Atlachinolli

Atlachinolli

Colaboración especial de Ángel Guadalupe
Estudiante en Ciencias Políticas y Administración Pública
Arte: Dirección de Imagen y Mercadotecnia UAEH


Este es un espacio destinado a la poesía y la literatura, en el que el alumno de la Licenciatura en Ciencias Políticas, Ángel Guadalupe, nos comparte sus imágenes poéticas que podemos visualizar a través de las palabras.

“Creo firmemente en el poder que la poesía tiene a la hora de reconocernos con nuestros semejantes. La poesía nos permite vernos el otro. Creo también en lo que Octavio Paz decía: ‘La poesía es arte de ver, a través de las palabras, la otra cara de la realidad”. Ángel Guadalupe.



Flores amarillas



Porque la Primavera
se queda corta a tus ojos;
como este poema
                                          que no alcanza a tocar tu imagen.

Por ello trato de decirte…
que las primaveras
                                          que mi vida alcance a cubrir
no bastarán para igualar
la vida que alberga tu mirada.



Espejo surrealista



“Desde hace tiempo vivo mi último minuto”
Louis Aragón



Cuerpos hechos de musgo y eternidad montañosa.
Suspiran diciendo -Esta clase de felicidad es sólo pasajera.
Transparencias que caminan.

                                                    ¿Nada son?
                                                                            ¿hechos están de nada?
¡Nada de están hechos!
                                                    ¡Son Nada!

Las aves vienen de los sueños a tus ojos.
Los besos en la memoria los llevas.
El relámpago ha nacido para que tú lo veas.
Procesión que enfila hacía un eterno ayer perdido.
Sombría es la noche, pero has guardado una vela a su regreso.

Río nunca transitado por mi cuerpo es tu cuerpo.
Guarda tu piel no a no tacto, sino a mi bochorno
Largas son las horas cuando no hay luna llena.

En mitad de la noche alguien llama a tu puerta.
Nostalgia refulgente en cada lágrima.
Caudal amoroso. Espejo.
                            Nadie eres. Tu hechura es otredad.



Medusa



Entre dos piedras
hay silencio.

Cuerpos vivos
de voz inerte.

Estamos juntos
estando solos.

Amada petrificada.
He vuelto la mirada a tus ojos
y me he convertido igual en piedra.

Amada, entre nosotros
no hay cenizas;
hay silencio.

La llama no ha dejado huella.
No hay rastro
que conduzca al ayer.

Pero tuvimos ayer.
Como tenemos ahora.