Alumnos Garza Comunican
La diferencia entre percibirlo y vivirlo: el acoso sexual y hostigamiento

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Colaboración del Área Académica de Comunicación
Por Fabiola Portillo
Fotografía: Especial y Alejandra Zamora




“…No quise contarle a nadie, me daba pena decirlo y sentía que no era importante…”



La vida de una mujer desde hace tanto se ha visto de cierta manera limitada. Es probable que con el paso del tiempo las mujeres pasen por una serie de situaciones que forjarán su carácter y que la ayudarán a tomar precauciones para el futuro, pero ¿es normal? Acaso ¿está bien? La respuesta depende mucho del género al que pertenezcas y se explicará más adelante.

Y es que lamentablemente, los feminicidios y abusos contra la mujer no son algo nuevo, ya que los testimonios que leeremos a continuación son una prueba clara de esto, jóvenes que desde niñas han pasado por experiencias de acoso y hostigamiento, las cifras de estos delitos resultan cada año más alarmantes y las estadísticas no mienten. Lo que sí sabemos es que en algún momento tenía que pasar, el que las mujeres ya no se quedarían calladas y gritarían para acabar con las situaciones que limitan su libertad.



“Creo que donde más he sufrido acoso es en el transporte. Desde palabras obscenas hasta toques sin mi consentimiento e incluso me llegó a pasar cuando estaba con mi mamá”.



La Ley General de acceso de las mujeres a una vida libre de violencia, publicada en el Diario Oficial de la Federación el 1 de febrero de 2007, cataloga el hostigamiento y al acoso como delitos graves contra la integridad sexual de las mujeres y los define como:

•El hostigamiento sexual es el ejercicio del poder, en una relación de subordinación real de la víctima frente al agresor en los ámbitos laboral y/o escolar. Se expresa en conductas verbales, físicas o ambas, relacionadas con la sexualidad de connotación lasciva.

•El acoso sexual es una forma de violencia en la que, si bien no existe la subordinación, hay un ejercicio abusivo de poder que conlleva a un estado de indefensión y de riesgo para la víctima, independientemente de que se realice en uno o varios eventos.

Fernanda “N”, de 18 años, decidió hablar sobre la experiencia más aterradora y traumática por la que ha tenido que pasar a su corta edad. Nos relata cómo el acoso es una lamentable realidad y da un ejemplo claro de lo que más de la mitad de las mujeres pasa día a día.



“Una vez salí de mi casa sola para buscar un regalo. Yo vivo cerca del centro y eran alrededor de las 4:00 pm. De regreso a mi casa tenía que pasar frente a un callejón a unas ocho casas de la mía, para eso ya eran las 5:30 pm, el día aún estaba claro y con sol. De repente sale un señor de ahí, sentí mucho miedo al verlo porque estaba masturbándose y viendo pornografía en una computadora. Comenzó a decirme cosas y a llamarme pero yo no quise voltear ni a verlo y caminé lo más rápido que pude intentando llamar a una amiga, la cual nunca contestó. De cualquier forma llegué muy rápido a mi casa y no había nadie, entonces tuve que esperar sola, pero sentí mucho miedo. No quise contarle a nadie, me daba pena decirlo y sentía que no era importante, tiempo después una amiga nos contó que le pasó una situación parecida en el transporte público”.



El caso de Fernanda no es el único con el que nos hemos encontrado, ciertamente, cada día son más las mujeres que deciden hablar sobre sus abusos, acosos y violaciones, y no es algo que resulte ser inventado o manipulado, esto lo corrobora un comunicado emitido por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), a propósito del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia Contra la Mujer, en el que mostró estadísticas que ha desarrollado de encuestas dirigidas para medir la prevalencia e incidencia de la victimización y la percepción ciudadana sobre seguridad pública y calidad de los servicios gubernamentales.

Según datos de la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (Envipe) 2019, en el país la apreciación de inseguridad de las mujeres en el municipio en donde residen, es cada vez mayor. De 2013 a 2019 pasó de 65.6 a 74.1%, y en su colonia o localidad de 46.7% a 54.5%; esto nos habla de un incremento considerable en la violencia contra la mujeres.

Y no solo eso, en relación con los delitos de acoso y hostigamiento sexual se observa que el porcentaje aumenta, asimismo, existe un mayor número de ellos en las cifras correspondientes al año 2018, llegando a los 2 mil 767 y mil 223 presuntos delitos contra las mujeres, respectivamente.



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Sin embargo, la percepción de este problema divide a la sociedad, que incluso con el auge de las redes sociales se puede observar más entre los que minimizan o ignoran el acoso; las publicaciones de noticias sobre abusos son muy variadas, todavía hay personas que creen que el abuso es normal, que culpan más a la víctima que al agresor.

Un caso reciente, que dio mucho de qué hablar, y que podría ayudar a ejemplificar este problema, es el del abuso sexual que cometió el ‘influencer’ Ricardo González, mejor conocido como “Rix”, en contra de la youtuber Nath Campos. En las publicaciones que se hicieron muchas personas comenzaron a opinar de esta situación.



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Imagen sobre comentarios de la nota en la que se da a conocer el video que publicó la youtuber Nath Campos.



Ciertamente, el acoso no solo se da en la calle o en las fiestas nocturnas, muchas mujeres son propensas a sufrirlo en la escuela, en la casa o en sus trabajos, llegado al punto de hasta normalizarlo. Sin embargo eso no quita que el impacto que genera en los sentimientos y emociones de las mujeres no sea desalentador, dependiendo de cada personalidad es cómo reaccionan ante tal acción, algunas dispuestas a enfrentarse y rebelarse; y otras que con miedo prefieren dejarlo pasar.

Erika “N”, universitaria de 21 años comenta, cómo la falta de empatía por parte de las personas es un factor para que muchas víctimas lo dejen pasar o lo ignoren también.



“Creo que aunque muchos digan que puedes decir algo o defenderte, al estar ante esa situación, te bloqueas completamente y es peor cuando la gente no dice o hace algo, aun sabiendo lo que pasa”.



El problema del acoso y violencia contra la mujer es tan grande, que tan solo en Hidalgo, hay cinco de los 100 municipios con más presuntos delitos de feminicidio entre enero y marzo del 2021; entre los que destacan Tula de Allende, Actopan, Alfajayucan, Tizayuca y Zempoala, esto de acuerdo con la información sobre violencia contra las mujeres del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, publicado el 31 de marzo del 2021 en su página web.



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En el mismo informe, también podemos destacar que a nivel estatal Hidalgo se encuentra entre los estados con más llamadas de emergencia relacionadas con incidentes de acoso u hostigamiento sexual, y este sigue acercándose más a los primeros lugares desde el 2017.



Prácticas incómodas desde la infancia



En la infancia muchos casos de acoso se pasan por alto, normalizando conductas sexuales por parte la familia y viéndolas como simples muestras de afecto aunque éstas hagan sentir incómodo al infante.

“Desde que era pequeña una tía siempre agarraba mis mejillas y las apretaba. No sé por qué mis papás no le decían algo porque yo aún era pequeña, hasta que pude hablar más le decía que no porque dolía y lo dejó de hacer”, Lizeth “N”, 27 años.



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Estas situaciones afectan a más del 80% de niños. En un estado como Hidalgo se considera una falta de respeto el no saludar de beso a los tíos, primos y abuelos, aunque se pase por alto que estos puedan ser potenciales agresores sexuales, parece más fuerte el lazo con familiares masculinos cercanos que con los propios hijos.

“Un hermano de mi papá lo saludábamos pero por educación, no me daba buena espina y sí, cuando ya había crecido un poco más nos enteramos que este señor quería que lo saludáramos de beso en la mejilla, cosa que pues no queríamos ni mi hermana, ni mi mamá y menos yo”, Lizeth “N”, 27 años.

No siempre es fácil aceptar que miembros de tu familia puedan atentar contra tu integridad o la de tus hijos, sin embargo, el primer paso es aceptar que esto es real, que pasa más veces de las que quisiéramos y que siempre debemos estar preparados para creerle a las víctimas y hacer lo necesario para acabar con el abuso tanto infantil como contra las mujeres.



Fuentes consultadas



•Estadísticas a propósito del día internacional de la eliminación de la violencia contra la mujer (25 de noviembre). (2020, noviembre). Inegi. https://www.inegi.org.mx/contenidos/saladeprensa/


•Ley general de acceso de las mujeres a una vida libre de violencia. (2007, Diciembre). https://www.gob.mx/cms/uploads/attachment/file/


•Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública. (2021, marzo). Información sobre violencia contra las mujeres; Incidencia delictiva y llamadas de emergencia 9–1-1. https://drive.google.com/file/