#LánzateDeMovilidad

#LánzateDeMovilidad

Colaboración de la Dirección de Relaciones Internacionales
Fotografía: Relaciones Internacionales y Especial


La edición de julio de Gaceta UAEH trae para ti el texto que preparó el alumno Alan Omar Salazar Martínez, de la Licenciatura en Comercio Exterior, quien compartió sus experiencias de movilidad en Francia.

Antes de pasar a su mágica experiencia, te recordamos que el Programa de Movilidad Educativa en la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH) tiene como objetivo primordial enriquecer tus conocimientos y desarrollar habilidades dentro de un contexto global. Consulta las convocatorias o acude a la Dirección de Relaciones Internacionales e Intercambio Académico.

Mi experiencia de movilidad académica en Francia



El comienzo de un sueño



A finales de diciembre del 2021 emprendí una aventura que sin duda cambiaría mi vida por completo, cumpliendo un sueño que había tenido desde que comencé a estudiar el idioma francés, hace ya algunos años. El tener la posibilidad de aprender un nuevo idioma, como lo fue el francés, y la manera en que todos los profesores nos impartían el curso y nos presentaban de una manera interactiva la cultura, fue sembrando en mí las ganas de algún día poder ir a Francia, ya fuera de vacaciones o a estudiar.

Elegí la Licenciatura en Comercio Exterior ya que es una carrera que abre demasiadas posibilidades a la internacionalización de sus estudiantes, tanto académicamente como profesionalmente, ya que además de estudiar lo que respecta a la legislación en materia de comercio, tanto nacional como internacional, también el estudio de lenguas extranjeras y llevarlas a la práctica es parte fundamental de nuestra formación.

Otro de los grandes motivos por los cuales me decidí a estudiar esta carrera es la enorme fama que tienen los estudiantes de Comercio Exterior, por ser quienes más realizan movilidades académicas en el extranjero.



Pandemia y un nuevo comienzo


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Debido a la pandemia por COVID-19, el programa de Movilidad e Intercambio Académico fue suspendido, lo cual nos decepcionó a muchos estudiantes que soñábamos con poder estudiar en otro país. Sin embargo, gracias a que la situación sanitaria fue mejorando conforme el tiempo fue pasando, para finales del mes de agosto del mismo año se abrió nuevamente la convocatoria para ser candidato a una movilidad académica internacional, aunque, para ser sincero, en ese momento ya no me sentía tan motivado, ya que estaba por terminar mi licenciatura y no contaba con muchas materias pendientes por cursar para poderlas estudiar a donde fuera que me tocara realizar mi movilidad.

Fueron mis papás principalmente quienes me alentaron a intentar seguir todo el proceso de la candidatura bajo el argumento de “No se pierde nada por intentarlo”. Así que puse manos a la obra y comencé a reunir todos los documentos solicitados por la Dirección de Relaciones Internacionales de la Universidad para participar.

Era necesario que dentro de todas las instituciones a nivel internacional con las que la UAEH tiene un convenio, escogiéramos tres opciones en las cuales seríamos postulados para poder continuar con el proceso de admisión. Mi primera opción, por supuesto, fue Francia y sobre todo París. No obstante, al comenzar a investigar sobre el costo de vida para un estudiante en esta ciudad me di cuenta que no era demasiado costeable para mis papás, por lo que me decidí por la ciudad de Montpellier, al sur de Francia.

Mis otras dos opciones fueron la Universidad de Masaryk en Brno, República Checa, y la Universidad Complutense de Madrid, en España.

Afortunadamente fui postulado en mi primera opción, Montpellier, Francia, por lo que terminé el proceso de admisión con ellos, así como el de visado y demás cuestiones relacionadas con mi estancia allá, cómo encontrar un piso o habitación en una residencia de estudiantes para vivir, seguros de gastos médicos y de vida, alimentación, plan de datos móviles, etc.

La Universidad de Montpellier me ayudó en conseguir y rentar una habitación en una residencia universitaria, además de hacerme la invitación de unirme a un programa llamado “Parrainage International”, el cual ofrece a estudiantes internacionales que llegan a Montpellier les sea asignado un alumno mentor para ser un apoyo en el proceso administrativo, así como la apertura de una cuenta bancaria en caso de ser necesario y, sobre todo, mostrar la ciudad, los medios de transporte, centros comerciales, restaurantes, bares y demás tips que sean de utilidad para que a los nuevos estudiantes les sea más fácil adaptarse.

En mi caso, me fue asignado un chico llamado Julio, quien es originario de Panamá y está realizando una Maestría en Ciencias del Agua. Desde el primer momento que se contactó conmigo, siempre fue una persona demasiado solidaria y dispuesta a resolver todas las dudas que tenía sobre Montpellier.



Llegada a Montpellier, Francia


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Salí de México antes de la celebración de Año Nuevo. A mi llegada a Montpellier, Julio me recogió en el aeropuerto y me acompañó a los dormitorios donde iba a vivir. Al día siguiente me acompañó a comprar cosas que necesitaba para poder instalarme en mi nuevo piso y me presentó con sus amigos, con quienes pasaría las celebraciones de Año Nuevo.

La semana siguiente se dio inicio al semestre enero-junio 2022, así que acudí a la Universidad de Montpellier para que me asignaran las asignaturas que cursaría durante el semestre, así como un recorrido por las instalaciones y todas las amenidades con las que ésta cuenta.

De las cuatro asignaturas que cursé, tres de ellas fueron en inglés y sólo una en francés. Fue un poco largo el proceso de adaptación a las clases en Francia, ya que todas ellas fueron en modalidad presencial, a lo cual ya no estaba acostumbrado ya que los últimos dos años había estudiado en modalidad virtual, sin mencionar que el idioma era diferente y tuve que acostumbrarme a los diferentes acentos con los que hablaban mis profesores y compañeros.

A pesar de las diferencias culturales que había entre mis compañeros y yo, pudimos construir una muy buena relación. Muchos de ellos, a pesar de no ser alumnos nativos franceses, eran alumnos regulares quienes se encontraban estudiando toda su licenciatura allá, por lo que sabían cómo funcionaba el sistema educativo y fueron de gran apoyo para mí y los demás alumnos de intercambio.



Aprendizaje



Sin importar las dificultades que tuve para adaptarme a este nuevo sistema educativo, puedo decir que adquirí demasiados conocimientos, muchos de ellos que tal vez jamás se me hubiera pasado por la mente poder llegar a saber de ellos.

Un claro ejemplo de esto es cómo se maneja la política de la Unión Europea. Todos sabemos que es una unión entre 27 países de aquel continente, donde muchos de ellos comparten política monetaria y migratoria, no obstante, esto va mucho más allá de eso, ya que el origen de esta Unión surge a partir del fin de la Segunda Guerra Mundial, como una medida de paz entre los países que estuvieron en guerra justamente para evitar que un evento como estos surgiera en un futuro. Además de una cooperación económica para el restablecimiento y crecimiento de la calidad de vida y la economía de los países.

Desde ese punto hasta la completa unificación de los países, compartiendo políticas de cooperación, así como las diferentes instituciones que rigen y lideran el buen funcionamiento de la misma, así como de las personas o representantes que se encuentran detrás de ellas.



The Erasmus Experience


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En la ciudad de Montpellier existe una organización llamada “Erasmus Life Montpellier”, la cual está conformada por estudiantes de las diferentes universidades en la ciudad. Ésta organización se encargaba de organizar eventos para los alumnos de intercambio en la ciudad, tales como excursiones, picnics, fiestas y viajes.

Al principio del semestre, muchos de estos eventos eran dinámicas como “Language exchange”, en donde te era asignado un gafete con los idiomas que hablas, así como los idiomas que te gustaría aprender. En estos eventos conocí a muchos de los amigos con quienes más salí durante los últimos meses.

Uno de los viajes a los que fui con mis amigos que más buenos recuerdos me trae es a la Côte d’Azur y Mónaco, ya que por primera vez nos quedamos en un hostal y salimos de Bar hopping en las diferentes ciudades que visitamos, sin contar los increíbles lugares y paisajes que visitamos durante el viaje.

También de forma independiente tuve la oportunidad de visitar otros países y ciudades, como Barcelona, Madrid, Bruselas, Ámsterdam, Berlín, Budapest, Londres y mi favorita, París, entre muchas otras.



Regreso a México



Como era de esperar, el tiempo en Francia pasó demasiado rápido y la fecha de vuelta a México llegó. Me quedo con bastantes buenas experiencias de mi intercambio en Montpellier, porque tuve la oportunidad de estudiar en una institución completamente diferente a la mía, así como aprender temas y asignaturas que de cierta forma eran nuevas para mí, las cuales sus contenidos eran un nuevo campo de investigación al que poco a poco me fui adaptando.

Asimismo, me hace feliz el haber coincidido con personas de diferentes países que hablan otros idiomas y tienen diferentes culturas, ya que al final, creo que eso fue lo más importante de este intercambio, el hecho de haber conectado con todas estas personas y el haber formado una gran amistad con ellos, que quizás en el futuro, pueda volver a conectar con todos ellos, más allá de una simple amistad, sino que también para crecer mutuamente en un sentido profesional.