Informativo No. 649
* “Lo maravilloso de esta tradición no solo es compartir con los muertos, sino también con los vivos, convivir en familia”, apuntó académico del ICSHu
Pachuca de Soto, Hidalgo. – “Tratar de asimilar la tradicional fiesta de los muertos a una celebración católica bajo los lineamientos católicos, incorporando las veladoras en las ofrendas y los retratos en cuadro de los muertos (santos), es la mayor expresión del sincretismo”, acentuó en entrevista Sergio Sánchez Vázquez, profesor investigador de tiempo completo del Área Académica de Historia y Antropología, perteneciente al Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades (ICSHu) de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH), quien ha estudiado distinto aspectos sobre el Día de Muertos.
“Esta tradición es una de nuestras fiestas más importantes y de mayor relevancia, justo porque es una fiesta que nos da identidad como mexicanos a nivel global”, la razón es porque el Día de Muertos se celebra prácticamente en todos lados a nivel nacional, con extraordinarias variantes regionales, es decir, no se celebra de la misma manera en la Huasteca, que en Michoacán, ni mucho menos en San Andrés Mixquic, o en cualquier rincón de la República Mexicana.
Esta tradición es tan relevante que ha sido incluida como parte del Patrimonio Oral e Inmaterial de la Humanidad de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO). Además de darle identidad a todos los mexicanos, genera unidad cultural entre las regiones del país y sus habitantes, al igual que presencia a nivel internacional: “si hay algo que conocen en el mundo sobre México es el Día de Muertos”, enunció el experto universitario.
Por otro lado, el académico explicó por qué esta celebración es una tradición sincrética: nació de una hibridación entre la tradición indígena mesoamericana y la tradición europea católica durante la época colonial, pues desde aquel entonces hasta la actualidad, ese sincretismo es un proceso que no se ha detenido.
Incluso, mencionó que “mucha gente cree que las tradiciones permanecen inamovibles en el tiempo, y esa es una idea equivocada, pues las tradiciones persisten en el tiempo justamente porque tienen la capacidad de adaptarse a las condiciones históricas de cada momento, y de ir incorporando elementos sin perder su esencia original”.
Por supuesto que hay muchas regiones donde la esencia norteamericana resulta determinante, por ejemplo, la celebración de Halloween tiene mucho impacto, especialmente entre las generaciones jóvenes, esto porque es una fiesta donde hay disfraces, baile, maquillaje, se ofrecen dulces a los niños, lo que la hace bastante llamativa y a su vez completamente diferente al tradicional Día de Muertos.
El académico finalizó con decir que es significativo que a nivel familiar se les transmita a las nuevas generaciones el gusto por esta tradición, al entender que no está peleada con Halloween, así como que es importante que los niños y jóvenes sigan respetando esta idea de que los muertos vienen, nos visitan y que nosotros debemos de recordarles y ofrendarles.