Luciérnaga,
LGBTTTIQ+ allá del Arcoíris

Luciérnaga

Colaboración de la Dirección de Divulgación de la Ciencia
Escrito por maestra Ana Alejandra Duque Mata
Fotografía: Especial


“No tienes que ser la causa, para defender la causa”

Pensar en las identidades disidentes desde una perspectiva heterosexual, de entrada, es complejo porque la mayoría de nosotros y nosotras consideramos a la heterosexualidad como lo único natural y normal. De manera genérica, hemos asumido y aceptado lo que culturalmente nos han enseñado la concepción del binarismo de género. Lo anterior ha generado la percepción de que la heteronormatividad es la única vía de la sexualidad socialmente aceptable.

Al menos, desde una perspectiva heteronormativa, les persones trans cruzan por un proceso bastante difícil al situarse en diferentes disidencias que les atraviesan, como vivir con una doble crisis de identidad constante a nivel socio cultural y psicológico. Es complejo que una persona tenga que asumir que su cuerpo y mente no coinciden, que no hay una concordancia, tal pareciera que ellos son les equivocades y no la sociedad, ya que no debemos olvidar y tener presente que estamos enfrascados dentro de un esquema binario heteronormativo, donde no puede existir lo diverso y diferente.

Como se ha venido manejando en las Ciencias Sociales, el género es una construcción social y es percibido como lo biosocial inmerso en cada país, comunidad, etnia. La separación entre mujeres (XX) y hombres (XY) parte de la biología, los órganos reproductores han sido la brújula que guía y que dicta los comportamientos dentro de la sociedad, esto es, se crean expectativas referentes al sexo.

Por ejemplo, en el caso particular de las mujeres, se les enseña a ser las responsables de la educación de los hijos e hijas; y en el caso de los hombres, que sean los “buenos proveedores”, junto con otros estereotipos que definen los roles sociales, como puede ser no mostrar debilidad emocional, o ser fuertes físicamente.

Lo anterior se da a través de simbolismos, usos y costumbres, esa diferencia sexual deriva en una desigualdad social y opresión por medio de estereotipos sexistas relacionados con sus opuestos. El cuerpo sexuado, es decir determinado por sus características biológicas, le es asignada una identidad determinada dentro de cada cultura.



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En el caso de México es notorio que a les persones trans se les discrimina y segrega en espacios delimitados para elles por su expresión de género.

De acuerdo con información del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (CONAPRED), las mujeres transexuales son las que viven un mayor nivel de desigualdad, ya que están expuestas a un nivel de vida precaria, problemas de salud y no se les permite, en algunos casos, el acceso a la educación dentro de la comunidad LGBTTTIQ+. Nuestro país es el segundo de América Latina con mayor número de crímenes de odio por homofobia-transfobia, según publicación del suplemento Letra S del diario La Jornada.

El Diagnóstico Nacional sobre la Discriminación hacia personas del colectivo LGBTTTIQ+ que realizó la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (CEAV), en conjunto con la Fundación Arcoíris por el Respeto a la Diversidad Sexual A.C, muestra como resultado que en el espacio educativo es donde se ejerce la mayor discriminación hacia las personas de la diversidad sexual.

El primer lugar sucede a nivel secundaria con un porcentaje del 37%; en segundo lugar, el nivel medio superior con un 20%, y en tercero, la primaria con 14%. El estudio también reveló datos respecto al sector Salud donde las personas que más sufren discriminación al recibir atención médica son los hombres homosexuales con un 5.6% y las mujeres trans con 1.3%.

Las personas que tienen una preferencia sexual, identidad o expresión de género diferente a lo heteronormativo, por lo regular encuentran obstáculos que tienen como base principalmente tintes de prejuicio y estigma en muchas áreas de la vida como el acceso a la justicia, a la salud, a la educación y cualquier otro derecho humano.



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En un sentido figurado, para entender la situación de les persones trans, podemos ver nuestro cuerpo como un lienzo en blanco que, si lo ejercitamos, tatuamos, perforamos o lo vestimos de cierta manera, es una forma de expresarnos y de reinventarnos. Lo que no queda claro es por qué cuando las personas que se identifican con el género opuesto asignado al nacer, al momento de realizar alguna modificación en su cuerpo o reinventarse, la sociedad los deslegitimiza.

Les sujetes trans se identifican con un género que no les fue asignado al nacer y están en una búsqueda constante de corporeizarse a través de diferentes vías, como puede ser la ropa, el cambio de nombre o corte de cabello, y todo ello no debería considerarse como prácticas ilegítimas, ya que todas las personas en algún momento de nuestras vidas hacemos cambios en nuestros cuerpos, sino radicales, al menos permanentes y no necesariamente se nos juzga ¿por qué razón?, porque las personas heterosexuales sí entran y están adecuadas en el sistema heteronormativo del género.

Más allá de la diversidad existen cuerpos diversos, cuerpos que al día de hoy se les considera trans-agresores del sistema y existe una gran resistencia en la sociedad a aceptar lo diverso.

Como sociedad, ¿qué podemos hacer para evitar la discriminación hacia la comunidad LGBTTTIQ+? Mi propuesta es mediante la visibilización de su realidad y problemática que enfrentan para sensibilizar y generar una empatía que disminuyan actitudes violentas. El colectivo trans no puede ni debe seguir invisibilizado e ignorado, ya que forman parte de nuestra estructura social, productiva, profesional, cultural y laboral del país.



¿Quién es…?


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Ana Alejandra Duque Mata estudió la Licenciatura en Ciencias de la Comunicación y la Maestría en Ciencias Sociales en la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo, su alma mater, donde actualmente cursa el Doctorado, también en Ciencias Sociales.

Es originaria de la Ciudad de México pero vive en Pachuca, Hidalgo desde hace 25 años. También radicó durante cinco años en la ciudad de Montreal, Québec, Canadá, lo que le permitió conocer un país diverso con personas multiculturales.

Como investigadora, sus líneas de trabajo son: perspectiva de género, feminismo, asilo, migración y diversidad sexual. Además, es activista independiente por los derechos de la comunidad LGBTTTIQ+.