La caricatura política en la portada de Unomásuno




Iris Leydi Madera Iglesias y Thelma Camacho Morfin

El primero de diciembre de 1988, Carlos Salinas de Gortari asumió la presidencia de México. Su triunfo como candidato por el Partido Revolucionario Institucional (PRI) fue tan controversial como las elecciones donde este se alzó con la mayoría de votos, por encima de Cuauhtémoc Cárdenas, representante de la Corriente Democrática y del panista Manuel J. Clouthier, tras una supuesta “caída” del sistema de cómputo, aunque las encuestas previas daban por ganador a Cárdenas.

Los pormenores de la ceremonia de toma de posesión fueron seguidos de cerca por el diario Unomásuno, fundado en 1977, por Manuel Becerra Acosta y un grupo de periodistas y trabajadores que se retiraron de Excélsior, después del “golpe” gubernamental propinado a este periódico. Unomásuno apostó desde un principio por la pluralidad de perspectivas políticas e ideológicas, textos con un matiz interpretativo y una visualidad bien cuidada, con el impulso a la fotografía y el humor gráfico en todo su esplendor, a pesar de que atravesó distintas etapas en su trayectoria.


Fotografia tomada de la portada del periodico uno mas uno del día 2 de diciembre de 1988/ año XII / 3981


La portada del día 2 de diciembre de 1988, en general, muestra las manifestaciones de descontento e inconformidad de los representantes de los partidos de oposición y de los propios ciudadanos con el ascenso al poder de Salinas. Esta temática aparece en las notas, reportajes, avances de textos de opinión y hasta en la editorial, pero es a través de las imágenes que alcanza mayor impacto.

En la primera fotografía de esta portada se aprecia al panista Bernardo Bátiz quien sostiene una pancarta donde exige “compromiso con la democracia”, mientras Salinas de Gortari, de brazos abiertos al público, luce su investidura con la banda presidencial y parece ignorar este reclamo. A la derecha, en un recuadro inferior, otra fotografía presenta a la multitud que se manifiesta en las calles. Lo más singular, a nuestro juicio, es la inclusión de una caricatura en esta portada.


Fotografia tomada del periodico uno mas uno del día 2 de diciembre de 1988/ año XII / 3981


El caricaturista Apebas, Alejandro Pérez Basurto, dibujó el momento en que, el nuevo Jefe de Estado salía en un auto descapotable al encuentro con la muchedumbre, después del acto de toma de protesta y posesión. Carlos Salinas fue el último de los presidentes mexicanos que hizo este recorrido por la calle Corregidora hasta el Zócalo en el entonces Distrito Federal. La imagen lo representa a la derecha con el gesto de saludo con la mano. Aparecen exagerados el tamaño de su cabeza y su frente, sobredimensionando su calvicie. También su nariz y orejas resaltan en comparación con el resto de su cuerpo. Otro detalle es la banda de tres franjas que atraviesa su traje, en alusión a que este ya ha sido nombrado presidente de la República.

Observamos muchos guardaespaldas que rodean a Salinas. Son hombres de traje y corbata, que llevan cortes de cabello militar y rostro mal encarado. Con nariz y ojos de un tamaño exagerado, se dirigen con sospecha hacia arriba, abajo, a los lados... todo lo escudriñan. Detrás del presidente, uno de ellos trae un intercomunicador muy característico de este oficio. A su lado, hay otro que viste completamente de militar, es el jefe del Estado Mayor Presidencial Antonio Riviello Bazán. Lo siguen los reporteros con sus cámaras. En la parte de atrás, un hombre hace gestos de desaprobación explícitos.

Carlos Salinas de Gortari, confiado de su victoria y protegido por sus guardias de seguridad parece impenetrable, pero el conflicto en dicha escena está dado por el hombre que saca la lengua y con una mano levanta el codo y con la otra ridiculiza al presidente. Al dibujante Apebas le basta con incluir a un solo personaje contrario a la aparente tranquilidad de esta ceremonia, pero tiene la fuerza de representar la falta de legitimidad de este mandatario.

A lo lejos, solo se divisan cabecitas sin fisonomías nítidas. Esa es la multitud sin rostro, que el PRI concebía como pueblo, aparentemente fáciles de manipular de acuerdo a sus intereses. En este tipo de actos se potenciaba la masividad y homogeneización; sin embargo, en diciembre de 1988, les fue imposible disimular las divergencias dentro de las masas, cuestión que esta caricatura nos sugiere: un presidente altamente custodiado que intenta probar su legitimidad, pero, desde el comienzo, no logra empatía con los ciudadanos. Es el “baño de pueblo” sin “pueblo”.

Pero ¿quién era Alejandro Pérez Basurto Apebas? Nació en Ciudad de México en 1959. Cursó Periodismo en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Fue colaborador en Unomásuno, La Jornada, El Universal, El Economista, entre otras publicaciones. Presidió la Sociedad Mexicana de Caricaturistas y el Museo de la Caricatura. Dirigió también la Revista Lapiztola. Falleció en 2019.

Regresando al tema del expresidente, desde su etapa como secretario de Programación y Presupuesto y durante todo su sexenio, serían frecuentes los chistes sobre Carlos Salinas. La gente se mofaba de la pérdida de cabello y las orejas “arratonadas” del presidente más joven que había tenido el país hasta entonces, y que prometía terminar con la crisis económica y modernizar a la nación. Por otra parte, la mímica de la persona que se burla de él a sus espaldas, sin que pueda acercársele, denota graves ofensas en el argot mexicano.

La caricatura política en Unomásuno era irreverente y contestataria. En el corpus analizado entre enero de 1987 y diciembre de 1988, esta se ubicaba en varias páginas interiores e introducía a veces los suplementos Página Uno, de economía y política o Sábado, dedicado a la cultura, pero escasamente aparecía en la primera plana. Para dar cobertura al tradicional desfile del nuevo presidente, el diario bien pudo haber empleado una fotografía o un texto, pero optó la libertad creativa del cartón, que se produce desde y para la cultura popular, donde sátira e ironía van de la mano de reflexión y crítica (Ayala, 2010). Justo en una edición donde las élites del partido hegemónico y del gobierno esperarían alabanzas, este periódico se pone de lado de los inconformes y prefiere hacerse eco de sus sentires, en el lenguaje de los “monitos” que les era más cercano, fue esta una de sus rebeliones ante poder.

Este artículo constituye un avance la investigación titulada “Unomàsuno (1987-1988): Prensa, poder y neoliberalismo en México”, realizada por la estudiante Iris Leydi Madera Iglesias como tesis de Maestría en Ciencias Sociales en la UAEH, bajo la dirección de la Dra. Thelma Camacho Morfin.




¿QUIÉN ES?

Thelma Camacho Morfin es doctora en Historia del Arte por la UNAM. Profesora investigadora en la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH). Es autora de dos libros sobre Las Historietas de El Buen Tono, además de varios capítulos de libros y artículos. Entre ellos destaca su colaboración en La historia de la vida cotidiana en México coedición entre el FCE y El Colegio de México.

Desarrolla la línea de investigación Gráfica, caricatura e historieta. Pertenece al Sistema Nacional de Investigadores nivel I. En 2006 fue reconocida por el premio de la Academia Mexicana de Ciencias a la mejor tesis doctoral en Ciencias Sociales y Humanidades. Es integrante de los Seminarios La enseñanza de la Historia del Arte en México en la UNAM y del Seminario Permanente de Culturas Visuales en la UAEH. Coordina el Seminario “La gráfica, el cómic y la historieta en la cultura visual contemporánea” en esta Universidad.




Iris Leydi Madera Iglesias es licenciada en Periodismo por la Universidad de Pinar del Río Hermanos Saiz Montes de Oca, en la República de Cuba. Estudiante próxima a egresar de la Maestría en Ciencias Sociales, en el Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades (ICSHU), de la UAEH. Integra el Seminario de investigación “La gráfica, el cómic y la historieta en la cultura visual contemporánea”.

Previamente se desempeñó como reportera y analista especializada temas históricos, sociales y políticos en el periódico Tribuna de La Habana y la revista Cubahora. Egresada del Diplomado “Medios para comunicar el Patrimonio” por el Instituto Internacional de Periodismo José Martí (La Habana, Cuba). Fue acreedora del “Diploma de Oro” y “Premio al Graduado más Destacado en Investigaciones de la carrera de Periodismo”, en su universidad de origen.