El camino recorrido para reconocer los derechos humanos y lo que falta

El camino recorrido para reconocer los derechos humanos

Nelly Téllez
Fotografía: Carlos Sánchez y Especial


Hoy en día, los derechos humanos están presentes en todos los discursos, en los diferentes espacios y para todos los sectores poblacionales, ningún ámbito escapa de su impacto, y tampoco hay nadie que no los reclame ante situaciones limitantes. Sin embargo, aunque mucho se habla de ellos, poco se sabe de los mismos.

¿De dónde vienen?, ¿qué son?, ¿para qué sirven?, ¿se piden o se pelean?, ¿cuáles son los avances y los retos a 74 años de aceptar y validar su existencia? y ¿cuál es el papel de las instituciones y las personas en este tema?



Segunda Guerra Mundial, la tragedia que sacudió a la humanidad y obligó a un reconocimiento internacional de los derechos humanos



La titular de la Defensoría Universitaria de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH), Martha Guadalupe Guerrero Verano, explicó que estos preceptos o nociones para reconocer y preservar la dignidad humana no surgieron de forma novedosa en 1948 con la proclamación de la Declaración Universal de Derechos Humanos por la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), sino que este documento se integró con el cúmulo de visiones que ya se habían dado a conocer desde años antes en torno a reconocer a los seres humanos como iguales, pese a las diferencias que pudieran presentarse entre los individuos.

Sin embargo, los crímenes atroces que se suscitaron durante la Segunda Guerra Mundial originaron una reflexión: que el desconocimiento y menosprecio de los derechos humanos influyeron en la comisión de estos actos, por lo que se debía hacer algo para evitar repetir estos sucesos.

De este modo, para garantizar que cualquier persona pudiera cubrir sus necesidades y, al mismo tiempo, se tuvieran mecanismos para protegerlas ante eventuales riesgos que causen un daño, debían crear un instrumento donde se plasmaran estos derechos para hacerlos exigibles, por ello, tres años después de la tragedia mundial se dio esta declaratoria como un primer avance, pues a través de ella se visibilizaron problemáticas sociales comunes.

Mientras, para los años de 1950 se crearon los instrumentos normativos internacionales que permitieran universalizar y materializar estos derechos con independencia de los países, condiciones o características de las personas a fin de sentar las bases para la construcción de sociedades justas, armónicas y libres.



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Si bien se dio un avance importante en esta materia, estos instrumentos requieren de ser ratificados por los gobiernos de los países con el objeto de incorporar obligadamente el contenido de estos tratados y pactos a las respectivas legislaciones para acceder a ellos.

De acuerdo con la defensora universitaria, Martha Guadalupe Guerrero Verano, en el caso de México, aunque desde la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos de 1857, en su artículo primero ya se reconocían y se obligaba al Estado a velar por ellos, no fue hasta el año 2000 cuando se ratificaron el mayor número de instrumentos internacionales en esta materia, lo que permitió un progreso importante a nivel nacional que ha marcado un punto crucial en la historia de los derechos humanos en México para la definición detallada de los mismos.

En un segundo momento, en 2011 se dio una reforma constitucional en la que se establece que la Constitución Mexicana, las leyes que emanen de ella y todos los tratados, serán la ley suprema de toda la Unión, pero al mismo tiempo, se incorporó el principio pro persona, el cual establece que “las normas relativas a los derechos humanos se interpretarán de conformidad con esta Constitución y con los tratados internacionales de la materia”, con el objeto de favorecer la protección más amplia de los derechos humanos de las personas.



En México hay un gran avance en materia de derechos humanos, pero hay obstáculos que faltan superar



Aunque en la reforma constitucional de 2011 en México también se establece la universalidad, interdependencia, indivisibilidad y progresividad de los derechos humanos, así como la capacitación a servidoras y servidores públicos y a la ciudadanía para el debido cumplimiento.

A 11 años de estos logros legislativos y avances en el reconocimiento de una gran diversidad de derechos humanos para todas las personas sin distinciones de ningún tipo, es preciso reconocer que aún queda mucho por hacer para garantizar el respeto a los mismos por parte de las instituciones y la sociedad en general.

Pues al día de hoy se siguen cometiendo violaciones, ya sea por omisión o acción, lo que trae como consecuencia una demanda social o de los grupos sociales afectados que reclaman un respeto a sus derechos, o incluso, protestan ante la indiferencia de una resistencia social que se niega a reconocer y respetar que tienen también derechos.



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Martha Guadalupe Guerrero Verano, defensora universitaria.



Ya que en esta gran gama de derechos, si no se garantiza un derecho, la consecuencia es una afectación grave y sistemática a la violación de otro u otros derechos reconocidos, generando a su vez discriminación, desigualdad, violencia, marginación, pobreza, entre otros escenarios negativos que limitan los derechos y el desarrollo de las personas. Por eso se debe tener instituciones que las hagan efectivas y personas que exijan su cumplimiento.



Universidades como promotoras de una cultura de los derechos humanos entre la comunidad universitaria



Ante este escenario, es que en las universidades, como parte de su compromiso social, además de impartir clases académicas, fomentan los derechos humanos para formar profesionistas y ciudadanos que abonen a la construcción de sociedades incluyentes, igualitarias y equitativas.

Pues las y los estudiantes, en algún momento, se insertarán en el campo laboral y en las diversas esferas sociales desde donde pueden contribuir para darlos a conocer y sobre todo, hacerlos efectivos. Es por ello que el papel de las universidades en la promoción, defensa y protección de los derechos humanos juega un papel importante que se asume con responsabilidad.