Gaceta UAEH

Responsabilidad afectiva en las relaciones de pareja, familiares y sociales


Responsabilidad afectiva

Texto y fotografía por Carlos Fernando Sánchez Ruiz


Hoy en día se ha utilizado de manera popular el término “responsabilidad afectiva”. Las personas hablan de ello, pero en especial dentro del ámbito de una relación de pareja, en donde se solicita a aquellos con quien se va a empezar un nexo o quienes ya la tienen de algún tiempo atrás que lleven a cabo esta responsabilidad, dando a entender que se debe tener en cuenta el sentir una como de la otra persona. Pero ¿qué es la responsabilidad afectiva y como ayuda a la relación de pareja y sociales?

Claudia Margarita González Fragoso, profesora investigadora del Área Académica de Psicología del Instituto de Ciencias de la Salud (ICSa), perteneciente a la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH), nos explica que la responsabilidad afectiva es la capacidad de expresar nuestras necesidades y emociones siendo respetuosas y respetuosos de las emociones de las otras personas, sin dejar de lado que lo que decimos y hacemos tiene un impacto en los demás y que los vínculos que establecemos con otros implican un cuidado mutuo.



¿Cómo aprender a ser responsables afectivamente hablando?


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Para la experta es importante aprender a saber expresar nuestras emociones, pero con base en el respeto, la empatía y una comunicación asertiva. “Primero es muy importante ser cuidadosos en cómo expresamos lo que sentimos, tanto en contenido como en forma, es decir, qué decimos y cómo lo hacemos, especialmente cuando estamos en situaciones de conflicto. Asimismo, se deben plantear límites de mutuo acuerdo en la pareja y si es necesario irlos renovando conforme avanza la relación”, explicó.

Claudia González menciona que otro punto importante es la validación recíproca de los sentimientos: “Cada persona tenemos nuestras propias ideas y formas de pensar, podemos no estar de acuerdo con la opinión de las otras personas o nuestra pareja, pero eso no implica validar lo que el otro siente y opina, se debe tener la apertura para recibir los sentimientos de la otra persona al momento que los expresa”.

También subrayó que es muy importante que aprendan a reconocer las propias emociones, cómo se sienten ellos y cuál es la causa de esa emoción, que muchas veces va a tener que ver con lo que alguien nos ha hecho o dicho y cómo nosotros lo hemos interpretado. El objetivo de la responsabilidad afectiva es construir vínculos afectivos más humanos y menos desiguales.



Responsabilidad afectiva dentro de la pareja


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La profesora investigadora del ICSa propone que es necesario estar conscientes de que todo acto que una persona realice dentro de una relación tiene una consecuencia positiva o negativa en su pareja. El objetivo de esta conciencia es evitar el dolor innecesario que generan las falsas expectativas del amor romántico. “Hay que entender que no hay relaciones ni personas perfectas, y mucho menos parejas perfectas”, señala.

Una parte importante de la responsabilidad es reconocer los errores para poder pedir disculpas y emendar dicho error, pero a su vez, la otra persona debe saber aceptar esas disculpas y trabajar juntos en resolver el problema. Es cuestión de ambos llevar una relación sentimental sana; encerrarse en la molestia o el enojo simplemente hará crecer un conflicto que pudo haber sido subsanado con una mayor facilidad.



“Hay que entender que no hay relaciones ni personas perfectas, y mucho menos parejas perfectas”.



“Otro punto importante es que en vez de dar por hecho cosas que pensamos del otro es aclararlas, para así evitar sobre pensar y tener muy claro que nuestras acciones tienen consecuencias, tanto en la pareja como en nosotros mismos. Por eso tenemos que ser honestos y claros con lo que vamos a expresar. Es muy importante tener esa claridad de idea y de sentimiento antes de poder darlo a conocer a nuestra pareja, para de esa forma comunicarlo de la mejor manera”, acentúa Claudia González.

El amor en pareja debe ser de cuidado mutuo para la búsqueda de armonía y ésta solo se logra a través de una comunicación honesta y siempre bidireccional. Hay que recordar que, en caso de necesitar ayuda externa para poder subsanar la relación con la pareja, siempre se puede acudir a la ayuda de un profesional de a psicología y experto en parejas.



¿Cómo mantener vínculos responsables?


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Cuando empezamos una relación no siempre están claras las intenciones ni las expectativas, a menudo los sentimientos cambian, aumentando o disminuyendo el amor y el cariño a medida que las dos personas se conocen. Cuando estos sentimientos divergen de forma considerable, es importante intervenir antes de que una de las dos personas se sienta engañada.

Es primordial no rechazar nuestras propias emociones, pero a su vez saberlas expresar, los roles sociales nos marcan una pauta de comportamiento sano, sin embargo, a veces al expresar las emociones puede romperse la dinámica social y otras personas pueden sentirse agredidos, es por ello que es importante saber expresarlo y a su vez saber recibir las emociones de los demás con entereza y madurez para llegar a acuerdos comunes que nos permitan estas sanas relaciones.

“Asimilar las consecuencias de nuestros actos que, aunque parece algo obvio, pero muchas veces no lo es. La mayor parte de las veces no somos verdaderamente conscientes de que lo que hacemos puede afectar a otros. A nivel emocional algunas actitudes o actos pueden causar en los demás desde falsas ilusiones. Por eso es necesario asumir y asimilar los efectos de lo que hacemos”, aclara la investigadora Garza.

No engañar de ninguna manera a las personas con las que convivimos, sean familia, pareja, amigos o compañeros de trabajo, Intentar ser coherentes y sinceros es siempre recomendable, especialmente para nuestro propio bienestar.



Inteligencia Emocional


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La inteligencia emocional es la capacidad de poder gestionar nuestras emociones de una manera adecuada clara para poder expresar las emociones y la comunicación eficiente sin llegar a entrar en conflictos con las personas que nos rodean. “Esto implica que yo reconozco mis propias emociones, asumo lo que me corresponde, tomo responsabilidad de mí mismo, y tomo en cuenta a los demás. Parte de tener una buena responsabilidad afectiva tiene que ver con tener una excelente inteligencia emocional”, señala la psicóloga del ICSa.

También se usa como una herramienta básica para la autocrítica positiva, un recurso muy útil para aproximarnos sin juicio a nuestras propias cualidades y áreas de oportunidad con un propósito de mejora. Su objetivo es proveer de mecanismos para entender la raíz de las emociones, aprender a navegar a través de ellas y establecer las bases para una comunicación efectiva.

“Algo muy importante es reconocer que no podemos pedir algo que no estemos dispuestos a ofrecer. No importa qué tipo de relación se tenga, tiene que se recíproca, y si necesitamos respeto tenemos que dar ese mismo respeto a quien se lo estamos pidiendo, de esta forma llevaremos una inteligencia emocional estructurada con bases sólidas y concisas”, recalca la experta.

Entonces, ser capaces de expresar nuestras necesidades y emociones siendo respetuosos o respetuosas de las emociones de la otra persona nos llevará a mejores estadios con nuestra pareja o amigos. También, es importante tener consciencia de que lo que decimos y hacemos tiene un impacto en los demás y que los vínculos que establecemos con otros implican un cuidado mutuo.