Alumnos Garza Comunican
¿Sabes cómo son los héroes en la vida real?

Por: Paolette Hernández Arrazola.
Colaboración del Área Académica de Ciencias de la Comunicación.
Fotografía: Paolette Hernández Arrazola.


En nuestra ciudad existen héroes sin capa, pero con uniforme, sin poderes pero con valentía y coraje, que sin dudarlo arriesgan sus vidas por las nuestras, que son iguales a todos nosotros pero que cuentan con un gran valor de empatía y solidaridad; llevan casco y botas, y en ellos decisión y esperanza.

Uno de ellos es Luis Cerón García de 54 años de edad, miembro del cuerpo de bomberos de Actopan, Hidalgo. Forma parte de los once integrantes con los que cuenta la estación, de los cuales dos son mujeres..

Luis es uno de los pioneros en el servicio a la comunidad y desde el año 2000 ha trabajado ininterrumpidamente. “Gracias a Dios el tiempo que llevo aquí nunca he presentado una receta de enfermo, son poquitos años o son suficientes años pero aun no me siento con ese derecho de faltar, porque sé que puedo hacerlo”, manifestó durante una entrevista.

Ser bombero no es cosa fácil, requiere de la suficiente disciplina y humildad para no doblegarse en la tarea, pues desarrollar este servicio resulta ser una constante luz roja en la vida de ellos ya que no cuentan con seguro de vida por parte del gobierno, ellos lo deben pagar si es que desean tenerlo y aun así realizan su trabajo al mil por ciento, pues lo más importante es cumplir con su labor.

“Como todo católico siempre digo ‘En nombre sea de Dios’ y voy pensando en la peor escena, que haya personas, animalitos, […] yo no pienso en que me vaya a pasar algo, pienso en llegar y actuar”, refirió.




Ser bombero no es cosa fácil, requiere de la suficiente disciplina y humildad para no doblegarse en la tarea.



Para formar parte de su equipo el requisito principal es contar con vocación de servicio a la comunidad y no es necesario alguna capacitación previa, pues en las instalaciones de Actopan son capacitados por los mismos bomberos. Se les enseña desde manejar hasta extraer los cuerpos cuando están prensados, el uso y manejo de extintores, rapel, natación, recate en espacios confinados, estructuras colapsadas, captura y salvaguarda de panales de abejas, entre muchas otras cosas.

Y aun cuando piensan que han aprendido todo y que su capacitación ha sido concluida, llegan cosas nuevas que demuestran que nunca se deja de aprender y que deben de estar al día en todos los ámbitos, desde los sociales, hasta los tecnológicos, pues hacer uso de su equipo requiere de mucho conocimiento, técnica y práctica. Llevan consigo una pantalonera, chamarra, un casco y guantes, que son lo que forman su equipo estructural.

Otra de las razones por la que su trabajo es admirable es por la cantidad de horas que trabajan, pues tienen hora de entrada, que es a las 8:00 am, pero no de salida porque los pueden llamar en cualquier momento para cubrir algún servicio y tienen que ir a hacerlo. Algunas veces ya están en casa cuando no pasan ni unos minutos y ya tienen que estar de regreso cumpliendo con sus labores, sin embargo estas horas se hacen ligeras al encontrarse con la satisfacción de servir a la ciudadanía.

“Para nosotros no hay fronteras, ni colores de partido, ni mucho menos de condición social, a nosotros nos da lo mismo atender a un borrachito de Santiago de Anaya […] o hacer un traslado de aquí del Arenal a México, es satisfacción de servir a la comunidad, para eso nos preparamos y pienso que por ello estoy aquí, porque me gusta servir al prójimo”.

Se necesita un corazón de hierro para soportar ver cada emergencia en las que se les requiere su ayuda. Algunas se vuelven más difíciles e impactantes para unos, pues al final del día no solo son bomberos, sino que son humanos que sienten y que lloran por la persona extraña.

Para Luis, una de las cosas más impactantes es cuando hay menores de edad, ya que ellos no representan ninguna culpa ante lo ocurrido. “Llego, todavía los encuentro con vida, pero no los puedo librar, me piden que los ayude yo, se siente feo que te aprieten la mano y que te suelten ya nada más, pero pues es parte de esto”.




Se necesita un corazón de hierro para soportar ver cada emergencia en las que se les requiere su ayuda.



Como toda profesión trae consigo alguna serie de sacrificios personales, como el no pasar tiempo con su familia, incluso no poder disponer de su tiempo libremente, pues a veces pasan más tiempo en la estación y cuando están en casa a veces solo es por 30 min o dos horas en lo que tardan en recibir una llamada diciendo que los necesitan en algún servicio. Sin embargo, el apoyo de la familia es incondicional y motor para ellos, representando lo más importante que tienen.

Luis asegura con un brillo en sus ojos y una mirada lejana pero cálida, que sin dudarlo en otra vida volvería a ser el mismo. Él quería ser soldado y lo fue, fue policía y ahora es bombero, pero lo más importante para él es su familia y las gracias sinceras que recibe de las personas.

“Bueno, yo te comparto… Yo si volviera a nacer, volvería a ser el mismo, desde muy pequeño quería ser soldado y lo fui y de ahí quise tener una familia, estar en casa. Ser militar es ser más disciplinado, más disciplina, es bonito tener todo pero tienes todo y no tienes a una familia, no tienes a una esposa, no tienes a un hijo que te salude, terminas y tienes un montón de bienes, pero no eres feliz… estás podrido por dentro”.



Reconocer el servicio que realizan los bomberos a la sociedad es muy importante. Gracias a ellos todo funciona un poquito mejor dentro de un mundo de caos.