#LázateDeMovilidad

#LázateDeMovilidad

Colaboración de la Dirección de Relaciones Internacionales
Fotografía: Relaciones Internacionales y Especial


Nuestra casa de estudios, la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH), brinda a su alumnado la oportunidad de participar en el programa de Movilidad Académica en una institución de educación superior nacional o internacional con el mismo reconocimiento, o mayor, con el que goza nuestra alma mater.

Quienes estén interesadas o interesados pueden dirigirse a la Dirección de Relaciones Internacionales e Intercambio Académico para conocer los requisitos para realizar este programa.

A continuación, en Gaceta UAEH te compartimos la experiencia de Eduardo Mauricio Mata Cárdenas, de la Licenciatura en Médico Cirujano, quien realizó Movilidad en el país de Georgia durante el semestre Enero-junio 2022.



“Georgia no es Estados Unidos”



El intercambio inicia no solo cuando te subes al avión o cuando llegas a tu país destino. Todo el intercambio empieza desde el momento que decides emprender esta aventura, que realmente solo los valientes tienden a hacerlo. Sin duda una parte importante del intercambio comienza cuando entras a las juntas y te das cuenta del mundo de posibilidades al cual podrías conocer.

Seguido de las juntas comienzan los papeleos, que para mí mala suerte estaba en pandemia y todos mis trámites tenía que hacerlos en línea, esperando que me contestaran correos o que me mandaran mis documentos a tiempo.

Una vez que junté todos mis documentos, los entregué en tiempo y forma, podría decir que mitad del intercambio estaba hecho, ahora solo venía lo más sencillo.

Como estudiante de Medicina fue difícil poder elegir países, también fue complicado decidir dónde me pudieran dar una beca de movilidad y que no fueran hispanohablantes, algo que es parte de la aventura.

Durante el proceso mandaba mis documentos, aplicaciones y era rechazado por estudiar Medicina o los precios de la colegiatura eran demasiados caros, pero finalmente pude elegir mi universidad: Tbilisi State University (TSU) en Georgia… ¿Georgia? ¿Estados Unidos? No…. Un país. Todo o nada, así que dije que sí.

Empecé a mandar correos, preparar todo para la universidad y al final recibí mi carta de aceptación y todo iba muy bien. Pero siempre hay giros en la historia, comienza una guerra que todos pensamos que jamás ocurriría porque no creemos que aún en pleno siglo XXI la gente piense en guerras, pero lastimosamente así es.



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Comienza la guerra a solo días de mi vuelo. Recibo llamadas por parte de la UAEH y su equipo así como por parte de TSU. Yo pensaba que el intercambio se cancelaría, pero todos me dijeron que es seguro y entonces me fui.

Tomo un vuelo de Ciudad de México a Cancún, hacemos una parada de una hora y después empieza el vuelo a Istambul con 12 horas de vuelo, comida y muchas películas. Llego a Istambul y me quedo perplejo del aeropuerto, era fantástico. Tomo mi vuelo a Georgia en un avión más pequeño, gente diferente, hablando otros idiomas y pleitos en el avión, y yo solo… pero es lo que quería ¿no?

Así es, llego y al aeropuerto de Tbilisi, me conecto al internet y aviso a todos que llegué, recojo mis cosas y los de seguridad quieren revisar mi maleta, ¿será porque soy de México?

Finalmente me encuentro en mi dormitorio y me recibe el coordinador David, quien me explica todo y me dice que mi compañero es de República Checa. ¿Qué? ¿Roomie? Y todo era verdad…

Jetlag, acomodar mis cosas y acoplarme a la primera semana, que fue de las más difíciles que he tenido. Pero sabiendo que esto iba a pasar y que lo más rápido que me acostumbrara sería mejor.

Los días pasaron, hacía nuevos amigos, amigos que estudiaban Medicina, amigos de muchos países, países que no había escuchado. Amigos que al igual que yo estaban haciendo su intercambio y estaban solos. Pero al final, no estábamos solos y así fue, hicimos una gran familia.

Me acoplé a hacer todo por mi cuenta, desde no solamente estudiar como lo hacía en casa, sino a hacer el aseo, el súper, cocinar, lavar ropa y muchas cosas más. Literalmente fue mi semestre de foráneo, y lo más importante administrar el dinero. Educación financiera debería ser una materia obligada.

Cada día era mucho más sencillo y me hacía a la idea de que estaba ahí y que debía disfrutarlo, así fue.

Conocí gente de muchos lados y junto con ellos viajé, conocí muchos lugares, comida y experiencias que se viven solamente una vez en la vida.

La universidad también tuvo sus dificultades pero como todo, con perseverancia, estudio y pasión logré obtener buenas calificaciones. Empecé con Psicología Médica y fue un poco un lío, ya que la doctora nos pedía ir a clases presenciales, ir a hospitales y trasladarme en la ciudad.

Cursé posteriormente Habilidades Clínicas, fue donde empecé a hacer mis primeros amigos de la facultad. La materia se impartía en la Facultad de Medicina en sus laboratorios de simulación. La doctora le emocionaba tener un estudiante de tan lejos y tan diferente a los estudiantes que está acostumbrada.

Pasó esa materia y comenzó mi primer terror en TSU, Oftalmología, una materia que amé y odié al mismo tiempo ya que aprendí mucho, fui a cirugías, pacientes, curaciones pero después tenía que llegar a la clase de teoría y empezar a estudiar para los seminarios. Que por cierto el Dr. Tornike era bastante joven y siempre mostró interés en mí, hasta hizo una carta de recomendación.



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Seguido de oftalmología cursé la materia de Oncología. La Doctora Tamar nos hacía estudiar diario con los seminarios y lo aprendido lo aplicábamos a los pacientes que veíamos.

Rehabilitación fue una materia muy inusual y aprendí mucho de medicina alternativa. Y finalmente oncología, muy interesante y aprendí mucho y lo más importante es encontré un doctor que me inspiró a ser un mejor profesional de salud. Un doctor que hasta una película se quedaría corto con lo grandioso que es. Sin duda vale la pena dedicarle unas líneas a la persona que me inspiró en todo este intercambio.

Terminan los exámenes y empiezan las despedidas de nuestros amigos. Sabíamos que este tiempo llegaría pero sin duda que lo mejor de todo es que sucedió.

Llega el día de mi vuelo: 20 de julio, Tbilisi – Istambul – Ciudad de México. Regreso y me reencuentro con mi familia que tanto extrañaba junto con mi novia, quien me recibe con carteles y globos.

Y ¡Misión cumplida en Georgia!