La salud mental como factor de rendimiento y productividad

salud mental como factor de rendimiento

Por Nelly Téllez Islas
Fotografía: Especial


“Ponte la camiseta”, “todos estamos aquí por necesidad”, “hay mucha gente que quisiera tu puesto”, “ahorita está bien difícil conseguir trabajo”, “eres de la generación de cristal”, “confiamos en tus habilidades”, “la puerta está muy grande”, “para eso te pagan, para estar disponible todo el tiempo”, entre otras, son algunas de las frases que se usan en los centros de trabajo para menoscabar los derechos laborales y así justificar la responsabilidad sobrehumana que se demanda.

No obstante, este compromiso que se obliga a demostrar al personal, no tiene otro propósito más que hacerlos trabajar jornadas más largas y/o asignarles más tareas para las que fueron contratados, donde en la gran mayoría de casos es por el mismo salario, uno que no es el suficiente ni tampoco corresponde lo que establece la ley, y si a esto le sumamos que las condiciones laborales en México tampoco son las mejores porque el grueso de las y los trabajadores carecen de prestaciones o seguro, el panorama se vuelve más complejo.



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Llegados a este punto, hay que referir que el problema no radica solamente en la parte económica, sino que la sobre exigencia a la que se somete a la o el trabajador está comprometiendo la estabilidad emocional e intelectual de cada una de las personas que día a día sacan adelante a las empresas e instituciones.

Por ello, en la edición de este mes de mayo en el que se conmemora el Día del Trabajo, se abordarán puntualmente los riesgos psicosociales que se generan a causa del trabajo, cómo estos afectan el rendimiento de las personas y, a su vez, cómo esto tiene un impacto en la empresa.



La salud mental se visibiliza a nivel mundial


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José Humberto Meneses Islas es un psicólogo organizacional, profesor del Área Académica de Psicología del Instituto de Ciencias de la Salud (ICSa) de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH), quien refirió que el tema de la salud mental dentro del campo laboral o el sector productivo, es un asunto que comenzó a visibilizarse a nivel mundial hace relativamente poco, porque se demostraron los estragos de tener personas trabajando bajo un estado anímico poco o nada saludable.

En 2013, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) puso sobre la mesa la discusión de que había factores laborales que ponían en riesgo la salud mental de las y los trabajadores. Sin embargo, no fue hasta el 2016 cuando esta misma organización logró determinar cuáles eran algunos de los factores psicosociales que estaban impactando no solo en los puestos operativos, sino en los puestos en general de toda la organización.



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Esto dio paso a que tan solo en México, la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) impulsara el Programa Nacional de Bienestar Emocional y Desarrollo Humano en el Trabajo, mismo que tuvo como propósito sentar las bases para crear una norma que pudiera establecer medidas para asegurar que las empresas se vieran obligadas a crear ambientes más saludables, así como definir criterios de verificación en el cumplimiento.

Después de mucho trabajo, para el 23 de octubre de 2018 se publicó en el Diario Oficial de la Federación (DOF) la Norma Oficial Mexicana NOM-035-STPS-2018, Factores de Riesgo Psicosocial en el Trabajo-Identificación, Análisis y Prevención, misma que tiene por objetivo establecer los elementos para identificar, analizar y prevenir los factores de riesgo psicosocial, así como para promover un entorno organizacional favorable en los centros de trabajo.



Factores de riesgo que a considerar por parte de las empresas


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Entre algunos de los factores de riesgo que merman el ambiente laboral son las instalaciones físicas; la exigencia que va más allá de las capacidades de las personas en relación al nivel de responsabilidad y carga mental; la falta de autonomía sobre el trabajo, es decir, poner en duda las capacidades de la persona; cuestionar su trabajo y obligarlo a atender órdenes de personas sin el conocimiento suficiente para ello; así como el tiempo y ritmo al que deben trabajar; esto sin dejar de lado el acoso, hostigamiento y discriminación que se pudiera dar en el centro de trabajo. Todos estos elementos propician la generación de conflictos entre la vida personal y laboral de las y los trabajadores.

Todo lo antes mencionado puede provocarle a la persona estrés laboral agudo o crónico, ausentismo, síndrome del superviviente (que es cuando la persona sobrepiensa), síndrome de burnout o síndrome del quemado (se presenta cuando se tienen muchas actividades que causan agotamiento físico y mental), angustia, depresión y cuestiones somáticas, como por ejemplo la aparición de enfermedades físicas provocadas por algunos de estos riesgos.



Si la salud mental ya estaba comprometida, con la pandemia se recrudeció


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Aunque en México esta norma preveía etapas para su implementación, con la declaración de la emergencia sanitaria a nivel mundial a causa de la pandemia por COVID-19, la forma en cómo muchas empresas operaban se modificó y el teletrabajo o trabajo desde casa se incrementó. Esta situación orilló a establecer nuevas dinámicas en lo legislativo como que la empresa debía brindar apoyo económico a su personal para que pudieran cubrir gastos de luz, internet, entre otros servicios que se estaban ahorrando estos centros de trabajo, pero esto poco se aplicó.

Aunado a esto, en el año de 2021 se aprobó modificar la Ley Federal del Trabajo para incorporar el derecho a la desconexión digital, a fin de asegurar el respeto pleno a su tiempo de descanso, permisos y vacaciones, pues estar en teletrabajo no significa que se deba invadir la intimidad personal y familiar fuera de la jornada laboral establecida.



La legislación no es suficiente para proteger la salud mental, las empresas deben cambiar de fondo


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Ante todos estos esfuerzos por parte del aparato gubernamental para propiciar espacios laborales adecuados y seguros, el investigador Meneses Islas advirtió que esto no es suficiente, ya que el compromiso de las empresas es endeble, porque cuando detectan un problema a nivel mental, solo se opta por brindar cuidados paliativos, es decir, solo de proporciona una atención que permite dar una mejoría, pero no se tiene ninguna intención de atender de fondo lo que llevó a la persona a ese estado.

“Para que se pueda realizar un cambio real, se tiene que hacer desde una perspectiva emocional y también racional. Pareciera que muchas empresas están atacando la parte emocional, pero la parte racional no. Esta última tiene que ver con aquellos procesos que son los que desgastan a las personas. Por ejemplo, hay empresas donde el nivel de exigencia y de trabajo es muy alto, entonces para las empresas es más sencillo realizar un curso del manejo de estrés, que modificar los diseños de puestos y responsabilidades. De modo que dentro de un tiempo, se presentará la misma situación de agotamiento”, afirmó el psicólogo organizacional.



No cuidar la salud mental propicia un incremento en la rotación constante del personal, pérdidas económicas por capacitaciones, demandas, finiquitos, entre otros factores.