Panquetzaliztli, el nacimiento de Huitzilopochtli

nacimiento de Huitzilopochtli

Por Alejandra Zamora Canales
Fotografía: Especial y Alejandra Zamora


En el cerro de Coatepec (la montaña de las serpientes) habitaba Coatlicue, diosa madre de la tierra, quien realizaba penitencia en un templo sagrado ubicado en la cima del cerro. Un día mientras realizaba sus labores, la sacerdotisa encontró un ovillo de plumas blancas, el cual colocó bajo su huipil quedando embarazada al poco tiempo.

Sin embargo, Coyolxauhqui, diosa de la luna e hija mayor de Coatlicue, junto a sus hermanos, los 400 Huitznáhua, mejor conocidos como las estrellas sureñas, se encontraban furiosos al enterarse del embarazo “ilícito” de su madre, por lo que realizaron un plan para asesinarla junto a su hermano nonato.

Dentro del vientre de Coatlicue se gestaba Huitzilopochtli, dios solar y de la guerra para el pueblo mexica, quien nació vestido de guerrero y armado con la Xihucóatl (la serpiente de fuego) para defender a su madre de la venganza de su familia.

Huitzilopochtli sacrifica y degüella a Coyolxauhqui, para después perseguir y dispersar por el cielo a los huitznáhua. Este mito representa el triunfo del sol sobre la luna y las estrellas, también es una metáfora del amanecer.

De acuerdo con los calendarios Tonalpohualli y Xiuhpohualli, el nacimiento de Huitzilopochtli sucedía durante el solsticio de invierno (el 21 de diciembre), por lo cual se realizaban las fiestas de Panquetzaliztli.

Los tropos comunes entre el nacimiento de Huitzilopochtli y Jesús de Nazaret de la religión cristiana, facilitaron la conversión de los pueblos indígenas de México al cristianismo.

Para explicarnos más a fondo en que consistían las ceremonias de Panquetzaliztli, así como el proceso de asimilación que realizaron los españoles sobre los pueblos indígenas para la evangelización y la importancia de los calendarios en estas celebración, la Gaceta UAEH platicó con el doctor Sergio Sánchez Vázquez, profesor de tiempo completo del Área académica en Historia y Antropología del Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades (ICSHu).



Tonalpohualli y Xiuhpohualli: los calendarios mexicas

nacimiento de Huitzilopochtli 2

Sergio Sánchez Vázquez, profesor investigador del Área Académica de Antropología e Historia de la UAEH.



De acuerdo con el doctor en Antropología Sergio Sánchez Vázquez, el pueblo mexica poseía dos calendarios que regían sus vidas: El Xiuhpohualli era el calendario solar, mientras que el Tonalpohualli era el calendario ritual.

El Xiuhpohualli se rige por una medición solar y marcaba la producción agrícola de los pueblos mesoamericanos. El año estaba conformado por 18 meses de 20 días cada uno, más cinco días complementarios que daban un total de 365 días por año solar.

Mientras que Tonalpohualli estaba conformado por 20 trecenas que daban un total de 260 días. Cada día del ciclo tenía su propio nombre conformado por un número del 01-13 y uno de los 20 signos de la serie vigesimal cipactli-xóchitl.

Cada trecena era regida por un dios patrono y las características atribuidas al día en que empezaba determinaban las de todo el periodo. Este calendario era utilizado con propósitos adivinatorios y religiosos.

Para la población indígena el año solar no iniciaba el 01 de enero, como planteaban los europeos, sino el 21 de diciembre con el solsticio de invierno, mientras que el 12 de febrero daba inicio el año agrícola, de acuerdo con lo documentado por Fray Bernardino de Sahagún.

Sin embargo, debido a los ajustes calendáricos que se dieron en el siglo XVI en Europa, cuando se añaden 10 días al calendario juliano para compensar los años bisiestos, la fecha se modificó al 02 de febrero, lo que hizo que el Día de la Candelaria de la religión católica coincidiera con la bendición de las semillas de los pueblos mesoamericanos. Este mismo caso sucede con los festejos de la Santa Cruz, que coincidían con el huey tozoztli asociado a los dioses Cintéotl, Chicomecóatl y Tlaloque, así como el Panquetzaliztli a Huitzilopochtli se desarrollaba cerca de la Natividad.

De acuerdo con el profesor investigador Sergio Sánchez Vázquez, hay una discrepancia de las fechas registradas sobre el inicio de los años agrícolas, debido a que la cronología que hace Sahagún menciona que da comienzo el 02 de febrero, pero Fray Diego Durán al hacer su investigación plantea que es el primero de marzo.

Al tomar en cuenta los registros de Durán, el investigador Garza señala que los festejos de Panquetzaliztli comenzarían el 06 de diciembre y terminarían el 25 de diciembre, coincidiendo con el solsticio de invierno.

Para fortalecer esta teoría, Sánchez Vázquez mencionó que los restos arqueológicos de Xihuingo, en el municipio de Tepeapulco, Hidalgo, y los estudios de arqueo-astronomía realizados en la pirámide, fijan el 21 de diciembre como la fecha de inicio del calendario.

“En la pirámide de Xihuingo en Tepeapulco, el sol sale el 21 de diciembre exactamente encima de la escalinata, al ser el solsticio, este fenómeno no se vuelve a repetir hasta el siguiente año. Lo cual significa que la edificación era un marcador solar para conmemorar la fecha de la salida del solsticio de invierno”, declaró.



Panquetzaliztli, cuando el sol vence a la oscuridad

nacimiento de Huitzilopochtli 3

El Panquetzaliztli era la fiesta del nacimiento del dios patrono del pueblo mexica, Huitzilopochtli, pero también simbolizaba el triunfo del sol sobre la oscuridad, dando paso a un nuevo inicio.

Sergio Sánchez Vásquez, docente del Área Académica de Historia y Antropología de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH) indicó que durante los festejos de la deidad, los grandes señores, los guerreros y los Pochtecas (comerciantes mesoamericanos) debían aportar cautivos, quienes escenificaban la lucha de Huitzilopochtli contra los 400 huitznáhuas y la Coyolxauhqui.

Tras la batalla simulada se procedía a realizar los sacrificios de los guerreros cautivos en la cima de la pirámide dedicada al dios patrono de Tenochtitlan en el Templo Mayor, donde les abrían el pecho extirpando el corazón para ofrendarlo al Sol.

“Arrojaban sus cuerpos hacia abajo como lo hizo Huitzilopochtli con su hermana y los cuatrocientos sureños”, declaró el docente Garza.

Otro de los rituales que se llevaban a cabo consistía en escoger a un Painal, (el presuroso o el que anda deprisa) quien representaba al Dios durante su juventud. Su objetivo era recorrer en casi su totalidad la Cuenca de México, llevando consigo la buenaventura y las bondades de la deidad a todos los pueblos.

En el artículo “Panquetzaliztli. El nacimiento de Huitzilopochtli y la caída de Tezcatlipoca”, Gabriel Kenrick Kruel recupera de las crónicas de Fray Bernardino de Sahagún, la realización de una imagen del dios colibrí de tamaño real, la cual se realizaba de tzoalli, una pasta de huauhtli, que consistía de semilla de amaranto y miel de maguey.

De acuerdo con los relatos recopilados por Kruel, la figura era elaborada los últimos días de los festejos por las ipilhuan Huitzilopochtli, mujeres que antes de casarse debían vivir por un año en los templos del Dios solar. La deidad de tzoali era colocada en la cima del templo, posteriormente las ipilhuan sacaban de sus aposentos cuatrocientos huesos de tzoalli, los hombres presentaban los huesos al ídolo. Al finalizar el día se realizaba danzas y cantos en los cuales participaban los sacerdotes de Huitzilopochtli para bendecir el tzoali.

Sergio Sánchez Vázquez relató que tras colocar la figura en el templo mayor, un sacerdote caracterizado como el Dios Quetzalcóatl disparaba una flecha al corazón de la figura con el objetivo de matarlo ritualmente. Posteriormente, el pueblo mexica tomaba un pedazo de la figura para comerse al Dios. Por su parte, Kruel menciona en su artículo que el corazón del ídolo se entregaba al gobernante y cuatro partes más a los representantes de los barrios de Tenochtitlan y Tlatelolco.

Era un tipo de comunión, como se realiza actualmente en las misas católicas, en ese tiempo era otro tipo de ritual pero hacían lo mismo al comerse las figuras de Tzoalli”, enfatizó Sergio Sánchez Vázquez.



Religiones indígenas e hispanas se fusionan

nacimiento de Huitzilopochtli 4

Al llegar, los españoles prohibieron estos rituales al considerarse diabólicos, incluso el consumo del amaranto durante la época colonial fue considerado ilícito debido a que la semilla era asociada con los rituales de los pueblos indígenas.

Sin embargo, los misioneros, al observar que los pueblos mesoamericanos no dejarían el culto a sus dioses, decidieron buscar la fecha del santo más cercano que coincidía con la fecha de los indígenas y dedicar los pueblos a esos Santos.

Sin embargo, los indígenas trasladaron las virtudes de sus dioses a los santos, vírgenes y cristos que trajeron los españoles. Por ejemplo, Coatlicue, la madre tierra y de los dioses, fue convertida en la virgen María, mientras que Huitzilopochtli, al ser una deidad solar y compartir puntos en común con los pasajes bíblicos de Jesús de Nazaret, terminó por convertirse en él.

Algo parecido sucedió con la virgen de Guadalupe, cuyos orígenes se encuentran en la veneración a la Diosa Tonantzin, que en náhuatl era nuestra madrecita, en el cerro del Tepeyac.

Es la herencia prehispánica que tenemos y no termina de desaparecer, sino que sigue vigente en la conciencia, porque tenemos una herencia cultural que es muy difícil de percibir pero que sigue presente en nuestra cultura”, resaltó el docente Garza.

Esta práctica de re-funcionalización simbólica también fue ocupada en Europa por los cristianos sobre los pueblos considerados paganos, tales fueron los casos de las celebraciones a Ostara para el inicio de la primavera, la cual pasó a conocerse como la Pascua, incluso la Navidad fue trasladada a las celebraciones paganas solares de Saturnalias y del Natalis Solis Invicti de los romanos, o los festejos de Yule de los pueblos escandinavos y germánicos.

Sin embargo, hay festejos que han sobrevivido con el paso del tiempo y la imposición religiosas cómo la presentación de las semillas, la petición de lluvias, la presentación de primicias y la veneración a los muertos que sobre todo los pueblos originarios continúan practicando.