Gaceta UAEH

Participación ciudadana, eje central para el ejercicio democrático del poder


Por Alejandra Zamora Canales
Fotografía Alejandra Zamora Canales y Especial


El proceso electoral 2023-2024 en México será el más grande que se haya realizado en su historia reciente, debido a que se elegirán 20 mil 375 cargos públicos, entre los cuales destacan la Presidencia de la República, el Senado y la Cámara de Diputados, mientras que en Hidalgo se elegirán 30 diputaciones locales, 84 presidencias municipales, 98 sindicaturas y 912 regidurías.

La mega elección del próximo año implica la reintegración casi completa del sistema de gobierno y legislativo del país, por ello, en este número de la Gaceta UAEH, charlamos con Guillermo Lizama Carrasco, profesor investigador del Área Académica de Ciencias Políticas y Administración Pública del Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades (ICSHu) de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH), sobre la importancia y los retos de la participación ciudadana.



Participación ciudadana 1

De acuerdo con el docente Garza, la participación ciudadana es el acto, por el cual, las personas de todas las edades se involucran en el ejercicio de sus derechos y en los asuntos públicos.

“Es fundamental para la democracia y para el sistema político, no hay una democracia que no tenga elementos de participación ciudadana”, declaró Lizama Carrasco.

La participación tiene tres elementos fundamentales, el primero consiste en la legitimidad del ejercicio del poder, ya que a través de mecanismo electorales, la ciudadanía decide quienes ejercerán el poder y por lo tanto, a través de sus decisiones afectarán la vida de todas y todos.

Un segundo elemento es la integración de la diversidad social en el ejercicio político, mediante partidos políticos o candidaturas independientes, para mantener esa diversidad ideológica dentro de la política.

“Lo que tenemos en una sociedad son individuos que piensan, que sienten de formas diversas y la democracia, a través de la participación, les permite integrar en ese mismo sistema político toda esa diversidad de intereses”, enfatizó el académico.

Y en tercer lugar, la participación ciudadana funge para establecer pesos y contrapesos al ejercicio del poder para evitar la autocracia, es decir, que un grupo limitado tome por sí mismo las decisiones que nos afectan a todos, sin representar los intereses de la población en general.



Participación ciudadana 2

El doctor Guillermo Lizama enfatizó que si bien la democracia tiene sus imperfecciones, es la única forma de gobierno que permite a las personas disputar el poder por medios pacíficos.

A partir de la participación hemos desterrado la violencia para competir por el poder, si no existieran estos mecánismos, tendríamos guerras civiles, sería la lucha por el poder mediante la fuerza. Entonces quienes tomarían las decisiones serían los más fuertes”, sentenció el investigador.

La Encuesta Nacional de Cultura Cívica (ENCUCI) 2020, realizada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) en conjunto con el Instituto Nacional Electoral (INE), dio a conocer que un 88.7% de la población de 15 años y más, coincide en que para gobernar un país se necesita una forma de gobierno en donde todas las personas participen en la toma de decisiones.

Al respecto, sobre la democracia como sistema de gobierno, un 65.2% la considera preferible, sin embargo, el 16.4% piensa que en algunas circunstancias un gobierno autoritario puede ser mejor, mientras que al 14.7% le da lo mismo.

En nuestro país existe una paradoja, si bien la participación ciudadana es de suma importancia para el sistema político, la ciudadanía no ejerce ese derecho con gran intensidad. Ya que en los últimos 30 años, el promedio de la participación electoral es cercano al 50 por ciento, debido a las múltiples culturas políticas que existen en nuestro país.

“Esto muestra que existe un grupo de la población en México, que fruto de la desafección, no comparte valores democráticos”, enfatizó Guillermo Lizama, quien a su vez, recalca que las personas suelen confiar más en instituciones con características antidemocráticas, que en aquellas cuya naturaleza es o deber ser democrática, como son la Cámara de Diputados, el Senado o el propio gobierno.

Lizama Carrasco menciona que nuestro país tiene cultura política híbrida debido a que hay una parte de la población con altos niveles de participación e interés en involucrarse en los asuntos políticos, mientras que otro sector vive un proceso de desafección política, la cual, mantiene los altos niveles de abstencionismo por los bajos niveles de confianza, pero también existen sectores que al participar mantienen un sistema clientelar.



Participación ciudadana 3

La ENCUCI muestra que las personas con niveles educativos altos son los que más participan en las elecciones con un 85 por ciento, mientras que el grupo de edad con mayor actividad es el de 60 y más, mientras que el rango de 20 a 29 años es el de menor participación.

Así mismo, enfatiza que los grupos que se involucran en organización comunitarias y ciudadanas, sindicatos, organizaciones vecinales, grupos de padres de familia, etcétera, así como aquellos que participan en actividades políticas como protestas, reunirse con autoridades o resolver problemas comunitarios, tienen una mayor asistencia a las urnas. También existe una fuerte relación entre la disposición de recursos (tiempo, económicos, conocimientos) y la participación electoral.

De acuerdo con el investigador Garza, para combatir los bajos niveles de participación es necesario que los Gobiernos empiecen a tomar en cuenta la voz de sus ciudadanos y ciudadanas, para que a partir de ellas se creen políticas públicas que den solución a sus problemáticas.



Participación ciudadana 4

En caso de que las o los gobernantes no cumplan con los compromisos, la población tendrá que ejercer su poder mediante el voto informado en el proceso electoral inmediato, ya que solo a través del sufragio se accede al verdadero ejercicio democrático del poder, se empodera a la ciudadanía y se puede evitar que lleguen al poder malos gobernantes, pero es necesario que un mayor número de personas voten para que la decisión no queden en las élites de siempre.

Sin embargo, es necesario que los órganos electorales trabajen en cambiar el enfoque de las campañas políticas; para dejar atrás los discursos de gobierno con significantes vacíos, y darle prioridad a las propuestas.

Guillermo Lizama Carrasco puntualiza que el sistema electoral en México se enfoca demasiado en la promoción personal de quienes aspiran a un cargo, en lugar de resolver las problemáticas que la ciudadanía manifiesta.

“La decisión racional de un elector es saber qué propuesta le beneficia más a su persona y a su familia y para eso tenemos que conocer cuales son las propuesta de gobierno, no si sale con un sombrero, ya que la persona que sea electa en un municipio afectará por tres años la vida de las personas”, declaró.



Participación ciudadana 5

Por otra parte, es necesario trabajar en la socialización política de la infancia, el investigador Garza menciona que durante los últimos 10 años se ha construido un enfoque de ciudadanía infantil, en el cual, las voces de las infancias sean escuchadas y tomadas en cuenta en el núcleo familiar, el ambiente escolar, sus grupos de amistad, pero también en los asuntos locales.

El objetivo es formar infancias activas respecto a sus problemas, necesidades y sus mecanismos de comunicación; enseñarles lo que es el gobierno, las elecciones, la democracia; cuáles son los riesgos del autoritarismo, cuál es la importancia del ejercicio de los derechos humanos.

No obstante, algunas iniciativas como los parlamentos infantiles se han utilizado para la simulación, ya que se utiliza a la niñez para aprender y replicar discursos creados por adultos, en lugar de empoderar a las infancias a través de su propia voz, de enseñarles que sus decisiones deben ser escuchadas o de propiciar el libre debate de las ideas en sus grupos internos.

Guillermo Lizama Carrasco puntualiza que es necesario un trabajo en conjunto entre el gobierno, la ciudadanía y los órganos electorales para elevar la participación, generar los cambios sociales que se requieren y abonar a una sociedad más democrática, donde todas las voces sean escuchadas.

Cuando la participación deja de tener validez, es cuando aparecen los autoritarismos, las dictaduras, las violaciones a los derechos humanos y el fin de las libertades, eso en el siglo XXI es algo que las personas no podemos permitir”, sentenció.