La importancia de la movilidad social




Mariano Madrid Soto y Bernabé Lugo Neria

Cuando se habla de movilidad social uno de los primeros pensamientos que puede surgir es que se trata de los procesos de migración o de traslado que las personas suelen hacer al interior o exterior de las ciudades que originalmente habitan; no obstante, el concepto especifico no se relaciona con esto, sino que se refiere a los movimientos o cambios en el estrato social económico que experimenta una persona tomando como base el hogar de origen.

La Organización de las Naciones Unidas (ONU) define la movilidad social como un “…aumento equitativo de las oportunidades de las personas en salud, educación e ingreso a lo largo de su vida y entre generaciones”. Con esta definición podemos resaltar la connotación positiva de que la movilidad social implica una mejora en algunas de las variables socioeconómicas que se mencionan; no obstante, es importante aclarar que la movilidad puede representar tanto aumentos como descensos en el estrato social; es decir, un individuo puede mejorar sus condiciones de vida o empeorarlas. Se espera que siempre exista un escenario de mejora, pero la realidad es que, así como unos aumentan sus oportunidades y calidad de vida, otros experimentan retrocesos.

Otra definición que suma al concepto de movilidad social es la del Banco Interamericano de Desarrollo (BID): “…el ascenso o descenso de individuos o grupos en algún indicador relativo de bienestar o de posición social”. Esta definición es un poco más concreta, pero destaca el hecho de que existe la posibilidad tanto de ascender como de descender; a su vez indica que la movilidad social se puede observar a través de distintos indicadores de calidad de vida.

El Foro Económico Mundial ofrece otra perspectiva: “el concepto de movilidad social es amplio. Puede entenderse en términos relativos o absolutos entre generaciones. Además, si bien la discusión en esta sección se limita en gran medida a lo económico, se puede medir en referencia a una amplia gama de resultados, como los logros en salud o educación, además de los niveles de ingresos. La movilidad social también puede entenderse como un movimiento hacia arriba y hacia abajo, en el que las personas ven que sus circunstancias mejoran o empeoran que las de sus padres o en el transcurso de su propia vida”. Dicha definición destaca el hecho de que la movilidad social no solo es una cuestión económica pura, es decir que se centra en cuestiones de dinero o riqueza, sino que también toma en cuenta otros elementos tales como la salud o la educación.

De estas definiciones podemos concluir que la movilidad social debe ser entendida como el ascenso o descenso de las personas en un elemento relacionado con su bienestar respecto a su hogar de origen; se destaca el hecho de que tradicionalmente se asocia a factores económicos- como el ingreso- pero también se pueden hacer estudios sobre otras variables tales como la educación, la salud o el empleo. La movilidad también puede ser estudiada a nivel de sociedad, es decir analizar a un conjunto de personas y comparar si ellas han logrado una oscilación. En ese contexto, el nivel del objeto de estudio de la movilidad social puede ser macro o micro.


La importancia del estudio de la movilidad social


Después de presentar algunas definiciones sobre la movilidad social ahora es momento de destacar la importancia de su estudio y las consecuencias positivas de esto. A nivel macro podemos decir que existen dos clases de sociedades: las móviles y las inmóviles; nos referimos a las primeras cuando se tienen las oportunidades y accesos garantizados para los miembros lo que permite a cada individuo desarrollar su potencial y obtener una recompensa justa por su mérito, superando así las condiciones de origen únicamente a partir del esfuerzo que realice.

Por otra parte, una sociedad inmóvil sería aquella donde no es posible garantizar oportunidades ni acceso a los individuos, haciendo que el esfuerzo no sea suficiente para superar las condiciones de origen ya que las recompensas por este no son justas sino bastantes desiguales. Si al interior de la sociedad se logra garantizar igualdad de oportunidades respecto a la salud, la educación, el empleo y las cargas fiscales entonces tendremos una sociedad más justa equitativa y empática.

Siguiendo las palabras de Julio Serrano Espinosa, integrante del consejo directivo del Centro de Estudios Espinosa Yglesias especializado en movilidad social, “el que una persona no alcance a cumplir con su potencial por razones externas no es nada menos que una tragedia. La falta de movilidad social no solo es una calamidad individual: la sociedad en su conjunto también sufre al desaprovechar valiosos recursos humanos. ¿Cuántos mexicanos no están alcanzando su potencial? ¿Cuánto talento se está desperdiciando?”.

Esto es realmente abrumador, podríamos ser una mejor sociedad si hubiéramos permitido a todas las personas, en especial a las que son talentosas pero que no cuentan con los suficientes recursos, terminar sus estudios. Podríamos en este momento tener mejores soluciones a los actuales problemas sociales que nos aquejan en la vida cotidiana, curas a enfermedades históricas. Podríamos mejorar socialmente si las personas más capaces hubieran podido llegar a los lugares idóneos para su desarrollo. Cuando un joven se queda a la mitad de sus estudios, o cuando no puede conseguir un empleo en el que su esfuerzo se materialice en mejores condiciones de vida, entonces tenemos un gran desperdicio de talento para beneficiar a la sociedad.

Analizar el desarrollo de movilidad social no implica solo estudiar las mejoras hacia el individuo respecto a sus condiciones de vida, sino que conlleva el de sociedades móviles con mejores índices de desarrollo y bienestar y que cuentan en su interior con personas aptas y preparadas para desarrollar su máximo potencial en favor de la sociedad. Movilidad implica sociedades más justas y desarrolladas que aprovechan el talento de las personas, dejando de lado prácticas de corrupción y de negación de acceso que impiden a toda la sociedad avanzar en conjunto.

La movilidad social en nuestro país es preocupante y representa un problema significativo. En México, una de cada dos personas que nacen en condiciones de pobreza se quedará atrapada en esa situación. Aun si ellas lograran salir de la pobreza, es poco probable que alcancen niveles de riqueza significativos. Esto se evidencia en que solo el 4% de las personas logran alcanzar el quintil más alto. Pero no solo las personas en situación de pobreza tienen dificultades para mejorar su bienestar y calidad de vida, sino que también el resto de los mexicanos enfrenta pocas oportunidades para mejorar estos indicadores.

Podemos entonces mencionar que estudiar la movilidad social nos permite comprender el fenómeno, descomponer sus partes y entender su funcionamiento en aras de lograr sociedades más móviles, donde el hogar de origen y sus condiciones no sean determinantes para alcanzar mejores niveles de vida.

Existen varios principios para poder lograr sociedades móviles, a continuación, veremos algunos de ellos. El primer elemento es lograr escenarios de eficiencia, donde otorgando oportunidades y colocando a cada individuo en el lugar correcto se logren avances significativos al interior de las instituciones, de las empresas y sobre la sociedad misma.

Por otro lado, el principio de justicia -segundo elemento- implica que los marcos legales permitan a las personas obtener los beneficios que merecen, y que el mercado laboral las recompense según su productividad y capacidad, no solo por el puesto que ocupan, sino por lo que realmente aportan. Esto implica no solo políticas de redistribución de utilidades y garantías más allá del salario, sino también el acceso a beneficios y derechos por ser empleado de una empresa o por trabajar legalmente y contribuir al pago de impuestos.

Finalmente, el tercer principio es el de la cohesión social, implica que las y los ciudadanos no perciban barreras para la movilidad social, lo que evitará la discriminación y segregación entre diferentes estratos sociales. Si no hay barreras de movilidad, las personas se verán a sí mismas como iguales, sin ideas, problemáticas o situaciones diferentes. Sin embargo, si las barreras persisten, se romperán los lazos de reciprocidad y confianza, lo que resultará en una falta de comunicación entre los estratos y en la percepción de antagonismo en lugar de pertenencia a una misma sociedad.

En otro orden de ideas, un mayor nivel de igualdad en las oportunidades disponibles para los individuos, sin importar su origen socioeconómico, resultará en un crecimiento económico compartido que beneficiará a más personas, promoviendo así una distribución más equitativa de la prosperidad. Por esta razón, es crucial analizar la movilidad social y comprender las variables que la influyen, para contribuir a que el crecimiento económico se reparta de manera más equitativa, promoviendo así un desarrollo social compartido.

En un mundo donde la distribución de recursos es desigual, las oportunidades entre individuos no son similares. Para lograr una mayor equidad entre los miembros de la sociedad mexicana, es necesario redistribuir las oportunidades dentro de la sociedad y comprender las relaciones entre las variables que favorecen la movilidad social.


¿Qué variables determinan la movilidad social?


Para poder observar algunas de las variables que influyen en la movilidad social mencionaremos las identificadas por El Foro Económico Mundial en el trabajo “The Global Social Mobility Report 2020. Equiality, Opportunity and New Economic Imperative” (2020), a nivel internacional de los pocos estudios que existen sobre movilidad social este es uno de los más completos. En este trabajo se observan distintas variables que se agrupan en pilares, los cuales se presentan a continuación:


Tabla 1.- Pilares de la Movilidad Social


Nombre del pilar Definición del pilar
- Salud Capacidad para brindar atención medica de calidad a la población
- Acceso a la educación Capacidad para otorgar posibilidades de educación a los miembros de la población
- Calidad y equidad en la educación Mide la calidad de la educación que se está otorgando y a quiénes se está otorgando
- Aprendizaje permanente Disponibilidad de la educación a lo largo de toda la vida
- Protección Social Mide la eficiencia de los servicios públicos otorgados a la sociedad
- Acceso a la tecnología Mide no solamente el nivel de acceso a la tecnología sino también la adopción de ésta por parte de la población
- Oportunidades de trabajo Capacidad para brindar oportunidades laborales
- Salarios justos Mide los salarios que se otorgan y protegen en cada país
- Condiciones de trabajo Mide cómo son las condiciones laborales en los centros de trabajos en cada país
- Instituciones inclusivas La capacidad de las instituciones para incluir a todos los miembros de la población

Fuente: Elaboración propia con base en World Economic Forum (2020)


De manera general estos pilares engloban las variables más representativas del fenómeno y que deben ser estudiadas si se quiere impactar de manera positiva en el fenómeno de la movilidad social. A continuación nos centraremos específicamente en dos: la educación (acceso a ella) y el empleo (oportunidades).


Educación


Según un comunicado de prensa del Banco Mundial, se ha observado un aumento en la movilidad económica intergeneracional en América Latina y el Caribe, atribuido al incremento de los niveles educativos de los padres. Sin embargo, el mismo organismo también sostiene que las personas en situación de pobreza tienden a enfrentar desafíos para acceder a una educación de calidad, lo que puede resultar en niveles educativos bajos.

El mismo comunicado nos dice que las personas pertenecientes a grupos indígenas enfrentan aún mayores dificultades para acceder a la educación; es fundamental revertir esta segregación a través de diversas instancias y políticas que se enfoquen en dos factores clave: la cobertura y la calidad educativa. Ambos aspectos deben ser implementados de manera simultánea, ya que una cobertura educativa sin calidad no brindaría las capacidades y conocimientos necesarios para la competitividad en la vida más allá de la escuela.

Esto es respaldado por Jorge Familiar, Vicepresidente y tesorero del Banco Mundial a partir de enero de 2022, quien sostiene que las y los jóvenes cuyos padres tienen niveles educativos más bajos son propensos a tener también un menor nivel educativo en comparación con sus pares. Además, el mismo autor destaca que es crucial tener en cuenta el factor de ingreso y origen étnico, ya que estos también influyen de manera significativa en la situación educativa del sector joven.

Otro aspecto importante es la cobertura educativa. La tesis original plantea que, a mayor cobertura menor desigualdad. Sin embargo, en México, la educación, especialmente la superior, sigue teniendo una cobertura limitada en todo el país. Aunque ha habido un aumento, sigue siendo desigual, ya que solo un grupo específico de las clases sociales tiene acceso a la educación, especialmente la superior. Además, la cobertura educativa ha crecido de manera desigual en los diferentes estados, en los más desarrollados ha aumentado la cobertura y la cantidad, a una mayor velocidad, que los menos prósperos, lo que ha contribuido a mantener la desigualdad.

La educación nos permite obtener conocimientos útiles que pueden ser usados no solo para conseguir mejores empleos y con ello mayor remuneración salarial, sino que también nos da la posibilidad de tomar decisiones basadas en mejores aprendizajes y no únicamente a partir de la intuición o la experiencia; negar el acceso a la educación a las personas es imposibilitar que puedan ser mejores tomadores de decisiones en todos los aspectos de su vida y no competir por empleos con remuneraciones altas al no tener los perfiles adecuados.


Empleo


Otra variable significativa es el empleo que implica la percepción de un salario, la estipulación de un contrato jurídico, una dimensión pública y la generación de productos o servicios con la intención de ser mercantilizados, lo cual lo hace productivo.

En las sociedades industrializadas, se observa una paradoja interesante: la producción aumenta constantemente, pero a la vez se reduce el uso de la mano de obra. En el caso de México, se percibe que el mercado laboral es cada vez más cerrado y de difícil acceso; los empleos que se generan suelen ser precarios y carecer de beneficios sociales. La condición se agrava si vemos que el empleo se torna la principal institución que regula el acceso a activos, bienes y recompensas sociables a través del salario y la valorización del empleo mismo.

El empleo no solo es una fuente de ingresos, sino que también representa un medio para acceder al reconocimiento social y a derechos inherentes al mismo. Por otro lado, la existencia de empleos mal remunerados y precarios puede tener consecuencias negativas, como el aumento de la delincuencia y la inseguridad social. Esto se debe a que las personas pueden sentir la necesidad de buscar mayores ingresos, y en ocasiones la única opción disponible se encuentra en los mercados informales y en prácticas violentas o ilegales.

La precarización del empleo ha llevado a una reducción significativa del acceso a los derechos sociales que ahora son acaparados por el mercado, lo que obliga a los trabajadores a realizar esfuerzos extraordinarios para pagar lo que antes se consideraba como un extra gratuito o beneficios inherentes al empleo. Este fenómeno es impulsado por el propio Estado, que utiliza la precariedad como una forma de sometimiento ideológico.

Muchas personas se someten voluntariamente a condiciones laborales precarias y salarios ridículos por miedo a perder su empleo, mientras que aquellos que están desempleados suelen atribuirse la culpa por su situación, cuando en realidad es resultado de un proceso estructural.

A diferencia de lo que ocurría durante el Estado de Bienestar, el tener un empleo en la actualidad no es garantía de escapar de la pobreza. El trabajo ha perdido protección social y los salarios han disminuido, lo que impide el acceso a los derechos sociales. Aquellas personas con empleos formales ven reducidos día a día los beneficios que solían otorgar, y los aumentos salariales no son suficientes para compensar los incrementos en los precios.

Respecto al empleo hemos visto cómo ha pasado de ser en otros años el elemento potencializado de la movilidad social, ahora se torna cada vez más en el primer obstáculo para lograrlo; esto debido a la falta de protecciones y beneficios que ahora no se tienen comparado con la época del Estado de Bienestar.

Se necesita repensar los trabajos no como un elemento que beneficie únicamente al mercado, sino más bien como un elemento que permita a las y los trabajadores realmente aspirar a mejores condiciones de vida, para ellos y para sus hogares.

En la visión tradicional que solía pensar que una buena educación, o cursar una carrera a nivel superior, implicaría poder acceder a un trabajo con buena remuneración y prestaciones; hoy se ha convertido en un escalón difícil de alcanzar y aquellos que a pesar de las dificultades logran una profesión no encuentran en la mayoría de los casos el tan prometido pleno empleo, o tan siquiera uno.

Si bien existen más variables relacionadas con la movilidad social como son la ubicación geográfica, las leyes, las etnias, enfermedades, entre otras, las que principalmente se asocian al fenómeno son el empleo y la educación, si se pudieran mejorar las condiciones de estas dos la movilidad social sería más probable de lograr.

Respecto a la educación no basta con ampliar la cobertura y apoyar a las personas a conseguir niveles educativos más altos, también es necesario que los conocimientos que se adquieren durante la formación escolar estén altamente relacionados con las habilidades y capacidades que se necesitan hoy en día. Esto conduciría a poder tener mejores oportunidades laborales y una mejor conciencia temporal en el sentido de saber las condiciones actuales de la sociedad.

Para el empleo es necesario cavilar, en primer lugar, si es posible regresar a un sitio laboral que no busque maximizar solo el beneficio empresarial, sino que realmente pueda brindar otros mecanismos de protección social y económica para el trabajador y trabajadora, esto hará que el empleo no solo sea una remuneración económica sino un puente de acceso a otros beneficios familiares y personales.


Conclusiones


Hemos visto que al hablar de movilidad social nos referimos a cómo las personas logran ascender o descender en algún indicador de calidad de vida y riqueza respecto a su hogar de origen; puede ser a nivel individual o a nivel de sociedad. Una sociedad que tiene una alta movilidad puede ser considerada como móvil.

Las sociedades móviles son aquellas que han logrado igualar las condiciones de acceso y garantizar oportunidades para todas las personas al interior de la misma; logrando con ello que su situación de origen no sea determinante en la consecución de objetivos y en el desarrollo de las personas.

Hablar de escenarios de movilidad social implica tener sociedades eficientes, justas, empáticas y que en conjunto logren desarrollar objetivos, cumplir metas y compartir un bienestar general entre todos sus miembros. Es una sociedad donde las condiciones del hogar no imposibilitan a las personas conseguir sus objetivos; a través del esfuerzo se obtiene una recompensa justa, es un sistema que se basa en el mérito y no en ningún otro valor.

Estudiar la movilidad social nos permite comprender cuales son las variables al interior del fenómeno que se relacionan con el mismo, ya sea que la potencien o que la dificulten; existen pocos estudios sobre este tópico en comparación con los que hay sobre pobreza, marginación o migración. Estudiar la movilidad social es comprender a la sociedad como un conjunto donde todas estas problemáticas contribuyen para un solo objetivo y no como elementos separadores que no encuentran una solución colectiva.

Observar las condiciones de movilidad social nos muestra con claridad las deficiencias de la sociedad y con ello plantear su solución y mejorar todos los aspectos de forma integral y no por separado; si el enfoque es la pobreza pensaremos en sacar a las personas de esta condición, pero si pensamos en movilidad les daremos los instrumentos no solo para superar esta condiciones sino para ir mucho más allá, tanto ellos como sus siguientes generaciones, logrando al mismo tiempo una sociedad más justa y en consecuencia desarrollada.

Las variables que más se relacionan con la movilidad social son la educación y el empleo; una mejor educación no solo consiste en obtener mayores niveles educativos, sino que también implica obtener conocimientos más útiles y de calidad para que los estudiantes no solo sean un cumulo memorístico de datos sino mentes analíticas y agentes tomadores de decisiones que aprovechen mejor las oportunidades que tienen y hagan un mejor uso de los bienes públicos, dando a la sociedad lo mejor de ellos, potenciando a la misma hacia mejores escenarios de desarrollo.

Por su parte el empleo es la principal fuente de ingreso, pero es necesario volver a esquemas donde no sea solo un escenario estacionario que impida seguir creciendo, aprendiendo y aspirando a mejores recompensas laborales; por el contrario, es necesario que el empleo tenga un sistema meritocrático que recompense de manera justa a sus mejores miembros y no un elemento homogeneizador que deja sin alicientes y sin oportunidades a sus miembros.

Si continuamos el estudio de la movilidad social seremos capaces de generar nuevas propuestas de solución a los problemas sociales perennes, pero ahora con un enfoque distinto, no se trata solo de abordarlos de la misma manera como hasta ahora se ha hecho, sino más bien repensarlos a través de la generación de sociedades móviles meritocráticas.


¿QUIÉN ES?

Mariano Madrid Soto es doctor en Ciencias Sociales por la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH), posgrado perteneciente al programa de posgrados de calidad del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT) con Mención Honorifica por el desempeño académico y trabajo de investigación realizado durante el posgrado.

La tesis doctoral lleva por nombre “Movilidad Social Intergeneracional en México. Elementos para una Política Pública” donde se aborda a profundidad el tema de la movilidad social en nuestro país, sus causas y los elementos que son necesarios considerar desde lo político para formular estrategias para mejorar las condiciones de movilidad.

Actualmente labora como profesor por asignatura en la Licenciatura en Planeación y Desarrollo Regional de la UAEH.

Correo: mariano_madrid@uaeh.edu.mx




Bernabé Lugo Neria es doctor en Finanzas Públicas, profesor investigador del Área Académica de Ciencias Políticas y Administración Pública de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH), pertenece al Sistema Nacional de Investigadores Nivel I; es miembro del cuerpo académico de Estudios Políticos Comparados. Actualmente coordina la Maestría en Gobierno y Gestión Local de la UAEH; sus líneas de investigación se enfocan en el comportamiento electoral y la participación política; sus artículos más recientes son:

Lugo, B. (2022). Alternancia partidista y eficiencia financiera. Un análisis municipal en el Estado de Hidalgo, México (2005-2020), Revista Iberoamericana de Estudios Municipales, (25), 1-22. doi: https://doi.org/10.32457/riem25.1725

Lugo, B. (2022). La participación en las consultas, contralorías sociales y presupuestos participativos en México, 2020, Revista Mexicana de Opinión Pública, (33) 156-167. doi: https://doi.org/10.22201/fcpys.24484911e.2022.33.80426

Lugo, B. y Taguenca, J. A. (2022). Determinantes de la participación ciudadana convencional social a nivel subnacional, Estudios Políticos, (56), 121-149. doi: 10.22201/fcpys.24484903e.2022.56.82563

Lugo, B., Lizama, G. E. y Pastén, A. (2022). Militancia y predominancia electoral del PRI en Hidalgo 2015, Apuntes Electorales, 21(66), 11-44. doi: https://doi.org/https://doi.org/10.53985/ae.v21i66.807

Lugo, B., Cruz, I. y Fernández, L.G. (2022). Satisfacción con la democracia en tiempos de la Cuarta Transformación, Política y Cultura, (57), 57-81. En: https://polcul.xoc.uam.mx/index.php/polcul/article/view/1473

Correo: lugon@uaeh.edu.mx