Hábitos vitales

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Por Isaac Aguilar
Fotografía: Archivo, Deportes UAEH y Especial


El ser humano parece destinado a acoplarse a ciertas rutinas, ya sea la semana laboral, las actividades que realiza en casa e incluso las actividades que involucran la diversión. El ocio o las fechas significativas del calendario como Navidad o Año Nuevo cumplen en mayor o menor medida con una rutina específica donde se sabe lo que hay que hacer, cuándo y cómo.

No se puede negar que, si bien las rutinas pueden ser agotadoras y aburridas, también llegan a proveer a quien las realiza de cierta comodidad, pues puede ser que no nos guste lo que hacemos, pero si lo hacemos una y otra vez de la misma manera la tasa de error es mínima, además de otorgar algo que históricamente se busca de manera incansable: el control de lo que nos rodea.

La rutina se convierte en una especie de manto protector que enmascara tanto las virtudes como los defectos de nuestros hábitos pero ¿Qué tan importantes son los hábitos que adquirimos? El análisis de cualquier situación se presenta (casi siempre) tras la irrupción de alguna catástrofe, de un giro inesperado de los acontecimientos de la realidad y en este caso, la rutina de millones de personas sufrió una sacudida digna de reconocer en la escala de Richter.

El COVID-19 irrumpió con fuerza y nadie estaba preparado para responder. Desde el día uno el sector salud se ha volcado de una manera heroica para contrarrestar las pérdidas de tan feroz batalla, y a raíz de esto el ojo del mundo empezó a inquietarse en cuanto a los problemas respiratorios, reconocerse como población de riesgo o incrementar medidas, en ocasiones sin mesura, para guardar este sistema tan esencial en nuestro organismo.

Sin embargo, se hizo de lado otro problema que ha estado presente desde antes del COVID-19, el cual estuvo en los tiempos de la influenza AH1N1, se ha visualizado en eventos lamentables que nada tienen que ver con la salud como el 9/11 de Estados Unidos e incluso antes, como el triste e inolvidable terremoto de 1985; una cuestión sanitaria vital, inmersa en nuestra rutina al grado de ser aceptada sin tomar en cuenta el número de vidas que cobra diariamente, un mal llamado obesidad.

Porque si echamos un vistazo a nuestra rutina de vida y nuestros hábitos alimenticios, estos se encuentran en un segundo plano, no son tan importantes ¡Aunque deberían!, pues el temor de un virus que hasta hace unos años era desconocido y que parece hambriento de vidas humanas ha movido a la población mundial a tomar medidas extraordinarias.

¿Pero qué pasa con los deportistas? si bien nadie está exento de sufrir complicaciones por el virus, los deportistas y su sistema inmunológico parecen a simple vista, más preparados para resistir que “una persona común” ¿Cuál es la clave? Su rutina y sus hábitos alimenticios o la importancia que le dan a la nutrición ¿pueden marcar la diferencia?



Implementar la Nutrición Deportiva, vital para afrontar enfermedades


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Susibeth Gómez Acosta, nutrióloga encargada de brindar atención en la Dirección de Promoción Deportiva de la UAEH.



En entrevista para Gaceta UAEH, Susibeth Gómez Acosta, nutrióloga encargada de brindar atención médico-deportiva en la Dirección de Promoción Deportiva de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH) compartió que entre la nutrición y el deporte existe una estrecha relación donde “es fundamental la una para la otra, ya que nosotros al realizar ejercicio físico gastamos mucha más energía y las demandas de nutrientes aumentan”.

Esto significa que el cuerpo necesita energía que obtendremos de los alimentos ingeridos. Mediante la nutrición deportiva se guía y educa al deportista a saber qué, cuándo y por qué se debe comer y beber ciertos alimentos, ya que con una nutrición adecuada el deportista tendrá un mayor rendimiento. Igualmente, cuidar nuestra alimentación y practicar deporte de forma regular mejora nuestra calidad de vida al ser una excelente forma de prevenir enfermedades, además de ayudar en el desarrollo de habilidades cognitivas.

Asimismo, la especialista externó como es que los atletas se han visto afectados por la emergencia sanitaria: “Todos nos vimos sorprendidos por la situación, pero los atletas más el estar expectantes si se iban a llevar a cabo o no las competencias aunado con la manera de adaptarse a sus clases virtuales y entrenamientos en casa su proceso fue difícil”.

Dentro del trabajo de asesorías ofrecido por la UAEH con sus atletas, Susibeth Gómez destacó que la mayoría de los deportistas omitían y modificaban sus horarios de comida, esto afecta el comportamiento nutricional del individuo ya que todos los macronutrientes pueden alterarse. “Creo que ese es el problema más grande, actualmente no estamos manteniendo el ritmo que teníamos antes, sin embargo, creo que también fue una buena oportunidad de que ellos se organizaran mejor y trataran de tomar buenas decisiones a la hora de realizar sus compras alimenticias”, mencionó.



La obesidad, un problema en México


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Los problemas de salud asociados a no contar con la nutrición adecuada han sido una constante en México y un área que requiere atención. La pandemia ha evidenciado la poca importancia que tiene la nutrición y la atención de la misma.

Al respecto Susibeth comentó: “sabemos que el sobrepeso y la obesidad es un problema creciente, que no se estanca ya que lo encontramos en zonas ricas, pobres, rurales y urbanas, el 70 por ciento de nuestros mexicanos padece sobrepeso y casi una tercera parte obesidad, además, esta enfermedad es el principal factor para el desarrollo de diabetes tipo II, enfermedades cardiovasculares, hipertensión arterial, dislipidemias y ciertos tipos de cáncer”.

Declaró que la buena nutrición es una parte esencial en la defensa de un individuo contra el COVID-19, pues las personas con un sistema inmunológico débil aumentan el riesgo en general. Sin embargo, también existen otros factores como el estrés, la falta de sueño, inactividad física, consumo de sustancias como el alcohol y tabaco.

Igualmente resaltó que en el contexto de pandemia se debe analizar que el país está acostumbrado al consumo de alimentos procesados, así como un alto consumo de azucares, grasas y harinas refinadas. A esto se suma el estar en casa y no realizar alguna actividad física, por lo que se aumenta la probabilidad de desarrollar diferentes enfermedades o tener un deterioro más grave del sistema si se llega a adquirir el virus. “La población mexicana no tiene una cultura de la prevención, ninguna persona está libre de sufrir situaciones de riesgo, pero si tomamos medidas sería posible disminuir el impacto del virus en nuestro sistema”, declaró.



El deporte deja un impacto positivo en la salud


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El deporte y la nutrición tienen un impacto directo entre sí, y es de enorme ayuda cuando se busca prevenir alguna enfermedad cardiovascular, tensión alta, diabetes o cáncer. La actividad física repercute en el ámbito fisiológico, psicológico y social, pues mejora el estado de ánimo y disminuye el riesgo de padecer estrés, ansiedad y depresión; aumenta la autoestima.

Para Gómez Acosta crear hábitos saludables es un proceso, los deportistas tienen clara esta parte ya que ellos tienen sus objetivos y harán lo posible para mejorar o mantenerse en la búsqueda de alcanzarlos, “para la población general se debe analizar qué están haciendo por ellos mismos y tener la motivación para querer cambiar ese estilo de vida que se tiene de manera progresiva”, indicó.

En la sociedad actual, el sedentarismo es un problema en incremento continuo, que junto a una alimentación desequilibrada, condicionan las elevadas tasas de sobrepeso y obesidad. Por ello, es absolutamente prioritario diseñar estrategias encaminadas a modificar el estilo de vida.

En este aspecto, la Dirección de Promoción Deportiva de la UAEH ofrece conferencias para hacer que los estudiantes estén conscientes del estilo de vida que llevan y que también analicen las consecuencias que conlleva tener hábitos poco favorables.

El objetivo es cambiar la mentalidad y ayudar en el desarrollo de la cultura de la prevención, ya que al ser jóvenes no se preocupan por problemas como la obesidad, la hipertensión o la diabetes, enfermedades que avanzan con el paso del tiempo. Además, la alimentación puede y debe adecuarse al nivel de ejercicio practicado o al mantenimiento de las actividades básicas, siendo un hecho constatado que la persona que inicia la actividad física termina modificando también sus hábitos de alimentación y está en general, más motivado por el cuidado de la salud.

En torno a esta situación, Susibeth Gómez señaló que “es un problema a nivel de sector salud, se preocuparon por infecciones y otros problemas agudos y ahora deben prestar atención a las enfermedades crónicas relacionadas con la nutrición. También vale la pena hacer la reflexión sobre la industria alimentaria, si en realidad el nuevo etiquetado es una estrategia de ayuda y evaluar el impacto”, refirió.

Al citar a Hipócrates, agregó, “que la comida sea tu alimento y el alimento, tu medicina. Una dieta sana y equilibrada se debe adquirir como hábito, no como algo temporal para la consecución de un objetivo a corto plazo. La mayoría de las personas desconocen lo que comen y no se preocupan por informarse sobre los nutrientes presentes en los distintos alimentos”.



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“Que la comida sea tu alimento y el alimento, tu medicina”



Pasar más tiempo en casa ha significado para algunas personas cocinar más y planear una dieta semanal para administrar mejor los alimentos. Planificar una dieta y preparar los alimentos en casa nos ayuda a reducir gradualmente nuestro consumo de alimentos industrializados.

Finalmente, la licenciada en nutrición compartió la siguiente reflexión: “Esta pandemia nos ha dejado varias lecciones, pero considero que una de las más importantes es esta, cambiar nuestro estilo de vida y comenzar a incluir ejercicio y alimentación saludable a nuestra vida”.

La rutina se rompió debido a la pandemia, la sociedad fue apartada de su realidad y sus hábitos y actividades forzados a cambiarse, sin duda ha sido y es un proceso difícil y doloroso por las pérdidas humanas, pero cuando la vida está en juego ¿No vale la pena cambiar?

Hoy se nos presenta una oportunidad única para crecer, para volver de nuestros hábitos un beneficio personal y de salud, para integrar en el día a día algún deporte, ya perdimos suficiente, es el momento de empezar a ganar.