Reflexiones de nuestra memoria histórica desde el Archivo General
El Departamento de Normal en el ICL

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Alumnos de la Escuela Normal. Ca. 1936. Archivo General UAEH.


Colaboración del Archivo General
Por Gonzalo Aquiles Serna Alcántara
Fotografía: Archivo General


En la edición de agosto de 2021, continuamos en nuestra revista Gaceta UAEH con la aportación del profesor investigador Gonzalo Aquiles Serna, quien publicó en el Anuario Mexicano de Historia de la Educación el artículo “El Departamento de Normal en el Instituto Científico y Literario de Pachuca, México (1930-1936)”, un estudio que realizó a través del Archivo General de nuestra casa de estudios.

Recordemos que Aquiles Serna, adscrito al Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades (ICSHu), compartió la primera parte de su artículo en la edición de julio, la cual se puede visualizar en la siguiente liga: https://www.uaeh.edu.mx/gaceta/3/numero29/julio/memoria-historica.html.



La azarosa ruta de la Normal de Pachuca



Para 1920, la Escuela Normal Benito Juárez funcionaba en el edificio de la ex Colecturía del Diezmo de la Parroquia de la Asunción, una amplia casona situada entre las calles de Allende, Matamoros y Victoria, en el primer cuadro de la ciudad de Pachuca. A un costado se encontraba la llamada Plazuela del Xixi. En el mismo edificio trabajaba, como escuela anexa, la Primaria Superior Ignacio Manuel Altamirano. La profesora María Hazas fungía como directora en ambas instituciones (Menes, 2016).

El 23 de diciembre de 1921, a iniciativa del gobernador Amado Azuara, se creó la Universidad del Estado, ordenando: “suprimese [sic] por economía, el personal de profesores de la Escuela Normal”. Esta disposición creó un grave problema pues “para septiembre de ese mismo año, las alumnas, a no ser por la bondad del personal docente que trabajó sin sueldo hasta que presentaron sus exámenes, hubieran perdido el curso” (Instituto Científico y Literario, 1926, p. 75).

Mediante el Decreto 50 del 16 de marzo de 1922, las escuelas de Artes y Oficios; la de Enfermeras, Parteras y Farmacéuticos; la Normal, el Instituto Científico y Literario (que comprendía a la secundaria y preparatoria), así como las escuelas de Jurisprudencia e Ingeniería, de nueva creación, fueron adscritas a la naciente Universidad (POGE, 1922). Con el cambio, la profesora María Hazas dejó la dirección de la Escuela Normal y fue nombrada en su lugar la profesora Mercedes H. viuda de García.

Esta primer etapa de la Normal como escuela universitaria duró el mismo tiempo que el periodo de gobierno de Amado Azuara, fallecido en un accidente el 2 de noviembre de 1923, y de su hermano Antonio, quien lo sucedió en el cargo (POGE, 1923).

Menes (2016, p. 195) menciona que “el proyecto fracasó, debido a la falta de alumnos en las escuelas superiores, y para 1925, cada escuela recuperó su autonomía y desaparecieron las de Jurisprudencia e Ingeniería. La Universidad de Hidalgo fue suprimida y recuperó el antiguo nombre de Instituto Científico y Literario”.

El coronel Matías Rodríguez, como nuevo gobernador del Estado (1925-1929) y perteneciente a un grupo político distinto a sus predecesores, trajo un aire de progreso a la entidad. Se hicieron notar los recursos para las escuelas, entre ellas la Normal, que adoptó el Plan de Estudios de la Escuela Nacional de Maestros.

En la ciudad de México, mientras tanto, “a partir de 1925 la Normal se transformó en un inmenso centro profesional en que se graduaban maestros rurales, maestros misioneros, educadoras, maestros de primarias urbanas y maestros para actividades técnicas, además atendía los niveles de preescolar, primaria y secundaria” (Navarrete-Cazales, 2015, p. 23).

En consonancia, en la Normal de Pachuca se crearon tres departamentos: el de Maestros Rurales, que no pudo iniciar actividades; el Diurno, que para 1926 graduó 62 alumnas, y el Nocturno, con gran éxito entre las docentes en activo de Pachuca y poblaciones cercanas. En poco tiempo ya contaba con 65 alumnas dirigidas por la profesora H. de Chávez Nava (Instituto Científico y Literario, 1926).

Para 1928, el número de alumnos de la Normal de Pachuca ascendía a 115, once varones y ciento cuatro mujeres; doce se graduaron y el número de profesores ascendió a 43, mientras que el presupuesto fue de 51,789 pesos, el doble de lo disponible al inicio del mandato del gobernador. Esto llevó a considerarla, según el propio Matías Rodríguez, como “entre las de primer orden de las que hay en el país; y por hoy ya reconocidos sus profesores titulados, los cuales gozan y gozarán de las garantías que a su rango y a la importancia de dicha institución le corresponden” (Rodríguez, 1931, pp. 261-262).

La primera explicación que se dio a la feminización docente fue de carácter económico: las mujeres tomaban los puestos que los hombres rechazaban. Por ejemplo, Schmuck (1987, pp. 75-76) argumentó para el caso de Estados Unidos que “la industrialización generó mejores oportunidades de empleo para los hom- bres que el trabajo docente”. Otro argumento fue su disposición natural, en tanto madres, al cuidado de los menores (Albisetti, 1989).



El Departamento de Normal


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Abasolo, Archivo General de la UAEH.



El nuevo gobernador (1929-1933), Bartolomé Vargas Lugo, mediante el Decreto 160 publicado el 14 de marzo de 1930, reiteró la decisión de incorporar a la Escuela Normal “Benito Juárez” al Instituto Científico y Literario colocándola bajo un mismo mando y en el mismo edificio, en donde “se seguirán los mismos estudios para la preparación de los futuros profesores de educación primaria” (POGE, 1930).

Los artículos 4, 5 y 6 del citado decreto establecían a quienes desearan seguir la carrera del magisterio que solo se les exigirían las materias que formaban el plan de estudios de la Normal, mismas que serían impartidas por maestros normalistas propuestos por la Dirección General de Educación.

El artículo 7 indicaba que la Dirección antes citada siempre debería estar perfectamente vinculada con el Departamento de Normal, la cual debería poner en vigor las “sugestiones” de la Dirección.

Por último, el artículo 8 indicaba que el Jefe del Departamento de Normal tendría a su cargo las clases de práctica y técnica de la enseñanza en los tres cursos del programa y “será el encargado de imprimir al Departamento las modalidades propias de su carácter profesional. En la parte técnica, dependerá inmediatamente de la Dirección General de Educación” (POGE, 1930).

Esta indicación a primera vista parece excesiva para un decreto, y me lleva a suponer que algunos profesores y profesoras, o don Teodomiro Manzano, principal promotor del normalismo en el estado de Hidalgo, intervinieron en la redacción del citado decreto, buscando evitar que un arribista de otra profesión tomara la jefatura del Departamento de Normal.

El gobernador Vargas Lugo defendió su decisión de incorporar a la Escuela Normal al Instituto. En su informe de gobierno rendido el 1 de marzo de 1931 menciona:

Con la Escuela Politécnica, la Escuela Normal para Profesores, la Preparatoria y la Escuela de Ciencias Económicas, que me ocupo enseguida, se ofrecerán diferentes actividades, pudiendo el alumno al terminar su enseñanza secundaria, elegir la carrera de orientación que más le convenga y para la que tenga interés, dejando por lo mismo de encontrarse dentro del círculo estrecho que se le había ofrecido hasta la fecha, con una sola orientación, la de la Preparatoria. La Escuela Normal de Profesores quedó incorporada al Instituto Científico y Literario, hace un año y participado ampliamente del progreso general que se observa en el Instituto; los resultados obtenidos han sido muy halagadores y la preparación de los alumnos empieza a ser verdaderamente eficiente [POGE, 1931, p. 94 ].