Esfuerzos en el ring: derechos laborales opacados

En función estelar dentro de la Arena Afición en Pachuca, Hidalgo, “Octagon Jr.” enfrenta a “La Parka Negra” y “Abismo Negro”.

Aunque dentro del pancracio, un estilo de lucha que combina técnicas, es un espectáculo que se torna en un ambiente familiar, donde grandes y chicos disfrutan de las llaves, piruetas, vuelos, saltos, golpes, personajes, máscaras, entre otras cosas que le dan vida a la emblemática lucha libre en México, no se puede dejar a un lado lo que pasa tras bambalinas, en particular a nivel de derechos laborales para quienes hacen de este deporte su vida.

A pesar de ser un trabajo que lleva poco más de 90 años de existencia, y reconocido por quienes sean o no fanáticos del mismo, la lucha libre tiene un hueco legal en materia de derechos laborales tanto para luchadores como para el personal detrás de ellos.

En 2016 el Senado de la República declaró el 21 de septiembre como Día Nacional de la Lucha Libre y del Luchador Profesional Mexicano, debido a la importancia que ha tenido dentro de la cultura popular en el país, al ser considerado uno de los deportes más importantes a nivel nacional. No obstante, continúa el combate de los y las luchadoras por buscar seguridad y derechos laborales en un deporte que carece de los mismos casi en su totalidad.

“Lady Shani” le hace un “columpio” a “Lady Flamer”

La verdadera lucha fuera de las arenas

Santiago Castillo Alcalá, periodista, productor y operador en SUMA Radio Tulancingo, es experto en lucha libre, una pasión que surgió desde su infancia, pues su padre fue periodista deportivo y réferi en el cuadrilátero, lo cual le permitió a Santiago realizar diversos reportajes al respecto. Ante esto, Castillo Alcalá mencionó que son pocos los lugares que ofrecen derechos laborales parciales a las y los luchadores en nuestro país, en especial en las grandes empresas como lo son AAA Worldwide y el Consejo Mundial de Lucha Libre (CMLL).

En este aspecto, la auténtica lucha de los gladiadores del ring ha sido contra la falta de un proyecto que regule los derechos de su gremio que logre que las empresas y autoridades les garanticen acceso a sus derechos como trabajadores.

Al ser un deporte donde las lesiones son frecuentes debido a la naturaleza del mismo, Santiago Castillo mencionó que frecuentemente las empresas luchísticas solo apoyan con el servicio médico en caso de lesiones, pero los gastos médicos para su recuperación corren por cuenta de los luchadores.

En varios de los casos no solamente corre peligro la carrera del atleta, sino también hasta su propia vida, pues lamentablemente algunos de ellos han perdido la vida dentro del ring, como lo son “El Hijo del Perro”, “La Parka”, “Silver King”, “Príncipe Aéreo”, “Oro”, entre otros, quienes por accidentes durante el combate, aunado a negligencias médicas, no lograron a ver otro día.

Los luchadores han estado en combate contra el sistema intentando encontrar un apoyo real para ellos, y sus familias, en cuestión laboral. Además del acceso a la salud, también buscan crear un ente que regule las condiciones laborales de los gladiadores como: horarios, salarios, riesgos, prestaciones, entre otros.

Luchadores hidalguenses en combate dentro de la Arena Afición en un espectáculo familiar

Las condiciones laborales luchísticas en el estado de Hidalgo

El experto universitario explicó que en Hidalgo, en el año 2016, un grupo de trabajadores de la lucha libre convocó a una rueda de prensa afuera de las instalaciones del Deportivo 11 de Julio para dar de baja al dirigente de la Comisión de Lucha Libre en el Estado, en ese momento José Hernández Carrillo, a lo que las autoridades gubernamentales dieron a conocer que dicho cargo no existía, es decir, no existía una comisión de lucha libre en la entidad.

“Es una cosa triste saber que no hay una comisión que regule este deporte que lleva alrededor de 80 años de existencia en Hidalgo y que ha sido cuna de grandes figuras luchísticas como El Santo, Super Crazy, Crazy Boy, Violento Jack, La Parkita, Monster Clown, Dragón Bane, Alpha Wolf, entre otros que han representado a nuestra entidad a nivel nacional e internacional, mientras que el tema de la reglamentación está por los suelos”, dijo Castillo Alcalá.

Con apoyo de movimientos sociales y civiles, los luchadores se acercan a la Cámara de Diputados en el 2017 y se sube una propuesta a pleno, pero está es echada para atrás debido a controversias y faltas de acuerdo. Un año después se vuelve a presentar la propuesta, pero la congelan y no fue votada, dado que era el cierre de la administración de ese momento, le dan carpetazo y la dejan de lado.

Para el 2020 sacan una convocatoria en el Congreso del Estado de Hidalgo para hacer una comisión local en Pachuca de Soto, sin embargo, algunos apartados propiciaron que personas mal habidas empezaran a repartir licencias sin validez alguna en ninguna parte del país. “Actualmente hay 10 estados de la República donde hace falta la existencia de una comisión válida, entre ellos se encuentra Hidalgo”, subrayó Santiago.

“Lady Maravilla” afuera del ring, tras recibir un fuerte golpe en la parte de atrás de la cabeza.

Alternativas que toman los luchadores para protegerse

Desafortunadamente, la cultura de prevención es algo que no priorizan los luchadores, pues evitan las revisiones médicas hasta que un dolor o problema físico se vuelve realmente insoportable. En este aspecto, muy pocos trabajadores del pancracio tienden a tener un seguro de gastos médicos personal, el cual es pagado con sus ganancias, porque la mayoría vive al día con lo que logran sacar de las funciones donde participan.

Al no tener un sueldo fijo, tanto la cultura del ahorro como la de la prevención quedan de lado para la mayoría de los gladiadores mexicanos. Asimismo, es bien sabido que quienes logran alcanzar cierta fama, tienden a lapidar su dinero en vicios o lujos, sin ponerse a pensar en lo que será de ellos a corto, mediano y largo plazo.

Cuando un luchador se lastima, en algunos casos se suele realizar una función a beneficio de alguno de los compañeros, pero lo recaudado suele ser poco y solo cubre una pequeña parte del tratamiento que necesita para su recuperación.

“Aunque los luchadores que participan en la función de beneficio, no suelen cobrar para apoyar a su compañero, pero a veces la función no logra llenar lo suficiente para recaudar lo necesario”, explicó el experto Garza.

Réferi realiza la clásica cuenta de 3 a “La Parkita” para darle el gane a los Payasos

Otros sectores laborales de la lucha libre también sufren de este problema

Si bien los luchadores son el espectáculo principal, no se puede dejar de lado el sector laboral tras bambalinas, quienes al ser el equipo técnico suelen tener, a veces peores condiciones laborales, teniendo sueldos más reducidos que el de las estrellas, lo que provoca que varios de ellos tengan más de un trabajo para poder sustentar a sus familias.

La figura del árbitro juega un papel importante en el espectáculo, sin embargo, la mayoría de las empresas luchísticas locales se ahorran el pago de más de uno por función, es decir, solo contratan a un solo réferi para toda la noche, lo que conlleva una fuerte carga de trabajo que, en algunas ocasiones, por su participación arriba del ring, suelen también recibir lesiones de diferentes tipos, ya sea por accidente o como parte del espectáculo.

En caso de contar con un equipo médico, estos tienden a ser subcontrataciones, es decir, no son médicos de cabecera y solo son requeridos por la función a presentar. De esta manera, la empresa se ahorra un sueldo con prestaciones, lo que provoca que al momento de atender algún incidente no haya realmente un seguimiento del mismo y mucho menos un expediente médico de cada trabajador.

“La Hiedra” es sometida con cuna llave a los brazos por “Dalys”.

Derechos de autor en los personajes

“Aunque los luchadores se preocupan por diseñar su imagen, su personaje y entrenar para poder dar un buen espectáculo al público, nadie los orienta en cuestión jurídica, por lo que varios gladiadores no resguardan su personaje ante los derechos de autor, lo que ha llevado que empresas tanto locales y en especial las dos más grandes de México, AAA y CMLL, se hagan de los derechos y le quiten el personaje a la persona detrás de la máscara.

Uno de los casos más conocidos fue el de “El Místico”, quien perdió su nombre ante el CMLL para dárselo a otra persona, después de que el original hubiera ganado fama en el norte del país, lo que causó una confusión, misma que se mantiene hasta la fecha, entre el público sin saber quién es el verdadero Místico. Después de ello, la máscara ha pasado a diversos luchadores que la han portado.

Otro caso conocido fue el de “La Parka”, que fue un gladiador por parte de la AAA, pero con el tiempo y problemas con la empresa, su personaje fue entregado a otra persona, quien se queda con el nombre y quien portó por primera vez el nombre, tuvo que cambiarlo a “L.A. Parka” (La Auténtica Parka). Actualmente, este último es quien sigue vigente por el terrible fallecimiento de su compañero.

“En esa parte se deshumaniza un poco al luchador y tenemos por ello varios personajes con el mismo nombre o similares. Actualmente algunos luchadores registran su personaje y se protegen, pero no es en sí la mayoría de ellos, quienes la tienen más fácil son quienes luchan bajo su propio nombre, y/o sin una máscara, ya que de esta forma no se les puede robar la identidad”, puntualizó.

Finalmente, invitó al sector luchístico, así como a la afición a juntarse y exigir a las autoridades para conseguir que este importante sector del espectáculo en nuestro estado tenga el respaldo laboral necesario dentro y fuera de las arenas.