La Garza Lectora en la Gaceta
El diablo viste de Prada

Garza Lectora

Por Griselda Jarillo Salinas
Colaboración de la División de Extensión de la Cultura
Fotografía: División de Extensión y especial


Todos en algún momento de nuestra vida hemos tenido un jefe, o de acuerdo a la novela de la que platicaremos hoy, una jefa que nos ha llevado al límite de nuestra paciencia, de nuestras capacidades tanto personales como profesionales, pero que a pesar de querer matarla entendemos que la forma de ser y ver la vida de esa persona lleva implícita una enseñanza profesional.

Lauren Weisberger, escritora estadounidense en la novela El diablo viste de Prada, nos narra un sensacional y certero retrato de los efectos y las consecuencias de la fama, del precio del éxito y del lado más desconocido de la vida de las celebridades.  

Esta obra relata las aventuras y desventuras de la pobre Andy Sachs que entra como ayudante de la terrible Miranda Priestly en la revista Runway. Es un puesto que todas las chicas matarían por tener, pero Andy la pasa muy mal para mantenerlo.

Andy, recién egresada de la universidad, tiene como propósito trabajar en la Revista New York; nunca se imaginó que terminaría trabajando en una de las revistas de moda más importantes.

Cuando Andrea pisa por primera vez la oficina de Runway lo ignoraba todo, jamás había visto mujeres con un rubio tan radiante, ni bolsos, zapatos y marcas como Prada, Armani, Versace ni diseñadores como Miuccia, Giorgio o Donatella; llevaba 23 años viviendo en la norte américa provinciana.

Acude a su entrevista nada nerviosa, hasta que se encuentra en el ascensor largas piernas, constituciones delgadas, bellezas de Chic, Mantra, The Buzz y Coquette. Ahí fue cuando tropezó con el pánico, cruzando el espacio infinito rumbo a recursos humanos.

Miranda tiene dos asistentes y la primera ascendió a redactora de belleza, así que Emily, la segunda ayudante, ocupará su puesto. Entonces, la segunda ayudante ha quedado vacante y puede ser para Andrea Sachs. 

La protagonista llega justo a tiempo a la oficina de Miranda Priestly, una mujer esbelta, elegante e intimidadora; ésta miraba a Andy con atención anotando en la mente los atentados en contra de la elegancia y el buen gusto. A pesar de eso, Sharon, directora de recursos humanos, llamó la mañana siguiente para informarle a Andy que había causado buena impresión a Miranda y el trabajo era suyo.



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Miranda es una mujer arrogante, demandante siete días a la semana, veinticuatro horas al día, no conoce vacaciones ni descansos, no permite errores. Es verdad, Andy no cumplía con la imagen de la chica “Runway”, sin embargo, durante su estancia en la revista sabía solucionar, reaccionar ante los desafíos que la reina de la moda imponía.

Un cambio de look dio la pauta para que los sueños de Andy se volvieran más grandes. Cuando Emily estaba por asistir a la semana más importante de los amantes de la moda en el pasmoso Paris, desafortunadamente su salud no se lo permitiría y no dudó en ceder su lugar a la nueva aprendiz.

Siete horas de vuelo desde Nueva York fueron pocas para que Andy descansara antes de ver las calles bulliciosas de Paris. Apenas cruzó la puerta del cuarto del hotel se oyó: “¡Andreeeaaa! Necesito que planchen mi traje Chanel, que revises la lista de invitados”.

Pero cuando el trabajo es muchísimo, apasionante y además lo realizas en Paris, nada lo puede limitar.

Entre reuniones, fiestas, compras, desfiles de moda, regaños, enojos, pasaron los días en Paris hasta que Miranda, después de enterarse que la mejor amiga de Andy, Lily había tenido un accidente y que se encontraba en coma, solo tomó la mano de Andy e hizo una mueca.

Faltaban dos días para la gran fiesta, Andy decidió quedarse para asistir a su flamante jefa, lo que derivó que Miranda le dijera: “Me recuerdas a mí, cuando tenía tu edad”.

Esas palabras resonaron en la cabeza de Andy como un martilleo insistente. Andy decidió tomar el primer avión de regreso a casa, dejando sola a su ex jefa.

Días después, Loretta Andriano de Seventeen Magazine, invitó a Andy para escribir en su revista; así conoció gente de diferentes editoriales y su vida cambió.

La exigencia de Miranda hizo que sin querer Andy aprendiera una de las lecciones más valiosa de su vida: volar sola.

Y recuerden: ¡podemos llegar al infierno con tacones!



Sobre la autora

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Nacida en 1977 en Scranton, Pennsylvania, Estados Unidos, Lauren Weisberger es conocida sobre todo por su exitosa novela El diablo viste de Prada, la cual fue adaptada al cine de la mano de la 20th Century Fox y cuyo personaje principal, Miranda Priestly, supuestamente se basa en Anna Wintour, editora jefa de Vogue, de la que Lauren había sido empleada.

Su primer empleo fue en Vogue como asistente de la ya mencionada Anna Wintour, puesto que dejó para comenzar a trabajar en la revista Departures, mientras acudía por las noches a clases de escritura y contribuía con otras revistas como Playboy.

El diablo viste de Prada, su primera novela, se vendió en más de 31 países y encabezó las listas de libros más vendidos de Estados Unidos y Gran Bretaña durante meses.