Foto reportaje
Fósiles: testigos de la historia

Texto y fotografía de Alejandra Zamora Canales


La Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH) fue sede de la segunda Jornada de Paleontología del Consejo Nacional, los días 27 y 28 de noviembre en Ciudad del Conocimiento, durante la cual se realizaron conferencias, mesas redondas, cursos y la curaduría de una exposición itinerante de 14 replicas de fósiles de diferentes mamíferos de Hidalgo, Tlaxcala y Puebla, que tienen una antigüedad de entre 110 millones de años a 60 mil años.





Al frente del Museo de Paleontología de la UAEH se encuentra la doctora en ciencias, Katia Adriana González Rodríguez, quién desde hace 20 años ha realizado estudios en la cantera Muhi en Zimapán. El proyecto cuenta con un catálogo de casi tres mil 500 fósiles, que se han encontrado en la entidad.





De acuerdo con las excavaciones se han develado más de cien sitios con potencial paleontológico en diez áreas: Otlamalacatla, Tenango de Doria, Zimapán, Valle del Mezquital, Zacualtipán, Santa María Amajac, Actopan, Tula-Tepeji del Río, San Agustín Tlaxiaca y Pachuca de Soto.





Entre las piezas que se exhibieron en el Centro de Investigaciones Biológicas en Ciudad del conocimiento se encuentran: la rama mandibular izquierda con segundo y tercer molares de un Mastodonte Americano (Mammut americanum), localizada en Ventoquipa al sureste de Hidalgo, de acuerdo con los investigadores pertenece al Pleistoceno tardío (60,000 – 11,700 años), dicho ejemplar pertenece a uno de los mastodontes más completos que se conocen de México.





El quinto metacarpo izquierdo y canino inferior de un león americano (panthera atrox), encontrada en la localidad “El barrio” del municipio de San Agustín Tlaxiaca, la pieza data del Pleistoceno tardío.





En las inmediaciones del municipio El arenal se halló el tercer molar superior derecho de un Gonofoterio (Cuvieronius hyodon) del Plioceno tardío, entre los 5.3 a los 2.6 millones de años, esta familia se encuentra emparentada con los elefantes actuales, sin embargo, se caracterizaron por presentar defensas (colmillos) en la parte superior e inferior y ser más pequeños que los mastodontes.





Una de las piezas de la colección que pertenece al estado de Puebla es una vértebra torácica de un bisonte ancestral (bison antiquus), un antecesor del bisonte americano (bison bison). Se han rescatado cerca de 500 ejemplares de esta especie en las pozas de alquitrán de Nebraska, se cree que eran animales migratorios que superaban la tonelada de peso, median entre los 2.25 metros de alto y más de 3.2 metros de largo, sin embargo poseían una joroba más grande que sus predecesores.





Fragmentos de la mandíbula izquierda, los molares superiores derechos, cráneo y cuerno de un Antílope enano americano (Capromeryx minor), que pertenecen al Pleistoceno Tardío en Epazoyucan, Hidalgo. La especie fue una de las más pequeñas de la familia de los Antilocapridae y en la actualidad solo el berrendo (Antilocapra americana) se encuentra en México y Estados Unidos.





La cantera de Muhi en Zimapán es el principal repositorio de fósiles marinos en Hidalgo, hasta el momento se encontraron aproximadamente mil ejemplares de invertebrados y vertebrados que habitaban en los mares prehistóricos. Entre los organismos que habitaron en la cantera se encontraron el pez lagartija (Enchodus zimapanensis) que tiene una edad aproximada de 98 millones de años (cretácico tardío), además de camarones (Aeger hidalguensis), considerados los primeros registros en América del Aeger, y el Acantomorfo (Muhichthys cordobai) nombrado en honor al ingeniero Diego Córdoba, impulsor de la paleontología en Hidalgo.





La imagen anterior es un cráneo de un caballo prehistórico mexicano (equus mexicanus), proveniente de la Cuenca de México con una edad entre los 2.6 millos de años y los 11 mil 700 (pleistoceno). Esta especie fue una de las más grandes que habitó el territorio con una altura de 1.5 metros y un peso de 400 kilogramos.