La Garza Lectora en la Gaceta
Dios se fue de viaje

Por Rosa María Valles Ruiz
Directora de Fomento a la Lectura
Colaboración de la División de Extensión de la Cultura
Fotografía: Dirección de Fomento a la Lectura y Especial


Garza Lectora

Dos épocas. Dos centurias de por medio. Dos protagonistas mujeres. En ambas etapas, dos personajes masculinos de relevancia: el célebre filósofo laico-liberal Francois-Marie Arouet Voltaire (1694-1777) y el fotógrafo Robert Capa (1913-1954), famoso por su trabajo como corresponsal de guerra en España y Vietnam.

Pero Beatriz Rivas, escritora mexicana contemporánea, al escribir Dios se fue de viaje no pone el acento en Voltaire o Capa, sino en quienes fueron sus parejas: Emilie Du Chatelet, de Voltaire, y Gerda Taro (inicialmente Gerta), de Robert Capa.

¿Qué relación pueden tener dos relatos tan distantes en el tiempo? Una carta firmada por Emilie Du Chatelet escrita a una persona cuyas iniciales son G.T. permiten que Gerda en pleno siglo XX considere que la científica del siglo XVIII se dirige a ella y siga su camino de audacia y valentía.

1735 es el año señalado por la escritora para ubicar a De Chatelet junto a Voltaire en el Castillo de Cirey, Francia. Viven ahí porque el rey Luis XIV no permite a Voltaire estar en París. Las ideas vanguardistas y contra el absolutismo monárquico incomodan al rey, quien prefiere que el escritor y filósofo no radique en la ciudad luz. Anteriormente, durante 14 meses, Voltaire estuvo exiliado en Inglaterra.

Émilie lleva a Voltaire al castillo y le procura una vida cómoda. Está casada con el marqués Du Chatelet quien viaja constantemente y dedica su vida al ámbito militar. Tiene dos hijos con el marqués, aunque su situación no le impide tener una relación amorosa con Voltaire, a quien admira por su talento. Voltaire, a su vez, está impresionado no solo pon la belleza de Émilie y su arrogante juventud (ella, 29 años; él, 41), sino por su elevado conocimiento sobre matemáticas, física e idiomas.

Émilie ama la buena vida. Vino exquisito, atuendos glamorosos, blusas de seda, joyas valiosas, le gusta amar y ser amada. Decide que su amor definitivo es Voltaire aunque mantiene el estatus de casada y acude a saraos y reuniones sociales. Representa a la clásica salonniere de la época, es una transgresora de su época.

Para Beatriz Rivas, la autora de Dios se fue de viaje, la fama de Voltaire es de magnitud tal que al paso del tiempo desdibuja la fuerte personalidad y las aportaciones de Émilie Du Chatelet, a quien se deben traducciones de obras clásicas de la época, además de sus aportaciones a las matemáticas y la física.



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La otra historia que cuenta Beatriz Rivas está ubicada en el París de 1935. Una pareja de enamorados, André y Gerta, disfrutan el placer de la piel y el infinito encanto del trabajo compartido. André es de origen húngaro, en tanto Gerta es judío-alemana.

Ambos coinciden en la capital francesa, a donde llegan huyendo de la expansión de Hitler y la persecución a los judíos. Gerta es el mejor apoyo de André, a quien impulsa a construirse una nueva personalidad. André pasa a ser Robert Capa y su genialidad como fotógrafo recorre las páginas de los diarios del mundo. Gerta, ahora Gerda Taro, se independiza de Capa y sigue su trabajo como fotógrafa. Ambos coinciden con la legitimidad de la lucha republicana en España y rechazan el fascismo que representa Francisco Franco. Gerda se convierte en la primera fotógrafa mártir de la Guerra Civil Española, al ser atropellada por un tanque en el campo de batalla.

Gerda murió en 1937. Robert Capa siguió su trabajo como fotógrafo y murió en 1954 en Vietnam, al bajarse de un jeep y pisar un sitio donde había una mina que estalló y lo dejó herido de gravedad. No lo alcanzaron a llevar a un hospital. Murió en la ambulancia, con su cámara colgada al cuello.



Sobre la autora


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Beatriz Rivas es una escritora mexicana. Estudió las licenciaturas de Derecho y de Periodismo e hizo una maestría en Letras Modernas.

Ejerció el periodismo durante varios años, aunque se decidió por la literatura y los relatos de ficción entrelazados con hechos históricos de relevancia. Entre sus novelas se enlista La hora sin diosas (2003), Viento amargo (2006), Amores Adúlteros (2010, en coautoría), Amores adúlteros…el final (2011), así como Lo que no mata, enamora (2012).