Gaceta UAEH

El clima está cambiando: ¿lo haremos nosotros?


Por Isaac Darío Aguilar Ortega
Fotografía: Kevin Talonia Anaya y Especial


El clima está cambiando: ¿lo haremos nosotros?

El cambio climático se ha convertido en uno de los desafíos más críticos de nuestro tiempo, la celeridad con la que los ecosistemas, la economía, los recursos naturales y comunidades de todo el mundo se ven afectadas por este suceso, que es provocado por la actividad humana. Por ello, comprender el impacto que este fenómeno tiene en nuestras vidas es esencial para generar conciencia y promover acciones que ayuden a mitigar los efectos negativos que el planeta, los seres humanos y las especies animales padecen.

Para abordar este tema, Gaceta UAEH consultó a Numa Pompilio Pavón Hernández, profesor investigador del Área Académica de Biología del Instituto de Ciencias Básicas e Ingenierías (ICBI), de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH).



¿Qué es el cambio climático?


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Numa Pavón Hernández, profesor investigador de la UAEH.



El cambio climático es la variación a largo plazo de los patrones climáticos globales como resultado de la actividad humana. Estos cambios se ven reflejados en la temperatura, precipitaciones y otros fenómenos meteorológicos, que si bien durante muchos años estos cambios se presentaban como un proceso natural, como los ciclos glaciares e interglaciares, la creciente intervención del ser humano ha provocado un desajuste que trae como consecuencia un calentamiento global acelerado. De ahí la urgencia de tomar medidas para contrarrestar el cambio climático y adaptarse al impacto que este conlleva.

El profesor Garza señaló que durante mucho tiempo, el planeta experimentó una estabilidad climática, desprendida de dos elementos clave: la temperatura y la precipitación. Las temperaturas globales, se mantenían dentro de un rango relativamente estrecho, a su vez, estas variaban según la ubicación geográfica y la estación del año, sin embargo estos cambios eran predecibles y seguidos por patrones estacionales conocidos.

Por otro lado, la precipitación seguía un patrón pronosticable como las estaciones de lluvia y sequía en las regiones tropicales, los inviernos húmedos o los veranos secos en climas mediterráneos. Las diferencias en la precipitación eran influenciadas por factores geográficos como la altitud, la proximidad al mar y las corrientes oceánicas, además, los ciclos de precipitación y evaporación estaban en equilibrio, lo que mantenía los niveles de agua en ríos, lagos y acuíferos dentro de rangos estables.

“Debido al calentamiento global, las temperaturas se incrementaron en niveles extraordinariamente altos, de la mano con este aumento de temperaturas, vino la disminución de precipitaciones, el crecimiento en las sequías, actualmente la periodicidad de la época de lluvias está rota, ya no sigue un ciclo normal, podríamos decir que entramos en un caos climático”, afirmó Pavón Hernández.



La temperatura promedio anual en México aumentó aproximadamente 1.4 grados centígrados, mientras que de acuerdo a la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA), la precipitación en el país ha disminuido hasta en un 10%.


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Causas y efectos del cambio climático



Pavón Hernández remarcó que la quema de combustibles fósiles es una de las principales causas del cambio climático, pues en los últimos 200 años, el petróleo se convirtió en un recurso indispensable para el transporte, con el que se produce gasolina, combustóleo, diésel, y que con el aumento de vehículos, implica una quema mayor de combustibles.

Por otro lado, la generación de energía también contribuye a estos cambios en las temperaturas, pues las grandes empresas utilizan derivados del petróleo como el carbón mineral para el abastecimiento de energía, lo que produce mayores emisiones de dióxido de carbono en la atmósfera.

“Otra cuestión a considerar es el aumento en la emisión de metano, gas de efecto invernadero que se genera a partir de la descomposición de la materia orgánica. El metano tiene 25 veces más potencial de calentamiento que el dióxido de carbono y el derretimiento del suelo está liberando metano de los depósitos de materia orgánica, generando una concentración de este gas en la atmósfera. Esto nos dice que los efectos del cambio climático se están acelerando, por ende, necesitamos actuar”, manifestó el profesor Garza.

Adicionalmente, otros factores decisivos para el cambio climático son:

  1. Deforestación. con la tala excesiva de bosques para la agricultura, la ganadería, la urbanización o la industria de la madera. El dióxido de carbono (CO2) que se almacena en los árboles se libera, reduciendo la capacidad de absorción de éste de la atmósfera, lo que aumenta la concentración de gases de efecto invernadero.

  2. Agricultura y Ganadería. Con las prácticas agrícolas intensivas, así como la quema de biomasa, el uso de fertilizantes y la producción de metano por el ganado, existe un mayor potencial de calentamiento global.

  3. Falta de regulación ambiental estricta. La ausencia de políticas ambientales estrictas en muchas regiones permite la continua emisión de gases que afectan a la atmósfera sin restricciones significativas.

“Los impactos del cambio climático se están acelerando, el mejor escenario posible, sería reducir las emisiones antrópicas mínimo al 50% de aquí al 2030, ese es el objetivo pensando en escenarios más deseables, de lo contrario las temperaturas se podrían elevar hasta cinco o seis grados centígrados, lo que deseamos es que el cambio climático sea manejable”, sostuvo el experto Garza.



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Otra situación a tener en cuenta, es cómo la flora y la fauna se ven afectados por este fenómeno, pues el cambio climático puede alterar tanto los hábitats como los ciclos de reproducción y migración, provocando con ello la disminución de la biodiversidad e incluso la extinción de especies.

En este sentido, hay que referir que el estado de Hidalgo cuenta con una diversidad climática que va desde entornos templados húmedos hasta cálidos subhúmedos, así como un clima semiárido en regiones como el Valle del Mezquital. Ante el panorama del cambio climático, Pavón Hernández indicó que uno de los riesgos es ver cómo las zonas de bosque templado en la región podrían llegar a desaparecer, lo que podría significar la extinción de la diversidad de especies propias del ecosistema.

“Tenemos que estar conscientes de que las especies animales también resienten el cambio climático, y no todas están diseñadas para soportar las altas temperaturas, por lo tanto, si su ecosistema cambia, su alimentación, donde viven o cómo se protegen de sus depredadores va a cambiar indudablemente. Entonces, solo aquellas especies que tengan la capacidad de adaptarse a dichos cambios podrán sobrevivir. A su vez, veremos una mayor migración de especies del norte del país para asentarse en nuestra región”, indicó.



La situación del agua


Acorde a la CONAGUA, en 2023 el 85% del territorio mexicano experimentó sequía, siendo las zonas del norte y centro del país las más afectadas.



Históricamente, el agua siempre fue considerada un recurso inagotable, dicha percepción se debía a la abundancia natural suministrada por los ríos, lagos y acuíferos en todo el mundo. Asimismo, la demanda del agua solía ser relativamente baja, pues las poblaciones eran más pequeñas y no existía un desarrollo industrial o agrícola tan demandante, sumado a la falta de conocimiento respecto al ciclo hídrico y los límites de recarga de las fuentes de agua dulce, alimentaron la creencia de que el agua era un recurso duradero.

Sin embargo, el cambio climático está alterando los patrones de precipitación y aumentando la frecuencia de sequías, por ello, el profesor Garza exhortó a la sociedad a tomar conciencia de la situación, así como también a gestionar y conservar el agua de manera sostenible para garantizar su disponibilidad a las generaciones futuras.

“El agua se está acabando, por lo tanto tenemos que cambiar muchos aspectos del manejo que hacemos de ella, debemos promover una cultura de ahorro, una visión de conservación de sitios almacenadores de agua. Es prioritario generar estrategias para el cuidado del agua, ya que es un recurso vital para la sociedad y nuestro planeta”, señaló.

Finalmente, hizo un llamado a la sociedad para informarse y tomar medidas para contrarrestar los efectos del cambio climático. “Algo que podemos hacer es procurar el ahorro de energía, reutilizar el agua que utilizamos en casa y darle un valor al agua como recurso a fin de generar una cultura de conservación. Sumando esfuerzos podemos reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y generar un escenario más optimista”, concluyó.