El caos mental del envejecimiento:
Deterioro cognitivo y demencia

El caos mental del envejecimiento

Por Doctora Edith Araceli Cano Estrada
Investigadora de la Escuela Superior de Tlahuelilpan
Fotografía: Cortesía de la investigadora y Especial


Las habilidades cognitivas tienen un papel muy importante en el desempeño de las actividades diarias en los adultos mayores. Desafortunadamente, el deterioro cognitivo es común en el envejecimiento, pero puede llegar a convertirse en algún tipo de demencia si el deterioro cognitivo es severo, perjudicando las actividades sociales y funcionales de los adultos mayores.

Los trastornos más conocidos de demencia en edades avanzadas son la enfermedad de Alzheimer y la enfermedad de Parkinson, pero existen otros tipos como la demencia vascular o la demencia frontotemporal.

La demencia es irreversible y progresiva. Depósitos anormales de proteínas llamadas placas β-amilioides, bastones neurofibrilares y cuerpos de lewy se acumulan en el cerebro, contribuyendo al deterioro de la función cerebral y a la demencia.



“En México existe una gran cantidad de adultos mayores y se predice que para el año 2050 el número se habrá duplicado”.



Existen varios factores de riesgo que parecen tener influencia sobre el deterioro cognitivo: la edad, el género, la raza y la genética se clasifican como factores no modificables. Por otra parte, los factores de riesgo modificables involucran a la educación, el estilo de vida y enfermedades como la diabetes.

Otras causas que podrían involucrarse con deterioro cognitivo son la depresión, el abuso del alcohol, los medicamentos (antihistamínicos, anticolinérgicos), desórdenes metabólico (tiroides), tumores intracraneales, infecciones (VIH) y traumatismo cerebral.

En contraste, varios factores en la dieta y en el estilo de vida se han asociado a una baja probabilidad de padecer demencia, entre ellos se encuentra la ingesta de ácido fólico, consumo bajo de grasas saturadas, alta ingesta de frutas y vegetales, así como de ácidos grasos omega 3 y la actividad física.

En México existe una gran cantidad de adultos mayores y se predice que para el año 2050 el número se habrá duplicado, por lo que es importante tener estrategias que ayuden a disminuir o prevenir el deterioro cognitivo y, por ende, la demencia en esta población. La prevalencia de la demencia está fuertemente asociada con el incremento en la edad. También se ha observado que la demencia afecta más a mujeres que a hombres.



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Pero ¿Cómo podemos saber si algún adulto mayor presenta deterioro cognitivo? En el nivel primario de atención se pueden aplicar pruebas para detectar un posible deterioro cognitivo o demencia, ya que con la revisión de rutina no es posible identificar este deterioro.

Estas pruebas van dirigidas a evaluar la memoria, el lenguaje, la atención, el procesamiento de la información, la habilidad visual espacial. Si la persona tiene un bajo desempeño en dos o más de estos dominios cognitivos es probable que pueda padecer algún tipo de demencia; por el contrario, si sólo presenta una baja puntuación en algún dominio podría padecer deterioro cognitivo leve.

La prueba llamada Estado de Examinación Mini Mental (MMSE, por sus siglas en inglés) es una de las más empleadas en las investigaciones para examinar la capacidad cognitiva global en los adultos mayores. Ésta se ha traducido a diferentes idiomas.



“Existen diversos tipos de pruebas que pueden detectar la demencia”.



Otras pruebas utilizadas para la detección son el Test del Dibujo del Reloj (ADT), Test Mental Abreviado (AMT), Cuestionario del Estado Mental Portátil Corto (SPMSQ), la evaluación cognitiva Montreal (MoCA) entre otros.

El tiempo destinado para la realización de alguna de estas pruebas es alrededor de 10 minutos, sin embargo, el resultado no se debe de tomar como un diagnóstico de deterioro cognitivo o demencia.

Para ello, es necesario que la persona se realice otras pruebas cognitivas más detalladas para evaluar el nivel y la posible etiología del deterioro cognitivo, lo que incluye una evaluación funcional. Por ejemplo, pruebas neuropsicológicas, estudios de laboratorio para detectar hipotiroidismo o eficiencia de vitamina B12, así como estudios estructurales y funcionales del cerebro por medio de tomografías o resonancia magnética nuclear.



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La siguiente pregunta por resolver seria ¿Qué pueden hacer las personas diagnosticadas con deterioro cognitivo? Diferentes estudios han investigado sobre las diferentes formas para prevenir o tratar el deterioro cognitivo. Actualmente existen estrategias farmacológicas y no farmacológicas para combatirlo.

Se ha sugerido el entrenamiento cognitivo como una estrategia no farmacológica. En este sentido, se ha evidenciado una mejora en el dominio entrenado, es decir, si el entrenamiento está enfocado en fortalecer la memoria o el lenguaje, entonces se observa un aumento en dichas habilidades.

El entrenamiento físico también se ha considerado como parte de las estrategias para mantener las funciones cognitivas en adultos mayores. Se han propuesto ejercicios aeróbicos, ejercicios de estiramientos, ejercicios de resistencia y ejercicios de equilibrio. También se han implementado ejercicios de Tai-Chi. El tiempo necesario para ver resultados positivos es entre 18 y 24 meses de practicar ejercicio dos o tres veces por semana.



“La actividad física, la buena alimentación y la ingesta de vitaminas son algunas de las estrategias utilizadas, pero no son concluyentes, por lo que se necesita seguir investigando”.



Por otra parte, se han realizado intervenciones multidisciplinarias, donde se combinan diferentes estrategias, por ejemplo, la actividad física y la dieta. La ingesta de vitaminas C, D y E se ha propuesto, sin embargo, los resultados no son concluyentes, por lo que es necesario seguir investigando al respecto.

Además, se pueden realizar intervenciones psicoeducativas en caso de detectar presencia de depresión en el adulto mayor. Estas intervenciones pueden consistir en terapias ocupacionales.

Sin duda, la identificación temprana del deterioro cognitivo ayudará a prevenir el desencadenamiento de algún tipo de demencia, mejorando la calidad de vida de las personas de la tercera edad. Es importante, involucrar al adulto mayor en actividades físicas regulares, en el consumo de una dieta balanceada y acudir a revisiones médicas periódicas para prevenir estos trastornos mentales.