Olas de calor: un aviso claro del futuro

La República Mexicana experimentó tres olas de calor durante los últimos meses, las cuales han superado los récords históricos de temperatura registrados, los cuales han provocado 61 defunciones de personas en todo el país, la muerte masiva de fauna por golpes de calor, sequía extrema en distintas regiones, así como una mayor intensidad de incendios forestales en todo el país.

Para abordar este tema, Gaceta UAEH consultó a Numa Pompilio Pavón Hernández, climatólogo y profesor investigador del Área Académica de Biología del Instituto de Ciencias Básicas e Ingenierías (ICBI), de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH).

Las olas de calor y sus consecuencias.

Pavón Hernández explica que las ondas de calor son periodos de tiempo, en los cuales, se rebasa por un grado celsius y más en un día, el valor de temperatura promedio que se tiene registrado para ese mismo periodo en años anteriores.

Sin embargo, ¿por qué se forman?, el climatólogo Garza puntualiza que existen varios motivos, uno de ellos se debe a una surada, es decir, la entrada de aire caliente proveniente del sur, sobre todo de las zonas tropicales, en donde el viento mueve el aire caliente que se genera en el océano cargado de radiación hacia regiones más retiradas.

En el caso de México, las ondas de calor que se presentaron se deben a un fenómeno conocido como anticiclón. La atmósfera es una capa de gases, los cuales ejercen una presión sobre el suelo convirtiéndose en un peso; cuando éste aumenta, la presión que se ejerce sobre la superficie terrestre también, generando núcleos de alta presión.

De acuerdo con el académico Garza, cuando se tiene un núcleo de alta presión, el viento se comprime para descender a sitios de baja presión, donde posteriormente busca elevarse, sin embargo, llega hasta un punto en el que ya no puede subir a consecuencia de un domo de temperatura que se genera en el área, entonces ese aire vuelve a bajar pero caliente sobre la superficie de la tierra.

Numa Pavón Hernández, profesor investigador de la UAEH.

Numa Pavon enfatizó que al ser tan grandes los núcleos de alta presión se genera una especie de “torbellino” que gira en sentido a las manecillas del reloj y el viento generado se mantiene circulando, sin embargo no logra subir lo suficiente para poder enfriarse, así que regresa caliente a la superficie de la tierra.

El científico de la UAEH puntualiza que durante los últimos dos meses se formaron centros de alta presión en el país que generaron las olas de calor, los cuales afectaron a las diferentes entidades federativas y municipios de diversas formas. En la zona de Pachuca se llegaron a registrar temperaturas arriba de los 30 grados Celsius, algo atípico para un clima templado, la zona de la Huasteca hidalguense alcanzó los 42 grados Celsius, mientras que en el estado de Veracruz de Ignacio de la Llave se registraron temperaturas entre los 43 y 47 grados Celsius a la sombra, pero con una sensación térmica que alcanzó los 50 grados Celsius.

La fauna se ha visto afectada en gran medida por las altas temperaturas y la sequía, tan solo en San Luis Potosí se reportó la muerte masiva de aves como cotorros, búhos, quilas y loros. Durante la segunda ola de calor, en Tabasco y Chiapas se registró la muerte por golpe de calor de los monos saraguatos o monos aulladores, especie que se encuentra en peligro de extinción.

“Estamos rebasando la tolerancia de los organismos, cada especie tiene un límite para soportar el calor, después puede responder a un intervalo de temperatura, pero cuando rebasas el límite inferior o superior, comienzan los problemas”, destacó Numa Pavón.

La Secretaría de Salud (SSa) federal tenía el registro, hasta la semana 21 de este año, de 61 personas fallecidas a causa de las altas temperaturas. Siendo los estados más afectados Veracruz con 16; Tabasco con 11; San Luis Potosí y Tamaulipas con 9 defunciones; mientras que Hidalgo registró únicamente dos defunciones.

Entre las recomendaciones que realiza el científico de la UAEH para prevenir las afectaciones a la salud se encuentran: mantenerse bien hidratados y frescos, evitar exponerse al sol, realizar actividad física en exteriores. Mientras que para contrarrestar un poco el impacto sobre la biodiversidad, sugiere la creación de jagüeyes, donde las condiciones lo permitan, así como poner agua o bebederos que le permitan a los animales reabastecerse.

“Por amor a la vida hay que poner en las calles recipientes con agua para que los animales de las ciudades como perros, gatos, ardillas, zorros y linces, de los que se tienen avistamientos, puedan beber agua”, enfatizó.

Desplazados por el cambio climático

El académico del ICBI enfatizó que es momento para que las autoridades, y quienes tienen la toma de decisiones, comiencen a implementar acciones más fuertes, así como tangibles para mitigar el cambio climático y no esperar a que sean millones las muertes o a que se presenten más refugiados por la crisis climática, como sucede actualmente en África, Asia y las Islas del Pácifico

Al menos 22 países se encuentran altamente vulnerables por el cambio climático.

De acuerdo con la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, (ACNUR por sus siglas en inglés), en el año 2022, un aproximado de 32 millones de personas se vieron desplazadas a causa de inundaciones, sequías y ciclones.

Aunado a esto, el cambio climático ha magnificado el impacto de la pobreza, la pérdida de medios de vida y las tensiones relacionadas con la disminución de los recursos, lo cual puede desembocar en conflictos y desplazamientos.

La ACNUR detectó al menos 22 países que se encuentran altamente vulnerables por el cambio climático, cuya situación se prevé que empeore para el 2030. Cabe destacar que a pesar de los esfuerzos de la comunidad internacional, así como de los gobiernos por atender e implementar tanto acciones de mitigación como de adaptación para hacer frente a la problemática, muchas de las zonas que se ven afectadas gravemente y aquellas naciones que han dado acogida a las personas desplazadas o apátridas, se encuentran en las zonas más pobres, por lo cual suelen ser invisibilizadas en los planes y programas de desarrollo, provocando una mayor brecha de desigualdad.

Sin embargo, esta problemática no es ajena a nuestro continente y país, durante la Primera Audiencia sobre "Derechos humanos de las personas en movilidad humana por efectos del cambio climático”, que realizó la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) en marzo de este año; Isabel Márquez, directora regional adjunta de ACNUR para las Américas, dio a conocer que en 2023, el fenómeno de “El Niño” y el aumento de las altas temperaturas provocaron mayores precipitaciones, inundaciones y deslizamiento de tierra en Ecuador, Perú y México, mientras que en América Central, la sequía en el “corredor seco” afectó la producción agrícola, lo cual, obligó a las poblaciones a migrar a zonas urbanas con bajas oportunidades laborales y donde son más vulnerables a pandillas o grupos delictivos.

Al respecto, Numa Pavón Hernández recuerda que durante una visita al estado de Tabasco, autoridades de medioambientales le dieron a conocer que ante el aumento constante del nivel del mar por el derretimiento de los polos, la geomorfología de la zona y la falta de acciones claras por parte de los gobiernos, colocan a la entidad del sureste de México en una situación de alta vulnerabilidad ante las inundaciones y los ciclones tropicales.

De acuerdo con las proyecciones, el 60% del territorio de Tabasco y Campeche podrían quedar bajo el agua por el aumento del nivel del mar, la desaparición de la zona costera y el aumento de los caudales del Río Grijalva y del Usumacinta en la época de lluvias.

Mitigación basada en la naturaleza, crucial para combatir crisis climática: investigador Garza

La preservación de los ecosistemas naturales, recuperar los sistemas degradados, la reforestación bajo una planeación y ordenamiento de la mano de personas expertas, son algunas estrategias de bajo costo y naturales a implementarse para la adaptación a las altas temperaturas que se están presentando actualmente en el país.

Lo que hace un ambiente natural es absorber la radiación, en las zonas urbanas debido al concreto y las zonas claras esa radiación se refleja e incrementa la temperatura del aire en los primero 10 o 20 metros, más de un grado, generando “las islas de calor”.

El especialista en ecología y cambio climático enfatizó que el reforestar zonas urbanas es una buena opción para mitigar las altas temperaturas, pero debe existir una asesoría por parte de especialistas en botánica y ciencias del suelo para seleccionar los especímenes más óptimos de acuerdo con las condiciones de la zona que se planea atender.

“Lo que estamos viviendo con las olas de calor, es un aviso claro de lo que nos espera en un futuro no muy lejano, solo por el cambio climático”, puntualizó el climatólogo Garza.

De acuerdo con Numá Pavón Hernández, las altas temperaturas que se están viviendo, son las primeras señales de lo que la comunidad científica estuvo advirtiendo durante mucho tiempo sobre la importancia de las acciones de mitigación, la conservación de los ecosistemas y la disminución de las emisiones de gases de efecto invernadero.

Por ello recomienda a la población de la zona de Pachuca plantar árboles como el pirul, perales, palmas, algunos tipos de magnolia, mezquites, cedros blancos, así como especies de pino, siempre y cuando se procure que tengan una buena humedad y un buen suelo, pero se debe evitar el “pino de los tontos” un tipo australiano que degrada los suelos.

“Adopten ese árbol, no solamente lo siembren, cuídenlo, vayan frecuentemente, rieguen y véanlo crecer”, recalcó.

El doctor Numa Pavón aclara que lo ideal sería optar por energías limpias, sin embargo, la tecnología para desarrollarlas se encuentra muy atrasada, además de que la construcción de las granjas solares o eólicas también generan emisiones de carbono, por ello, la opción más viable es generar acciones de mitigación-adaptación baratas y basadas en la naturaleza.

“Por eso urge conservar lo que tenemos de ecosistemas naturales, restaurar ecológicamente los sistemas degradados, recuperar la vegetación, la cual tiene la capacidad de capturar carbono de la atmósfera, sirve como amortiguador o buffer de temperatura y genera agua”, declaró el investigador de la UAEH.

La reforestación ordenada y guiada por especialistas es fundamental para la recuperación de los ecosistemas.

Numa Pavón Hernández enfatiza que las instituciones de educación superior necesitan de más profesionales que se especialicen en cuestiones climáticas como meteorología y climatología, así como en áreas de investigación enfocadas en atender estos fenómenos relacionados en la ciencia de la atmósfera, con el objetivo de dar atención a los acontecimientos actuales y futuros que se generarán a consecuencia del cambio climático, además de incidir en la toma de decisiones para procurar el bienestar de la población y la biodiversidad a través de la ciencia.