Ciencia y tecnología en México: Hacia un desarrollo con sentido social y sostenibilidad
Por Otilio Arturo Acevedo Sandoval, profesor investigador en el Área Académica de Química
En México, la ciencia y la tecnología son facetas indispensables para el desarrollo de la sociedad, la economía y el medio ambiente. Sus contribuciones se manifiestan en avances en salud pública, el uso eficiente del agua, la transición a energías limpias, seguridad alimentaria y la conservación de los ecosistemas. Sin embargo, para que el conocimiento sea en beneficio de la sociedad misma, la investigación y el desarrollo tecnológico deben estar guiados por políticas públicas integrales y con visión de largo plazo.
La ciencia y la tecnología también son instrumentos transformadores que mueven a la humanidad hacia un futuro mejor, estas disciplinas en México son un camino hacia el progreso, la innovación y la creación de sociedades más justas y sostenibles. Pero el progreso científico y tecnológico debe ser ordenado; solo puede ocurrir en el camino con intencionalidad, un sentido de responsabilidad, un marco ético y un deber social.
Saber debería ser más que solo encontrar conocimiento; es aplicarlo para el bien de la comunidad y la ecología de nuestro planeta.
En las últimas décadas, la política científica en México ha cambiado hacia una que busca democratizar el conocimiento y eliminar las disparidades territoriales, al mismo tiempo facilitar la investigación relevante para los problemas locales. La Ley General en materia de Humanidades, Ciencias, Tecnologías e Innovación (2023) favorece una ciencia más cercana a las comunidades y también restablece el papel de las universidades públicas como centros que producen conocimiento y preparan nuevas generaciones de investigadores.
Sin embargo, los desafíos son enormes; por ejemplo:
- La distribución desigual de la infraestructura científica entre regiones, a saber, que los estados del centro y del norte reciben más inversión, pero las regiones rurales y del sur necesitan ser fortalecidas.
- La necesidad de asegurar que la investigación reciba financiamiento más estable y consistente, y no podemos depender de una convocatoria única.
- Conectar la academia con los sectores productivos y sociales para impulsar la innovación que responda a necesidades reales.
- Integración de conocimientos indígenas, campesinos y comunitarios en las prácticas científicas y culturales del país.
- La urgencia de formar y retener talento científico joven, especialmente en áreas clave como ciencias ambientales, salud, energía y tecnologías digitales
La perspectiva moderna propone que la ciencia no debe presentarse como un laboratorio, publicación o patente, sino como un desarrollo social. Esto significa una colaboración activa entre universidades, gobierno, empresas, organizaciones civiles y los medios de comunicación —un modelo conocido como Penta hélice— donde cada actor aporta capacidades, pero la ciudadanía permanece al centro de las decisiones.
México tiene ventajas decisivas: una gran red de universidades públicas, comunidades científicas integradas, una biodiversidad excepcional en el mundo y una riqueza cultural que puede apoyar las estrategias de innovación holística. Estas fortalezas solo pueden aprovecharse a través de políticas públicas que fomenten e incentiven la investigación cuidadosa y la transparencia en la gestión del conocimiento, así como el establecimiento de redes de colaboración nacionales e internacionales.
Fortalecer la ciencia y la tecnología en México no es solo una tarea institucional, también es un compromiso con un país que está listo para enfrentar desafíos ambientales, sociales y económicos con sus propias soluciones éticas y sostenibles. Una ciencia en estrecha proximidad con el mundo cotidiano, que hace más que explicar el mundo, ayuda a construirlo.
Nuestra luz y guía en un mundo cada vez más complejo y cambiante es la ciencia y la tecnología, pero su verdadero poder solo es evidente cuando crecemos con valores, cooperación y un compromiso con nuestra nación.
México tiene el talento, la creatividad y el corazón para estar allí, para que la ciencia y la tecnología den sentido al mundo, pero también para que el mundo lo transforme, para crear un futuro nuevo, más justo y más sostenible, que incluya oportunidades para todas las personas.
Cultivando esperanza, diversidad y autonomía