Una Vida de Dibujos
David Espinosa






Quizá el dibujo fue el primer medio de comunicación gráfica del que hizo uso el hombre. Es así como la imagen gráfica ha desempeñado un papel trascendental en el desarrollo de la humanidad desde aquellas figuraciones prehistóricas, como la de la cueva de caliza de Kalimantan Oriental, en la parte indonesia de la isla de Borneo, considerada hasta el momento como la imagen figurativa más antigua, datada en 40.000 años de antigüedad, hasta los sofisticados NFT (non-fungible token), que certifican la autenticidad digital y la propiedad de una imagen virtual. La creación de una imagen gráfica implica un proceso cognitivo complejo, pues, a través de una imagen, las emociones, vivencias y fantasías cobran una materialidad y, dado que la imagen es una representación que deviene de un proceso mental, está íntimamente relacionada con la representación y los referentes. Si bien las representaciones han sido estudiadas desde distintas disciplinas, como las ciencias sociales y la comunicación, la complejidad máxima de dichas representaciones deviene, en primera instancia, de su naturaleza, pues son imágenes, y, en segunda, de que son producidas por sujetos que interactúan en una cultura y en una época determinada.

De su estudio y reflexión podemos entender sin dificultad la expresión de valores, actitudes, creencias y opiniones cuya sustancia es regulada por las normas sociales de cada colectividad, participando, como espectadores, de la construcción social de la realidad. Por lo tanto, las imágenes creadas por David Espinosa Álvarez “El Dee” (Cancún, 1988), son una valiosa oportunidad para comprendernos como sociedad, pues, al observar cada uno de sus personajes, podemos reconocer en ellos algo familiar, desde nuestros mayores miedos hasta nuestros anhelos más íntimos. Las imágenes de “El Dee” nos permiten entender por medio de un discurso espontáneo los significados, los símbolos y las formas de interpretación que los seres humanos utilizamos en el manejo de los objetos que pueblan nuestra realidad inmediata, motivando a cada espectador a reflexionar sobre las maravillas que discurren en su propia vida.