Movimientos sociales: Motores de cambio para nuestra sociedad
Por Sandra Plácido
Fotografía: Especial
Los movimientos sociales tienen como objetivo principal lograr un cambio; son una acción colectiva de participación ciudadana en la cual se expresan valores, creencias e ideologías. En ellos se manifiesta el descontento e inconformidad con el sistema, se lucha por los derechos y por poner fin a las injusticias; son claves a la hora de añadir nuevas demandas al proponer, reivindicar y pedir mejoras en conjunto para toda la sociedad.
Surgen porque existen tensiones estructurales, porque existen carencias organizativas y porque a la gente no le gusta cómo se vive y cómo se vive la resolución de injusticias, por lo que creen que los problemas a favor de cuya solución han decidido movilizarse deben solucionarse de forma participativa, igualitaria y cooperativa, de manera que buscan organizarse, moverse de forma solidaria, participativa para remediar esos problemas.
A lo largo de la historia de nuestro país han surgido distintos tipos de movimientos sociales, como lo son los estudiantiles de 1968, el #YoSoy132 y la movilización para esclarecer el tema de los desaparecidos de la normal rural de Ayotzinapa, por mencionar algunos casos que tienen que ver con jóvenes de la educación superior.
Muchas han sido las movilizaciones sociales en nuestro país, pero en esta edición te presentamos de manera informativa más importantes en el rubro antes mencionado y que ha marcado la historia de México.
A 51 años, 2 de Octubre no se olvida
Mitin estudiantil, martes 13 de agosto de 1968. Colección Manuel Gutiérrez Paredes del Archivo Histórico de la UNAM.
El pasado 2 de Octubre se conmemoraron 51 años del Movimiento Estudiantil de 1968, un movimiento que ha dejado huella hasta el día de hoy y que no podemos permitirnos olvidar.
El estudiantil de 1968 fue un movimiento social en el que además de alumnos de la UNAM y el IPN participaron profesores, intelectuales, amas de casa, obreros y profesionistas en la Ciudad de México, y que fue reprimido por el gobierno mexicano mediante la matanza de Tlatelolco ocurrida el 2 de octubre de 1968 en la Plaza de las Tres Culturas.
Fue una lucha por la justicia, por las libertades, por un trato digno e igualitario y por un mejor gobierno, fue una lucha que hizo temblar a un régimen autoritario y que terminó en tragedia.
Este comenzó por un pleito entre alumnos del IPN y de la UNAM en la que intervinieron policías de una forma violenta, dando inicio a un gran número manifestaciones que terminaban en represiones por parte del gobierno hacia estudiantes, la toma de universidades por parte del ejército mexicano y la encarcelación injusta de manifestantes.
El Gobierno estaba cerrado al dialogo y a la negociación, fue así como se convocó a la manifestación pacífica el día 2 de octubre en la Plaza de las Tres Culturas en donde se cometió el genocidio en contra de los manifestantes por parte de militares que iban vestidos de civiles y que comenzaron a disparar. Más de dos mil personas fueron detenidas, llevadas al campo militar, encarceladas, desaparecidas y asesinadas.
Hoy día se sigue luchando contra la represión y marchando para conmemorar este movimiento que ha dado pauta a muchos más movimientos estudiantiles que luchan por los derechos de todos.
#YoSoy132, el movimiento que sacudió las elecciones presidenciales
Este movimiento comenzó el 11 de mayo de 2012 durante las campañas presidenciales, cuando el entonces candidato Enrique Peña Nieto realizó un acto en las instalaciones de la Universidad Iberoamericana, donde un grupo de jóvenes universitarios se manifestaron en su contra por los actos de represión contra pobladores de la comunidad de San Salvador Atenco en 2006, cuando era gobernador del Estado de México.
Más tarde, integrantes del equipo de campaña del partido al que pertenecía señalaron que la protesta había sido orquestada por sus adversarios políticos de otras instituciones políticas, a través de jóvenes que no cumplían con el "perfil" de la Universidad Iberoamericana.
Aquel señalamiento causó conmoción entre 131 estudiantes que, indignados, respondieron a los señalamientos mostrando sus credenciales de alumnos en un video que se volvió viral en redes sociales. Fue entonces que otros jóvenes identificados con la protesta, comenzaron a utilizar el “hashtag” #YoSoy132 en señal de respaldo, mismo que terminaría dando nombre al movimiento. .
El movimiento se extendió rápidamente a otras instituciones de educación superior públicas y privadas de México, donde los universitarios realizaron una serie de protestas contra lo que consideraban era una "imposición" de Peña Nieto como presidente de la República, en complicidad con medios de comunicación.
El movimiento tomó tal fuerza en cuestión de pocos días, que incluso lograron organizar un debate con candidatos presidenciales, al cual Peña Nieto decidió no asistir.
La aparición, acciones y seguimiento mediático del movimiento #YoSoy132 tuvo un efecto sin precedentes sobre una ciudadanía caracterizada por ser, “la más apática y menos participativa en muchos años” y nos recordó que en una democracia participamos todos y que por ello, el Estado debe garantizar la principal herramienta de participación: la comunicación plural y universal.
“¡Vivos se los llevaron, vivos los queremos!”
El 26 de septiembre pasado se cumplieron cinco años de la desaparición de 43 estudiantes de la Escuela Normal Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa, en Iguala, Guerrero, quienes desaparecieron entre el 26 y 27 de septiembre de 2014 cuando iban a una manifestación y fueron atacados por oficiales de policía a quienes se asociaron con un grupo de narcotraficantes.
La sociedad en su conjunto exigió a las autoridades la búsqueda de estos jóvenes. Miles de estudiantes a nivel nacional se movilizaron por medio de marchas para dar a conocer su descontento al gobierno. Las autoridades señalaron que los estudiantes fueron ejecutados, sus cuerpos incinerados en un basurero y los restos arrojados a un río.
Pero la versión del gobierno fue desacreditada un año después por un grupo independiente de expertos forenses contratados por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), el cual determinó que los estudiantes no pudieron haber sido incinerados en el basurero.
Los expertos del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) dijeron en ese entonces que no había evidencia de que se hubiera registrado ningún incendio en dicho basurero.
Al día de hoy no se tiene una resolución de este caso, aun no se sabe la verdad de lo sucedido aquella noche. Ayotzinapa pasó a ser otro referente histórico de la lucha estudiantil en México.
A partir de entonces la demanda ciudadana sigue en pie para que se esclarezca completamente lo que pasó esa noche. En estos cinco años se han realizado numerosas movilizaciones para exigir la verdad y que se haga justicia.